Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Los 43, mar de fondo de un caso que no llega a su fin
Muy sugerente el nombre mar de fondo, fenómeno marino que suele instalarse en costas mexicanas en tiempos de huracanes, porque recuerda lo que está pasando en el país, en esta etapa convulsa. Me trajo a la mente aquella novela tan compleja y terrible de Patricia Highsmith, que lleva precisamente ese nombre, Mar de fondo (Bruguera 1983, Anagrama 2000). El fenómeno no es nuevo dicen los expertos, es producido por tormentas que impactan franjas marinas lejanas de las playas, arremeten con fuerza produciendo olas de tamaño poco vistas. Similares a esas que atraen al turismo en la playa Tecomán, que está entre Manzanillo y Colima y que por sus enormes olas es inspiración para las famosas marinas. Pero el nombre del fenómeno denota muchas más cosas como las que estamos viviendo en el acontecer mexicano: el transcurrir, por ejemplo, del proceso electoral con un INE que amenaza con ajuste de cuentas en los que están violando la ley; el mar de fondo que todos explican y denuncian, pero que convulsiona las decisiones del órgano electoral en contra del ejecutivo. Cosas profundas hay en el caso Ayotzinapa, en el que los padres ya enfrentan la política oficial, pese a que el presidente les dice que el ejército ya entregó todo lo que tenia. Hay varios procesados, entre ellos dos generales. Luego viene lo de Ebrard con ese extraño movimiento civil, mientras agrede a Claudia de diferentes maneras. y muchas situaciones que crecen desde adentro y se estrellan con violencia en nuestra realidad mexicana.
LOS PACTOS DE SILENCIO Y EL PARO EN EL CAMPO MILITAR
La decisión de los padres de los 43 de instalarse en paro en terrenos del campo militar número uno, ya rompe la relación que este gobierno ha estimulado desde una permanente atención a sus demandas. Todo se ha hecho, aunque como dice el presidente se ha topado con pactos de silencio y desde luego con delincuentes que escapan como Tomás Zerón y que cercenan cualquier intención inmediata de resolver el problema. A nueve años de aquella tragedia, cuando las cosas han avanzado en algo, pero el lugar en donde se encuentran los estudiantes se ignora, hunde las pesquisas en desasosiego y las víctimas endurecen su posición. Hay en ellos una equivocación cuando dicen que el poder judicial protege a los militares. Por el contrario, ha sido ese poder el que dejó libres a otros detenidos, decenas de ellos que estaban en proceso. Complejo todo como un mar de fondo.
LA MENTE EN CONFLICTO, SE ASEMEJA A UN MAR DE FONDO: PATRICIA
HIGHSMITH Mar de fondo (Deep water) fue escrita por la estadounidense Highsmith en 1957, después de la sorprendente Extraños en un tren (1951) que la lanzó a la fama con la película del mismo nombre que dirigió Hitchcock con guión de Raymond Chandler. Michel Deville hizo una versión en Francia en 1981 de Mar de fondo (Eaux Profondes), una novela llena de las profundidades que tienen las obras de Highsmith y que se reflejaban en su misma persona, extraña, arisca, mujer con recovecos, pero una gran escritora. El argumento presenta en un corto fluido, la historia de Vic Van Allen, hombre apacible, excelente esposo, buen vecino que tolera los amoríos de Melinda, esposa frívola que por el contrario centra los reproches de su entorno. Pero en la tranquilidad del buen hombre, se esconde un interior turbulento, el mar de fondo de un sicótico que espera el momento oportuno para matar; personaje que recuerda los cuentos de Raymond Carver, por el final sorpresivo. Highsmith está más cerca de la inglesa Ruth Rendell que murió en mayo del 2015 y que también escribió con el seudónimo de Bárbara Vine, que con Agatha Christie, todas, en diversa dimensión, reinas del crimen. Hastiada de Estados Unidos cuya clase media no toleraba sus complejas novelas (reivindicada a partir de su famoso personaje Tom Ripley), se fue a vivir a Suiza donde murió en 1995.