Obispos de México: Un nuevo horizonte/Felipe de J. Monroy*
Hemingway. Acapulco y la lucha contra los elementos
La vida se despeja un poco para Acapulco, y las actividades con ciertas limitaciones, toman su curso. Pero la pregunta que queda es preocupante: ¿Que sucederá si llega otro huracán similar al Otis? Las nuevas construcciones, los cambios que desde luego Acapulco va a experimentar gracias a la inversión, se centrarán según se ha dicho y nos imaginamos, en reforzar construcciones y en aplicar técnicas modernas de construcción diferentes a los muchos edificios viejos que veíamos a la orilla de la playa. Esa puede ser la respuesta. En eso fallaron los grandes consorcios de esos hoteles de cadenas por lo general gringas. AMLO dio un homenaje a las personas fallecidas 50 hasta el momento y se mostró optimista al informar apoyos a 250 mil familias, cuando ya se anuncia arreglo de la infraestructura para antes de navidad. Se mueve la secretaria de Relaciones Exteriores Alicia Bárcena, en busca de apoyo en países y el empresariado se pone a punto, según dice. La sombría etapa de más de un mes que vivieron tantos acapulqueños, ¿culminará como le pasó a aquel famoso personaje de Ernest Hemingway después de enfrentarse al poder del mar y sus peligros? El escritor exhibe en esa obra El viejo y el mar, la fuerza de la voluntad para luchar contra los elementos.
EL PERSONAJE DE HEMINGWAY USA FUERZA Y VOLUNTAD, PARA VENCER AL MAR
El viejo y el mar (Editorial Debolsillo 2011) el libro del Nobel Ernesto Hemingway, es la obra que más se menciona del escritor estadounidense, como no sea la que hacía de París una gran fiesta. Hay envidiosos de siempre que critican su literatura en algunos aspectos, pero con tan solo leer algunas cuantas, como las que escribió mientras vivía en Cuba, merece el laudo. El libro mencionado ¿Sería una premonición de Hemingway, que al paso de unos años se suicidó? Santiago, un anciano pescador que lleva más de 80 días sin lograr una presa, rompe con todos los esquemas de la sensiblería y la nostalgia, arrinconando fotos y dejando de pensar en el pasado. Una vez hecho eso, se lanza a las aguas tempestuosas del mar de Cuba. Su enemigo, como lo fue para los que están perdidos fuera de la bahía de Acapulco, es el más poderoso: el mar, con todo lo que subyace en él. Solo, en una endeble embarcación, se sumerge en el día y en la noche del embravecido océano, hasta lograr obtener el más grande y preciado animal. Este le salvará la vida, al ser el alimento de los tiburones que lo persiguen insaciables.
HEMINGWAY ENALTECE LA FUERZA DE LOS DÉBILES, ANTE EL PODER DEL MAR
Como todo buen escritor, el Nobel usa un símil tramposo con el lector al dejar todo a su imaginación. Pero se desprende de su intención la exaltación de la debilidad, ante las fuerzas más poderosas, el mar y la propia edad. Santiago no solo se robustece ante si mismo, sino que llega aureolado de heroicidad ante el pueblo que lo ha visto desfallecer. Es viejo, es cierto, como muchos de los desvalidos de Acapulco, pero ha demostrado fuerzas, pericia y dignidad. Su vida ahora, será distinta. Hemingway ganó el Premio Pulitzer con esa pequeña novela de 1952, y el premio Nobel en 1954. De acuerdo a como se caracterizaba la edad en esa época, el estadounidense era casi un viejo a esa edad, cuando en esta es apenas un adulto medio. La imagen de ese hombre Santiago, que se esforzaba luchando contra la muerte, ya era parte de la vida del escritor que se suicidó en julio de 1961, el mes en que cumplió 62 años. Gabriel García Márquez en un escrito hizo notar que Hemingway no era el tipo de personas que se suicidan. Que su muerte había sido una contradicción. Pero algunas de sus muchas obras como Adiós a las armas, ¿Por quién doblan las campanas? la que ahora mencionamos, entre otras, todavía brillan y permanecen vivas en el interés de los lectores.