Desafíos: 3 de diciembre, día de la persona migrante con discapacidad
@guerrerochipres
Los números de la extorsión exponen una realidad diferenciada en cada entidad, donde las estrategias para enfrentarla muestran la capacidad de gestión ante delitos de alto impacto.
Desde hace 15 años, este ilícito se ha extendido por América Latina hasta convertirse en un fenómeno de central atención. Grupos del crimen organizado, dedicados originalmente al tráfico de drogas desde el sur hasta el norte del continente, incursionaron en otras actividades ilegales.
El estudio “Innovadores criminales, nuevas tendencias de extorsión en Latinoamérica”, del Global Initiative Against Transnational Organized Crime advierte de la adaptación de las organizaciones criminales y el impacto de la extorsión telefónica.
“Más del 90% de las extorsiones en México se llevan a cabo por vía telefónica. Los delincuentes se hacen pasar por miembros de una conocida organización criminal local y afirman estar vigilando el negocio o el domicilio de la víctima», señala el análisis presentado a finales del 2022.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el número de carpetas de investigación creció 17.3 por ciento entre 2019 y 2023.
Los datos exhiben la distancia en el trabajo entre entidades. En el Estado de México, Delfina Gómez recibió el gobierno estatal con un incremento de 67 por ciento, mientras en la Ciudad de México se registró una reducción de 44 por ciento.
En la capital nacional, la tasa está encabezada por las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, con 183, 168.5 y 143.4 extorsiones por cada 100 mil habitantes. En Iztapalapa es la única alcaldía —entonces encabezada por Clara Brugada, ahora precandidata única de Morena a la Jefatura de Gobierno— que admitió la propuesta de combate a la extorsión tanto en territorio como digitalmente en conjunto con el Consejo Ciudadano de la CDMX.
Hay tres aspectos de trabajo clave para enfrentar un delito como la extorsión: contar con las denuncias para documentar la práctica delictiva, mapear el fenómeno para conocer la magnitud y localización de los delitos, así como fomentar la confianza entre ciudadanía y autoridades.
En la capital nacional, la disposición a impulsar la denuncia por parte de Claudia Sheinbaum al asumir la Jefatura de Gobierno y de Martí Batres ahora como cabeza de la administración, ha sido central para fortalecer la confianza ciudadana.
Así es posible romper la cadena de temor y silencio.