Descomplicado
Los niveles de violencia, después de la pandemia, han afectado a todos, pero principalmente a las mujeres y a las niñas: ONU. Los Feminicidios y las madres buscadoras de desaparecidos.
Antes de la pandemia del Covid-19, ya existía otra pandemia que amenazaba la vida y el bienestar de las personas de todo el mundo: fue la violencia contra las mujeres, que afecta como mínimo a una de cada tres mujeres y niñas. Desde los primeros días de confinamiento como consecuencia del Covid, las organizaciones de mujeres registraron un aumento significativo en los casos denunciados de violencia de género. Lamentablemente, se dificultó hacer una recopilación exhaustiva de los datos en relación con este tema, debido a la sensibilidad, la estigmatización y la vergüenza que existe en torno a este problema, así como a las limitaciones impuestas por la propia pandemia.
Ahora, un nuevo informe publicado por ONU Mujeres, que agrupa los datos de encuestas recopilados en 13 países de todas las regiones (Kenia, Tailandia, Ucrania, Camerún, Albania, Bangladesh, Colombia, Paraguay, Nigeria, Costa de Marfil, Marruecos, Jordania y Kirguistán), confirma la gravedad del tema.
A continuación, se ofrecen cinco de los principales resultados:
La pandemia de COVID-19 y la violencia contra las mujeres nos revelan los siguientes datos:
1.- Los números varían entre los países y los datos demográficos, pero, en términos generales, la pandemia incrementó los casos de violencia contra las mujeres y afectó su sensación de seguridad. En los 13 países encuestados, dos de cada tres mujeres admiten que ellas o una mujer que conocen, han sufrido violencia. U0na de cada dos mujeres reconoce haber pasado por experiencias directas de violencia desde que comenzó la pandemia. La forma más común de violencia es el abuso verbal (50 por ciento), seguido por el acoso sexual (40 por ciento), el abuso físico (36 por ciento), la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas de sus hogares y familias (35 por ciento) y la privación de acceso a los medios de comunicación (30 por ciento). Un total de siete de cada 10 mujeres encuestadas sostienen que la violencia de género es algo habitual en su comunidad. La mayoría de las mujeres aseguran que la pandemia agravó el problema. Tres de cada cinco mujeres consideran que hubo un aumento en los casos de acoso sexual en lugares públicos.
2.- La violencia de género ha tenido repercusiones significativas en la salud mental de las mujeres durante la pandemia. Según el estudio, es difícil calcular el efecto psicológico que el Covid-19 ha tenido en las personas. Nos aisló, cambió drásticamente nuestras vidas y nos hizo temer por nuestro bienestar físico. En el caso de las mujeres, expuestas al mismo tiempo a la violencia, los efectos emocionales se agravaron mucho más. Las mujeres afirman sentirse inseguras tanto en el hogar como en sitios públicos, son más propensas a aceptar que la pandemia profundizó sus sensaciones de estrés y ansiedad, sobre todo, en los casos de violencia física. Estas mujeres también tienden a reconocer la incapacidad de dejar de preocuparse, así como la falta de interés en hacer cosas.
3.- Los factores socioeconómicos también influyen en gran medida en las experiencias de violencia de las mujeres. Es sabido que el estrés económico contribuye a la violencia contra las mujeres, una tendencia que se mantuvo claramente durante el Covid-19. Un total de cuatro de cada cinco mujeres, cuyos cónyuges no tienen ingresos, admiten que ellas o una mujer que conocen, han experimentado una forma de violencia. La inseguridad alimentaria es otro de los factores: las mujeres que afirman que la violencia doméstica es algo muy habitual son más propensas a padecer inseguridad alimentaria, a diferencia de aquellas mujeres que mencionan lo contrario. Lo mismo ocurre con las mujeres que han experimentado violencia en comparación con aquellas que no han pasado por esta situación.
4.- La edad no ha sido un obstáculo cuando se trata de la violencia contra las mujeres. Si bien muchas encuestas sobre la violencia ejercida contra ellas se centran específicamente en edad reproductiva (15 a 49 años), esta encuesta buscó recabar las respuestas de todas las mujeres mayores de 18 años. Los resultados revelan que la edad no ofrece demasiada protección: las mujeres mayores de 60 años sufren violencia con una frecuencia similar que las mujeres más jóvenes. Más de la mitad de estas mujeres informan que ellas han pasado por alguna forma de violencia.
