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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de octubre de 2023.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió un pronunciamiento para señalar que son falsos los dichos por seis exconsejeros que renunciaron a sus cargos honoríficos.
La CNDH enfatizó que dichos exconsejeros sólo han hecho una labor obstruccionista al trabajo de la Comisión en defensa de los derechos del pueblo.
En el pronunciamiento se señala que desde la pasada sesión del Consejo Consultivo, el 29 de septiembre, estos seis integrantes se habían puesto al margen de la ley, toda vez que a pesar de que estaban obligados, por mandato constitucional, a nombrar a dos personas que dejarían sus funciones como consejeros para renovarse con la designación de otras personas elegidas por el Senado, se negaron a hacerlo.
Este mandato está inscrito, además de la Constitución, en la Ley de la CNDH y en el Reglamento Interno, por lo que la presidenta Rosario Piedra Ibarra lo hizo del conocimiento del Senado de la República, a efecto de que, en el marco de sus facultades, interviniera para poner término a esta grave irregularidad.
Justo se estaba en espera de la resolución, puesto que en esas condiciones era imposible de convocar a sesiones del Consejo, cuando se da a conocer a través de los medios que los seis consejeros presentaron su renuncia, arguyendo una serie de mentiras, que lo único que evidencian es la manera en que se condujeron durante todo el tiempo en que estuvieron en un encargo al que jamás respetaron ni hicieron honor.
En el pronunciamiento se enfatiza que es mentira que la renuncia de los consejeros se haya dado porque la presidenta se negara a “acatar resoluciones asumidas por el Consejo”, pues este órgano es consultivo precisamente de la presidencia, no actúa por encima de ella y menos, como reiteradamente pretendieron, “interpretando” la ley a su antojo y conveniencia.
Cabe recordar que es la presidenta de la CNDH quien también preside al Consejo Consultivo; que las funciones ejecutivas no le corresponden a este, y que, lejos de aconsejar u opinar, acorde a su mandato, estos seis consejeros pretendían rebasar sus funciones legales, imponiendo sus puntos de vista y denostando todo el trabajo de la Comisión, del que eran informados puntualmente, mes con mes.
Para la CNDH, los exconsejeros mienten, también, cuando dicen que se dejaron de hacer recomendaciones generales sólo “para no incorporar sus observaciones”, lo cual, contrario a lo que dicen, hicieron en, por lo menos, cinco ocasiones.
Aunque en algunos casos terminaron por desconocer su propia votación, como en el caso de la Recomendación General 46/2022, así como la incorporación en ella de sus observaciones.
“Por lo que hace a sus temerarias denuncias, respondemos que es completamente falso que la presidenta Rosario Piedra Ibarra haya proferido amenaza alguna en su contra, y mucho menos que haya utilizado recursos personales o de la propia Comisión para calumniarlos”, cita el documento.
Por el contrario, cada vez que en pronunciamientos públicos, la CNDH se refirió a sus ahora exconsejeros, fue para aclarar manifestaciones falsas o a modo, expresiones misóginas y de odio, e incluso amenazas que ellos sí profirieron.
Hubo una ocasión en que amenazaron con destituirla; expresiones todas estas que son públicas porque las difundieron en diversos medios de información o en sus redes sociales, no reparando en llegar hasta al insulto y la violencia de género en contra de la presidenta de la CNDH.
La Comisión reiteró que es falso, sobre todo, que no se les haya permitido cumplir con sus funciones, pues en las actas que se elaboran y publican mensualmente de las sesiones del Consejo, hay ejemplos de sobra de todo lo contrario, de su labor obstruccionista y francamente descalificatoria de todo aquello que proponía la presidenta, actuaciones que caían en francas ilegalidades, algunas de las cuales se encuentran sometidas hoy a un proceso jurisdiccional.
En esas mismas actas públicas de las sesiones, quedaron plasmadas las constantes faltas de respeto que las y los integrantes del Consejo Consultivo tenían con la presidenta, y en general en contra de todas las personas servidoras públicas que forman parte de este organismo autónomo.
Por último, es grave, pero muy sintomático -y una muestra más de la agenda política y personal de quienes integraban este Consejo-, que insinúen que en la CNDH hay “intereses diversos a la defensa de los derechos humanos”, un discurso muy similar al que despliega la señora Miranda de Wallace en su campaña de desprestigio.
“Rechazamos categóricamente estas acusaciones, y demostramos, con hechos, que no somos rehenes de ninguna agenda, porque nuestro único compromiso es con las víctimas, con todo el pueblo de México, y seguiremos por esa ruta, a pesar de calumnias y campañas de difamación que, sabemos, no tienen otro interés que el de satisfacer ambiciones partidistas electorales, y algo peor: volver a la vieja CNDH, que además de altamente onerosa para el pueblo, tenía un desempeño deficiente pero muy útil para los beneficiarios y cómplices del poder”.
La Comisión puntualizó que la renuncia de las seis personas que fungieron como consejeras, no coloca a la CNDH ante ninguna crisis.
En un comunicado, Ma. Isabel Miranda de Wallace enfatizó que la renuncia unánime del Consejo Consultivo de la CNDH confirma lo que hace unos días denunció: el que el órgano dejó de ser autónomo y que además ya está infiltrado por abogados que únicamente defienden a delincuentes.
“Por lo que reitero, tanto usted como la propia CNDH, no tienen autoridad moral alguna para los mexicanos quienes hemos sido testigos de su actuar y para muchos de sus integrantes. No tan sólo no resuelven las quejas de lo que sucede día a día a las verdaderas víctimas, peor aún ustedes mismos violan derechos humanos, como fue en mi caso”.