Cierra la chimenea a los ladrones
La existencia clara de un padrino en la persona de Claudio X González, aunque parece protectora, si se analiza bien es misógina con la mujer que ha electo como candidata a la presidencia.
Lo que hay detrás y se expresa a diario en esa selección, más que un elogio, hay misogismo.
Se le elige porque servirá a sus planes, por sus características personales, no por ella misma como mujer, como ser humano.
Lo grave es que ella lo acepta y se ha prestado. En la página introductoria de El Padrino, Mario Puzo se remonta a Balzac, “Detrás de cada gran fortuna, hay un crimen”, escribió el francés, aunque ese crimen no sea de sangre, sino de abuso y menosprecio.
En una retrospectiva a varios tiempos, es curioso que Francia, ahora cuestionada por su papel colonialista en Niger, Africa, sea la referencia de ese autor, de una escena que millones han visto en el cine desde que se exhibió por primera vez la segunda parte de las famosas películas dirigidas por Francis Coppola.
Se trata del portazo violento que el nuevo padrino le da en las narices a su esposa Kay, después de haberla privado abusivamente de sus hijos. Es en ese momento cuando los espectadores empiezan a sentir desprecio y pavor por el antes tranquilo héroe de guerra Michael Corleone.
Tal vez por el gran misogismo expresado.
LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN Y MARIO PUZO LO DEMOSTRÓ EN SU OBRA
En la realidad se basó Mario Puzo para escribir El Padrino (1969 primera edición de varias.
Ediciones Orbis).
Primera decena de novelas que exhibieron los contubernios de la sociedad estadounidense, las complicidades entre los diversos estratos del poder, gobernantes, jueces, abogados, delincuentes, policías, senadores y toda la gama que subyace en el poder y el dinero.
De acuerdo con sus biógrafos el autor de origen italiano que nació en 1920 y murió en 1999, jamás tuvo contacto con la delincuencia, pese a ser llamado “El autor de la mafia”.
Incluso se dice que vertió en su obra una visión idílica de esa mafia, lo que se capta en la primera película de Coppola.
En la contradicción con su obra, reiteradamente ligada al catolicismo, era agnóstico y se dolía de la forma como se aplicaba la justicia en Estados Unidos, a favor de los poderosos.
Igual que ahora en México con la actuación de un poder judicial que hace lo mismo y donde un hombre poderoso que tiene atrás a poderosos ex funcionarios que gobernaron al país y viven fuera, se da el lujo de retar la búsqueda del poder utilizando para ello a una mujer que se presta.
Teresa Gil