Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido/Felipe de J. Monroy
¿Será posible que la reelección de alguien implique la muerte de miles y miles de niños en Gaza?
¿Ha llegado a tal grado la inhumanidad para que un viejo que ha ejercido un poder mediocre al servicio de los grandes capitales de su país no ponga freno a lo que está haciendo un tipo loco, enfermo, como Benjamín Netanyahu?
Es el presidente que viene a postrarse ante la Virgen de Guadalupe mexicana y se persigna hipócritamente, mientras hace lo posible con tal de seguir reteniendo el poder.
La pregunta es si el gran pueblo del norte emitirá el voto a su favor. Si eso sucede, quiere decir que la mortífera moral del que gobierna, se trasminó a sus vasallos. Por la actuación fuera control que está ejerciendo Netanyahu, apoyado por Estados Unidos, está claro que ha perdido toda la cordura, es un hombre enfermo y los organismos internacionales deberían de tener mecanismos para detenerlo.
Es algo que estará escrito en la historia de los más grandes crímenes que se han cometido. En el caso de crímenes de lesa humanidad y genocidio, no puede funcionar la soberanía de un país y el que la detenta en su poder, debe ser intervenido de inmediato.
Pero a esa locura que nadie puede creer, el organismo internacional que nos protege, ha caído en el más lamentable fracaso.
Por lo que estamos viendo, todos los países del mundo están al garete en este momento. Cualquiera puede penetrar en nuestra auténtica soberanía y hacer lo que le de la gana. La ONU ha fracasado. No sirve como organismo de defensa. Antonio Guterres, como niño llorón, se quejó de que “Convierte Israel a Gaza en cementerio de niños”, como si no fuera su organismo el que debería de haberlo impedido. Las violaciones a los principios fundamentales de las guerras han estado por los suelos y por ese solo hecho, la ONU podría intervenir apoyado por los países que están en contra de la matanza, e impedir que la masacre se siga dando. Ya había sido asesinadas diez mil personas 4 mil de ellas eran niños.
Un cosa increíble. Y en la cual al enfermo Netanyahu sus ministros le insisten en que se usen armas nucleares para borrar de una sola vez a un pueblo. Pueblo en el que la mayoría son inocentes y tienen todos los derechos a salvo según las leyes internacionales.
Hay dos grandes fracasos en esta guerra cruenta, el de la ONU, ya expuesta y respecto a la cual ya será imposible confiar. Y el de Estados Unidos, porque si bien su poderío se ha puesto en evidencia, la forma como lo ha hecho ha derrotado todo respeto y toda consideración. No podemos hablar de fracaso de Israel, porque su intervención ni siquiera merece ser considerada en un análisis. Lo que está haciendo su primer ministro está fuera de toda consideración y solo merecería ser sometido a juicio y en una especie de jurado de Nuremberg como el de la segunda Guerra mundial y ser sometido a juicio.
Es un ser que no merece vivir. Lo más lamentable es el caso de la ONU, porque es un organismo que los 193 países que lo integran mantienen y su fracaso los expone a todos. Ha intentado salvar circunstancias a través de auxilios en los que ha perdido miembros y llamamientos de alto al fuego cuando grupos humanitarios llaman a cesar los ataques, pero todo parece inútil.
Más cuando la propia organización ha señalado que en la franja de Gaza nadie está a salvo. Y esa frase, como hemos dicho, se extiende a todo el mundo porque el que está atrás es Estados Unidos. Ni siquiera el sálvese quien pueda, se podría aplicar.