Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Nos ha llamado la atención el peso específico que el funcionamiento y eficacia de las instituciones tiene en un sistema político para partir al estudio de su comportamiento.
Creemos que la comprensión del funcionamiento de las instituciones puede arrojar luces en torno a cómo funcionan no sólo todo el sistema, sino la sociedad integrada por individuos que se desenvuelven ante el sistema y las instituciones y sus mutuas influencias.
A partir de la exposición de algunos importantes conceptos esgrimidos en la literatura, exponemos algunas interrogantes en torno al funcionamiento de las instituciones, y planteamos algunas caracterizaciones en torno a las cuales cuestionamos no la estabilidad de las instituciones, sino si efectivamente esas instituciones con una determinada estabilidad sirven tanto a la sociedad como al individuo.
Partimos de la revolución conductista en ciencia política, que de acuerdo con la literatura, toma elementos de la sociología y la psicología conductista, para entender las regularidades empíricas mediante la apelación a las propiedades y comportamiento de los individuos.
A partir de este enfoque, los individuos constituían las piezas fundamentales y los resultados políticos eran la simple agregación de las acciones individuales.
Esa acción individual es representada en el momento actual por el presidente, quien es el actor que gana o pierde las elecciones. La campaña que arrancó el oficialismo es ilegal y veremos cómo termina de imponer el presidente el resultado.
La campaña lopezobradorista no es entre particulares aunque hayan dejado sus cargos públicos, dado que formalmente es un proceso iniciado por el parido oficial y con recursos públicos y, por tanto están sujetos a la fiscalización y sanción del INE-TEPJF.
Por eso, Adán Augusto no quiere recibir esos pesos y centavos. El problema desde luego es mucho más profundo, dado el enorme flujo de efectivo bajo la mesa que muy probablemente se manejará.
Por las oposiciones, si bien aún no tienen reglas, de proseguir con el esquema de campaña del oficialismo, tienen la oportunidad de hacer un proceso más interesante en medios y en el debate público, recursos vetados por el lopezobradorismo.
Al final, es evidente que eso que llaman figuras públicas no existen lo mismo en el oficialismo que en las oposiciones.
El ejemplo de Xóchitl Gálvez y su avance en conocimiento de nombre es reconocer que, para ganar, las oposiciones tienen que atender a la sociedad civil y, elegir un candidato presidencial por fuera de los partidos pero no por fuera de la política.
En el oficialismo, su guión lo marcó hace mucho tiempo Umberto Eco en su ensayo, El Fascismo Eterno:
Despreciar la ley y seguir al líder, es el camino.
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