Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
¿Qué estabas pensando Marcelo?
Marcelo se colocó en la tormenta. Está más solo que nunca, pero también rodeado de manos que se extienden para retenerlo y otras para atraparlo. Al denunciar lo que consideró irregularidades y pedir la reposición del proceso para elegir a quien será la defensora de la Cuarta Transformación, Ebrard cerró la puerta de su pertenencia a Morena, pero abrió otras salidas.
Sobre Marcelo se concentran todas las miradas, todas las intenciones de los hombres y las mujeres del poder. Hoy está en sus mentes. Unos quieren que se quede en el Movimiento de Regeneración Nacional, otros pretenden que se asuma como un actor independiente, ajeno al partido que, dicen, ahora lo traiciona.
La voz de Ebrard reveló su descontento antes de que se dieran a conocer los resultados de las encuestas que llevaron a Claudia Sheinbaum a colocarse como la candidata presidencial de Morena para 2024: “No estoy hablando de fraude, pero sí de incidencias, lo que debe hacerse es repetir el ejercicio”.
El proceso siguió. Horas antes de que se resolviera todo a favor de Claudia. Ebrard presentó las pruebas de esas anomalías para encumbrar a Sheinbaum. Fotografías, videos, chats, capturas de pantalla, fueron exhibidas como pruebas, pero no valieron de nada.
“Centinelas” fue un operativo consistente en desplegar militantes de Morena en sitios en donde se realizarían las encuestas, con el fin de promover a Claudia, lo cual violó el acuerdo para que ninguna de las “corcholatas” fueran apoyadas en esos lugares. El movimiento de los apoyadores de Sheinbaum fue detectado incluso por chats con ese propósito.
A lo anterior se agregaron paquetes de encuestas sin sellos, ni firmas y el remate fue la negativa del comité encargado de la evaluación para permitir la entrada de los representantes de Marcelo al World Trade Center, en donde se dieron a conocer los resultados. Todavía se escucha la increpación de Ebrard hacia Mario Delgado, presidente de Morena, y Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de Morena, por solapar esa actitud: “¡Son unos cobardes!”, les gritó.
La voz de Marcelo se hizo presente en diversos tonos. Le indignó que hayan impedido a sus representantes participar en el conteo de las boletas de encuestas: “Ya no tengo que hacer nada en Morena, ya no tenemos espacio. Hubo muchas irregularidades y tenemos como comprobarlo… Jamás pensé vivir algo así en mi propio partido”.
Y después la reflexión sobre qué hacer tras lo ocurrido: “No ha estado en mi objetivo una candidatura independiente… Fijaremos nuestra posición el lunes”. Y la reflexión sobre el presidente: “Lo considero mi amigo, hemos estado en las buenas y en las malas durante más de 24 años”.
El mismo mandatario, que desde el puesto político más alto del país, anunció que no se repondrá el proceso de elección de quien encabezará en 2024 la defensa de su transformación, pero que en un gesto amistoso le lanzó un guiño: “Marcelo es buena persona, bien dirigente, buen servidor público, es mi amigo, espero que decida apoyar la transformación”.
Y las palabras para tratar de retenerlo, de Mario Delgado: “no queremos que Marcelo se vaya” o de Claudia Sheinbaum, al señalar, sin mencionar el nombre de Ebrard, que tenía la mano tendida hacia él, para iniciar un nuevo proceso de unidad en Morena, que me recordó, no sé por qué la mano tendida de Gustavo Díaz Ordaz, que en 1968 quiso ser un gesto de buena voluntad hacia el movimiento estudiantil, pero que en el fondo fue una farsa, porqué todo acabó en represión, cuando el entonces presidente agregó que los estudiantes dirían si esa mano se quedaba tendida en el aire.
Y la postura del panismo para abrir las puertas del Frente Amplio por México al ex canciller, expresadas por Xóchitl Gálvez, primero expresadas con sorna: “¡Marcelo aguanta, el pueblo se levanta!” y después con mayor reflexión: “Por supuesto que lo voy a buscar. Todos tienen cabida en el Frente. Él tiene que tomar su decisión. Si ya te falló AMLO, aquí estamos”, todo ello ratificado por el presidente del PAN, Marko Cortés.