5. Especialmente en las situaciones de violencia doméstica, las mujeres no suelen buscar ayuda externa. Cuando se les preguntó a quiénes recurrirían las mujeres sobrevivientes de violencia para pedir ayuda, el 49 por ciento de las encuestadas dijeron que buscarían la ayuda de su familia, mientras que sólo el 11 por ciento respondió que acudirían a la policía, y el 10 por ciento afirmaron que se dirigirían a centros de ayuda (refugios, centros de mujeres, etc.). En el caso de las mujeres que buscan ayuda externa, a menudo puede ser un momento crucial.
El autor de este texto, estuvo buscando con diversos académicos especialistas en el tema, si los efectos de la pandemia, también fueron un elemento más que contribuyó para que en México se elevarán aún más los niveles de violencia, junto con los factores socioeconómicos y los factores de justicia-impunidad y fallas graves en la prevención del delito y aunque todos, sin excepción dijeron que sí, no tienen estadísticas confiables que así lo demuestren. Lo que es un hecho, es que no hay día y hora en que se registren en el país y fuera de este, escenas de violencia en donde no estén involucrados ciudadanos mexicanos.
Lo que es un hecho, claro y contundente, es que en México se han elevado los niveles de feminicidios. En nuestro país, 27,133 mujeres y niñas fueron asesinadas entre 2015 y 2022 de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. De esta cifra, 6,689 casos –que representan 25 por ciento– fueron clasificados e investigados como feminicidios, y 20,444 –75 por ciento– como homicidios intencionales, indica un estudio del Instituto Belisario Domínguez.
El análisis Feminicidios y homicidios intencionales de niñas y adolescentes en México, de la investigadora Irma Kánter Coronel, advierte que las cifras muestran la magnitud que alcanzan la violencia extrema contra niñas, adolescentes y mujeres en el país. Asimismo, revelan que sólo uno de cada cinco crímenes cometidos contra ellas, se clasificaron e investigaron como feminicidios.
Explicó que, de los 27,133 feminicidios intencionales, 21,229 fueron perpetrados contra mujeres de 18 y más años; en tanto que 2,166 fueron contra niñas y adolescentes entre 0 y 17 años. Aunado a ello, se identifica un grupo de víctimas tanto de feminicidio como de homicidio intencional que no tiene referencia alguna en sobre la edad en la que fueron privadas de la vida: 3,738. Al respecto, la investigadora Kánter Coronel señala que “se puede tratar de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas o víctima de otros delitos como la trata de personas que fueron asesinadas y sus cuerpos dejados en fosas clandestinas, desechados o abandonados en baldíos u otros espacios públicos.
El asunto es sumamente grave y requiere de la atención del Estado, de la sociedad y de los organismos internacionales, pues el fenómeno se está replicando en las migraciones, en las ciudades fronterizas, puertos y en los países centroamericanos y caribeños que no hacen nada para frenar los éxodos de sus connacionales que huyen de la pobreza y de desempleo.
Y hablando de mujeres, tenemos el caso de la egresada del Tecnológico de Monterrey, María Fernanda Sánchez Castañeda, de 24 años de edad, que había desaparecido en Alemania hace dos semanas y que fue encontrada sin vida el sábado pasado en un canal de aguas de Berlín. La Policía de Berlín ha anunciado que llevará a cabo una autopsia para esclarecer las causas del fallecimiento de María Fernanda. Tras dos semanas de intensa búsqueda, las autoridades alemanas confirmaron que el cuerpo de María Fernanda fue hallado en el Canal Teltow, por un transeúnte.
La policía aclaró que, hasta el momento, «no se puede presumir culpa de terceros en su muerte» y que el equipo de investigadores continúa trabajando para esclarecer los hechos, es decir que no se clasificó como un homicidio, por lo que se darán a conocer los resultados de la autopsia en los días siguientes.
Se sabe que María Fernanda Sánchez, tenía planes de asistir a la gran fiesta LGTB+ de Berlín, el Christopher Street Day, pero cambió de opinión y se quedó en su departamento para trabajar en un proyecto universitario. El día de su desaparición, la estudiante «salió» de su residencia de estudiantes en Treptow-Köpenick, dejando su teléfono celular sobre la cama y nadie se percató de su partida. La alarma de su ausencia la dio su familia, quienes notaron que María Fernanda no contestaba sus llamadas. Medios locales señalaron que la habitación de María Fernanda se encontraba en desorden cuando las autoridades llegaron al lugar.
