Abanico
Una reconstrucción de Acapulco que tardará varios años, aunque el gobierno federal diga lo contrario; Sorprende la desaparición del EZLN a 30 años de su pública aparición.
Ufano y demagógico, Andrés Manuel López Obrador sostiene que antes de que acabe su sexenio Acapulco estará en pie y en su soliloquio mañanero se atrevió a decir: “Más claro todavía: en ningún gobierno ante una tragedia así, se ha destinado tanto apoyo al pueblo. Pero está muy difícil que podamos convencer a nuestros adversarios; sin embargo, se garantiza el derecho a disentir, somos libres.
Y es que según el Ejecutivo Federal “tenemos suficiente y bastante presupuesto (para la reconstrucción total del puerto y sus alrededores). No es para presumir, es sencillamente restregarles suavemente en la cara a los corruptos que cuando el presupuesto se maneja con honradez, alcanza, rinde; cuando hay corrupción, como antes, que es lo que quisieran a veces, que regresara la misma corrupción, pues entonces sí no alcanza el presupuesto y hay que pedir préstamos, hay que endeudar, hay que decretar gasolinazos, hay que aumentar los impuestos, todo eso que ya conocen, nada más que afortunadamente tenemos presupuesto suficiente.
Dijo que todos los afectados, los damnificados, van a tener un apoyo directo de acuerdo al censo, de acuerdo a la afectación en su vivienda; no crédito, sino apoyo directo; sus enseres, todos. Pero también pequeños, medianos comerciantes, empresarios, créditos a la palabra y apoyos directos. Y dio el dato que hasta ahora van más de 172 viviendas censadas, y se calcula que van a ser 250 mil.
En cuanto a las canastas básicas, se van a adquirir tres millones, y comentó que “ya empezamos a entregarles, de canastas con 24 productos, tres millones, es un promedio que vamos a distribuir de 35 mil canastas diarias durante tres meses. ¿Y luego? Pues no hay trabajo y hay que recordar que la economía del estado de Guerrero, dependía en casi un 90 por ciento de lo que generaba Acapulco.
El asunto va más allá de lo que diga o haga López Obrador y su gabinete. La reconstrucción de Acapulco, puede tardar años. Hay muestras palpables de ello. Un ejemplo, la capital del país. Los sismos dañaron las estructuras de varios edificios, los cuales no se han tirado ni reconstruido y todavía hay familias que siguen demandando tanto al gobierno capitalino como al gobierno federal apoyos para obtener ya sea nuevas viviendas o que les reconstruyan las suyas.
La situación imperante en varios municipios costeros de Guerrero es todavía de absoluta incertidumbre, pues las brechas y caminos rurales están destruidos y la ayuda no llega. Ni el gobierno del estado de Guerrero ni tampoco la Secretaría de Gobernación han explicado por qué fueron sacados de la lista de los municipios declarados en desastre al menos 43 de ellos y solamente dejaron Acapulco y Coyuca de Benítez. Tampoco han dicho si cuenta con las listas de fallecidos y desaparecidos en esas zonas serranas o costeras que están incomunicadas.
Por otra parte, en un comunicado fechado en “Noviembre del 2023”, el subcomandante insurgente Moisés, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), informó que desaparecen sus actuales municipios autónomos y sus juntas de gobierno y explicó que todos los sellos, membretes, cargos, representaciones y acuerdos con el nombre de cualquier municipio o de cualquiera de las juntas de gobierno, son inválidos a partir de este momento.
“Ninguna persona se puede presentar como miembro, autoridad o representante de cualquier ayuntamiento o junta de gobierno. Los acuerdos sostenidos antes de esta fecha, con Organizaciones No Gubernamentales, organizaciones sociales, colectivos, grupos e instancias de solidaridad en México y el mundo se mantienen hasta la expiración de los mismos, pero no se podrán hacer nuevos acuerdos con estas instancias de la autonomía zapatista, por la simple razón de que ya no existen.
Al acercarse los 30 años del alzamiento, el comunicado firmado por el subcomandante Insurgente Moisés señala que “contrario a lo que informa y desinforma la prensa oficialista, las principales ciudades del suroriental estado mexicano de Chiapas están en un completo caos. Las presidencias municipales están ocupadas por lo que nosotros llamamos “sicarios legales” o “crimen desorganizado”. Hay bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras. Esto es efecto del padrinazgo del gobierno del estado y la disputa por los cargos que está en proceso. No son propuestas políticas las que se enfrentan, sino sociedades criminales. Entonces, pues claro les decimos que, a diferencia de otros años, no es seguro venir.
Y agrega:
“San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque, por mencionar algunas cabeceras municipales, están en manos de uno de los cárteles del crimen desorganizado y en disputa con otro. Esto es constatado por la llamada industria hotelera, turística, restaurantera y de servicios. Quienes trabajan en estos lugares lo saben y no lo han denunciado porque están amenazados y, además, saben que es inútil cualquier petición, porque las autoridades estatales y municipales son las que delinquen y no tienen llenadera en la robadera que están haciendo. En las comunidades rurales el problema es más grave aún. Eso lo gritan quienes las habitan en todas las regiones de Chiapas, particularmente en toda la franja fronteriza con Guatemala. Lo que se lee, escucha y se ve en la mayoría de los medios locales y nacionales, es sólo un eco malo y sinvergüenza, de las redes sociales del gobierno del estado. La verdad es que las autoridades oficiales son el problema. Sí, como en el resto del país.
Y denuncia el jefe zapatista:
“Las fuerzas militares y policíacas federales, estatales y locales, no están en Chiapas para proteger a la población civil. Están con el único objetivo de frenar la migración. Ésa es la orden que vino desde el gobierno norteamericano. Como es su modo, han convertido la migración en un negocio. El tráfico y la trata de personas es un negocio de las autoridades que, mediante la extorsión, el secuestro y compraventa de migrantes, se enriquecen desvergonzadamente. Entonces, pues no les aconsejamos que vengan. A menos, claro, que se organicen muy bien para hacerlo.