Pero quizá el señalamiento más genuino hacia lo ocurrido con Ebrard, provino de un militante morenista, que se convirtió en fuerte crítico de ese partido: Gibrán Ramírez Reyes, quien en sus redes sociales aseguró que en Morena le hicieron fraude a Marcelo.
“Si las cosas las cosas las tenían tan bien, entonces por qué hicieron la operación Centinela que se acreditó por parte del equipo de Marcelo, van a presentar pruebas”, destacó en un video difundido en sus redes sociales.
“¿Por qué se les filtró información privilegiada a los brigadistas de Claudia Sheinbaum y a brigadistas de la secretaria del Bienestar para darle una pasada promocional a las secciones en donde se levantaría la encuesta?”.
Gibrán describió la manera de actuar de la cúpula de su partido y justificó la respuesta de Marcelo: “¿Por qué si estaban tan seguros de la superioridad numérica de su candidata, le dieron la comisión de encuestas y no cambiaron por una mucho más imparcial y técnicamente dotada. Bueno, realmente no estaban seguros y aunque las encuestas publicadas en diarios, anteriormente, mostraban una clara diferencia, prefirieron avasallar, pisotear la dignidad de Ebrard, no les bastaba ganar, había que ser humillantes y eso, para muchas personas, constituye un límite”.
El morenista animó a Ebrard a reflexionar: “¿Qué estabas pensando Marcelo, que te pasaba por la cabeza cuando le creíste al presidente López Obrador y a Mario Delgado, cuando tú le ayudaste a que llegara a la presidencia de Morena?”.
“¿No esperabas que te clavara un puñal por la espalda, como si él no hubiera dado suficientes muestras, que es así y así se comporta sistemáticamente, de que haría lo que fuera para conseguir poder y un poco de dinero; bueno, Marcelo tú lo conoces mejor que nadie”.
Y después la decepción de los morenistas genuinos, de aquellos que querían un cambio verdadero: “Debo decirte que te entiendo muy bien, porqué fuimos muchos, fuimos millones, algunos más cerca o más lejos del círculo de López Obrador, pero fuimos millones los que creímos en esa palabra, que hoy te defrauda”.
“Creímos millones. Millones dejamos de creer también. Nos alejamos, porqué nos dimos cuenta de uno o de otro engaño. En mi caso fue también de la democracia interna y de la manera en que hacen las encuestas trampeadas en Morena”.
Antes del “destape” de Sheinbam, describió Gibrán lo que prevé para el futuro de Ebrard. “Ahora estás o estarás solo y bajo ataque. Ya empezaron los gobernadores a ungir a Claudia Sheinbaum y todo el aparato de estado, mientras el presidente se va de gira, se va a hacer la campaña, que tanto le gusta a él”.
Gibrán, denostado por desviar recursos de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, de la que era secretario general, para promocionar su campaña para ser presidente de Morena, le comentó a Ebrard:
“Desde luego, esperamos Marcelo que te sumes a la enorme masa crítica que se está haciendo desde la izquierda, desde esa otra izquierda que no está en el partido ya, que está más bien lejos, que tiene un espacio intermedio e incómodo, entre la derecha polarizada y polarizante y la pseudo izquierda de Morena”.
“Tenemos que abrir, si no para ahora, para esta elección, tenemos que abrir un espacio intermedio, que permita discutir del país, del futuro… y enfrentar la lastimosa realidad de la muerte y la violencia en el país, mientras todo el aparato de Morena anda en la frivolidad, en el engaño, porqué todos ellos saben, estimado Marcelo, que fue una farsa, que fue un engaño y el presidente López Obrador y ellos, los paleros, no van a pasar a la historia como demócratas, ya no hay manera de controlar esa narrativa”, comentó en otro video Gibrán.
Las voces en uno y otro sentido en torno a Marcelo se entreveran. El escucha y seguramente decidirá pronto su destino.