Corrupción: un país de cínicos
A principios de este mes que ya casi termina, recibí la versión digital del libro de Hernán Gómez Bruera, titulado Traición en Palacio, El Negocio de la justicia en la 4T, editado por Grijalbo.
En estos días ese texto de denuncia política circula ya con amplitud en las redes sociales.
Traición en Palacio es un texto en el que se realiza una condenatoria narrativa de la forma en que el ex responsable jurídico de la Presidencia de López Obrador, Julio Scherer Ibarra, se provechó de la ignorancia del mandatario sobre el tema para que, aprovechando la confianza total que le dispensaban, llevara a los despachos jurídicos que le servían de fachada que tenía, importantes negocios que le redituaron, o tal ves le sigan redituando, unas ganancias muy considerables.
Al igual que otros textos políticos de ocasión, que ese oportunismo editorial, el de Hernán Gómez tiene como destino previsible ser tema de algunos analistas o los críticos de oficio del Presidente López Obrador para referirse al tema de la corrupción.
Pasada la fiesta de su aparición, Traición en Palacio, muy probablemente correrá el destino de olvido al que se remitieron otras ediciones como el aparatoso Rey del Cash, que finalmente no cambió en nada los modos de operación de los integrantes de la 4T señalados, muchas veces con justa razón, como corruptos.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha aludido constantemente al combate a la corrupción como el tema central de su administración.
AMLO ha dejado en claro que la máxima intención de su gobierno es retirar todo rastro del modelo neoliberal de la Administración Pública Federal, puesto que:
“La característica más destructiva y perniciosa de los neoliberales mexicanos fue la corrupción extendida y convertida en práctica administrativa regular. La corrupción ha sido el principal inhibidor del crecimiento económico. Por eso estamos empeñados, en primer lugar, en acabar con la corrupción en toda la administración pública, no sólo la corrupción monetaria sino la que conllevan la simulación y la mentira” (Presidencia de la República, 2019). Tomado de Nexos.
Dice en su columna de ayer Manuel J. Jáuregui, de quien se asegura es el seudónimo del dueño del diario Reforma, Alejandro Junco de la Vega, que actualmente en México la corrupción se combate con dichos y no con hechos.
Jáuregui se refiere a la clasificación que realizaron la American/Society/Council of the Americas y la empresa Control Risk, un ranking en el que México es señalado como el segundo país más corrupto del Continente, igualado solamente con Guatemala, lo que sin duda es un muy dudoso honor.
Esa es la realidad de la que el texto de Hernán Gómez toca apenas una de sus aristas más escandalosas.
Traición en Palacio es una lectura para los que llenos de sevicia, consumen esa literatura que, ciertamente, son testimonios documentales del fenómeno corruptor que sigue siendo la principal asignatura a resolver del poder público en México.