Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
MORELIA, Mich., 23 de octubre de 2023.- La Noche de Muertos en Michoacán es un viaje al más acá. No hay duelo, no hay llanto, inquietud, ni incertidumbre, es una celebración en la que las familias esperan con regocijo el retorno de las ánimas y el reencuentro con los seres amados que han partido a otras galaxias.
Las tradiciones de Día de Todos los Santos y Noche de Muertos en nuestro Estado son una manifestación viva, creciente, pujante y cambiante que se transforma año con año, pero mantiene sólidos e inamovibles sus principios, porque son heredades propias de la unión de dos culturas, dos religiones, dos cosmovisiones y dos maneras de atisbar desde el más acá hacia al más allá.
Cuando llegaron los europeos a estas latitudes de los cazonzi y los tatá khéri se encontraron con rituales en los que se rendía culto a las ánimas, a los guerreros caídos en batalla y a los dioses, a quienes se esperaba a mediados de año en una celebración en tiempos en la que terminaban las siembras.
Los conquistadores se maravillaron con los credos de los tarascos prehispánicos y dieron cuenta de su mitología, de su cultura, de sus creencias y de sus costumbres a través de lienzos como el de Jucutacato, por ejemplo.
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