Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¿Puede un empresario afirmar que desconoce lo que ocurre al interior de su antro o bar? ¿Cuánto interés tiene por hacer que se respete la ley? ¿Están imposibilitados de saber lo que ocurre en su negocio?
La seguridad en los antros requiere una dimensión de responsabilidad empresarial en convergencia con el autocuidado y la gestión de la autoridad sobre el espacio público.
Lamentable lo ocurrido al empresario Iñigo Arenas, en una situación que conecta establecimientos de la zona metropolitana e irregularidades presentes como pasadas.
El Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, incluso recordó que el bar de Polanco La República —donde estuvo Arenas antes de trasladarse al Black Royce de Naucalpan donde murió— ya había sido multado y clausurado por el Invea en septiembre del año pasado por no presentar el certificado de Uso de Suelo que permita el aprovechamiento de venta de bebidas alcohólicas. Sin embargo, una suspensión provisiones otorgada en octubre le permitió reabrir.
En la CDMX, la Ley de Establecimientos Mercantiles establece que el horario de venta y consumo de bebidas alcohólicas termina a las 2:30 y el servicio concluye a las 3:00, tiempo que puede extenderse dos horas más para establecimientos de impacto zonal. Condiciones similares a las establecidas en el Estado de México por la Ley de Competitividad y Ordenamiento Comercial, a excepción del horario extendido.
Lo ocurrido en el Black Royce no puede ser atribuido exclusivamente a las y los empleados —seis de ellos vinculados a proceso por la muerte de Iñigo Arenas—. En la audiencia inicial el gerente admitió pagar hasta 300 pesos a taxistas por llevarles clientes.
La responsabilidad empresarial fue colocada en el centro de atención en una mesa de análisis en la que participe en el programa radio Noticias MVS con Luis Cárdenas, junto con Helking Aguilar, presidente de la Asociación de Bares y Centros Nocturnos.
Hubo reconocimiento a la necesidad de establecer protocolos de atención a los clientes, que deben ser reforzados con voluntad para impedir prácticas ilegales.
Si un empresario es un buen administrador tiene que saber lo que pasa dentro, pues actos como inyectar una botella o arrojar sustancias tóxicas a las bebidas son ilegales y es imposible que el gerente o dueño no lo supieran.
El autocuidado requiere convergencia en la disposición empresarial. Desde el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México acompañamos con orientación preventiva y jurídica a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533.
@guerrerochipres