Desde el momento en que la policía de Berlín comenzó la búsqueda de María Fernanda, se señaló que la estudiante mexicana sufría de una situación psicológica: “Hay indicios de que la joven de 24 años se encuentra bajo los efectos de una situación psicológica excepcional”, declaraciones que fueron rechazadas por la familia. En redes sociales, algunos usuarios han expresado inquietudes sobre la distancia entre el departamento donde se hospedaba María Fernanda y el lugar donde fue encontrada. La autopsia será clave para determinar las causas exactas de la muerte de María Fernanda y se espera que la investigación arroje más luz sobre este trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad mexicana en Berlín y a México.
Otro evento de violencia, donde estuvo involucrada una mujer, ocurrió el domingo pasado en la mañana en Iguala, Guerrero, cuando Zulma Carbajal Salgado, sobrina del senador Félix Salgado Macedonio y prima de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, fue atacada a balazos junto con su esposo Humberto del Valle Zúñiga, cuando salían de su domicilio, ubicado en la calle Zaragoza del centro de Iguala.
La agresión se registró alrededor de las 10:00 horas. Los primeros reportes indican que la pareja fue baleada por un grupo de hombres armados cuando se disponían a abordar su camioneta. Tras el ataque Zulma Carbajal y su esposo se trasladaron en su propio vehículo al hospital Jorge Soberón Acevedo, donde murió del Valle Zúñiga. Justino Carvajal Salgado, hermano de Zulma Carbajal y síndico del municipio de Iguala, fue asesinado a balazos en marzo de 2013, durante la gestión de José Luis Abarca, implicado en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Zulma Carbajal responsabilizó del ataque al alcalde priista de Iguala, David Gama Pérez, a través de un video difundido en redes sociales: “Le arrebataron la vida a mi esposo, quisieron matarme a mí también, traigo una herida en la espalda y no se vale, porque lo único que hemos hecho es trabajar para la gente”, afirmó Carbajal, la cual es operadora política de Salgado Macedonio.
David Gama Pérez, alcalde de Iguala, se deslindó del ataque contra Zulma Carvajal Salgado y Humberto del Valle, luego de que ella lo acusara de ser el responsable de la agresión. Rechazó las acusaciones que hizo Zulma Carvajal Salgado, quien lo acusó de ser responsable del ataque armado en el que su esposo, Humberto del Valle, fue asesinado y en el que ella resultó lesionada.
El alcalde leyó un breve comunicado y no aceptó ninguna pregunta de los reporteros, sólo estableció que rechaza cualquier incidente de violencia y aseguró que él de manera personal no está relacionado con los hechos e hizo un llamado a los gobiernos estatal y federal para que realicen investigaciones que permitan esclarecer plenamente este crimen y llevar ante la justicia a los responsables.
Por último, pese al menosprecio presidencial diversos colectivos de las madres buscadoras en México no sólo se enfrentan a la indiferencia del gobierno mexicano sino también son víctimas de constantes amenazas y atentados que incluso culminan con la muerte por parte de grupos de la delincuencia organizada. Por eso, las Madres Buscadoras por la Paz reprobaron el censo de personas desaparecidas que inició el gobierno federal, al considerar que es un método revictimizante «al ir casa por casa preguntando si hay algún desaparecido».
Cecilia Delgado Grijalva, líder del colectivo, lamentó que mediante ese levantamiento de datos que se encargó a los Siervos de la Nación, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo intenta disminuir la cifra de hombres y mujeres que han desaparecido a manos del crimen organizado, pero no se ve la intención de encontrar una solución a esa tragedia: «No nos parece, dicen que muchos se han estado vacunando, pero para nosotros los tenemos en calidad de desaparecidos, pero mientras no los tengamos físicamente o nos digan aquí están, siguen desaparecidos», señaló la madre buscadora.
Delgado Grijalva comentó que mientras no les den garantías de que las o los desaparecidos están de vuelta con sus familias, mantendrán las pesquisas en los municipios para localizar sus «tesoros», ya sea familiares o de las solicitudes que les hagan otros colectivos: «No vamos a disminuir las búsquedas porque las autoridades digan que ya aparecieron», sostuvo la madre buscadora.
Desde este espacio, mi solidaridad con todas y cada una de ellas.