Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Ayotzinapa: teatro de 3 pistas
La paz no es la ausencia de guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia.
Baruch Spinoza (1632-1677) Filósofo holandés, de origen judeoespañol.
Por Víctor Sánchez Baños
No es la primera, pero tampoco será la última vez, en que desde la Presidencia de la República, se orquesten actos que aparenten ataques al presidente, cuando en realidad están orquestados, para crear confusión y dar armas propagandísticas que sirvan para atacar a la oposición.
El miércoles pasado, un presunto grupo de “solidarios” a los padres de los 43 jóvenes, secuestrados y asesinados de la Normal de Ayotzinapa, tomaron una camioneta de la CFE para destrozar una de las puertas de Palacio Nacional, e intentar ingresar a los aposentos del presidente de la República.
Definitivamente es un vulgar vaudeville (vodevil), una comedia frívola, ligera, intrigosa y con actores improvisados; con el claro sello gubernamental.
La izquierda mexicana es especialista en ese tipo de actos efectistas e histriónicos. Luis Echeverría, en 1968, cuando era secretario de Gobernación, ordenó al grupo Olimpia y a agentes de la Dirección Federal de seguridad, atacar a soldados que resguardaban la marcha del 2 de octubre en la plaza de las tres culturas Tlatelolco.
Se descubrió, al paso del tiempo, que Echeverría creó un conflicto estudiantil de la nada, para imitar las corrientes internacionales de la Revolución de Mayo, de París, cuyos intereses eran completamente diferentes a los que movían a los estudiantes mexicanos, en aquellos meses.
De esa manera, Echeverría logró encumbrarse y se convertirse en presidente a la República. Ahí armó otro teatrito. El 10 de junio de 1971, en la calzada México-Tacuba, el gobierno, por órdenes del presidente en turno, ordenó la masacre. Murieron a manos de los llamados Halcones, Granaderos y militares, a 225 estudiantes, una cifra no oficial, pero cercana a la realidad.
Pero regresemos al ataque del miércoles pasado a palacio nacional.
Quienes instigaron esta agresión al símbolo del presidencialismo mexicano, eran sujetos que llevaban los rostros cubiertos, pero se identificaban por portar tenis con tres banditas, similares a los de la marca Adidas. Los Halcones en 1971, usaban un guane blanco para diferenciarse de sus víctimas.
Además, los agresores de Palacio, no eran padres, ni normalistas, eran agentes especiales. Portaban ropa de marca. Muy fifis. Esto con el objeto de incriminar a los conservadores y a la derecha que califica AMLO como “fifis”, lo que seguramente una investigación de la Fiscalía General de la República, de Alejandro Hertz, arrojará sobre ese atentado, ya que es un delito federal.
Se trata de un teatro de tres pistas.
Primera pista: López Obrador afirma que hay buena relación con los padres de las víctimas de Ayotzinapa. Sin embargo, no es cierto. Los padres de los muchachos no están satisfechos con la verdad que hay integrado en sus investigaciones, el ahora su secretario de gobernación para los derechos humanos, Alejandro Encinas. La promesa de AMLO de dar con la verdad no se cumplió. Tuvo 6 años para hacerlo y fracasó.
Y, se entiende. Es idéntica a la verdad histórica, por la cual se encuentra en la cárcel, el procurador general de la República, que Jesús Murillo Karam. Sólo se agrega la participación del ejército, no como actor, sino por no intervenir, a pesar que se escuchaba escuchaban a través de las radios policiacas, del secuestro y ataque a los jóvenes.
Segunda pista: Los intereses para guardar silencio sobre los pormenores de la matanza de los normalistas, son similares entre Enrique Peña Nieto y López Obrador. Ambos cuidan la imagen del Ejército; ambos tienen intereses electorales en la región de Tierra Caliente y, por si fuera poco, los grupos criminales de la región tienen lazos con políticos tanto de la izquierda, como en el pasado peñistas con el priismo y el panismo.
Tercera pista: Lo más importante de las pesquisas sobre el secuestro y asesinato de los 43 normalistas, no se hicieron en México, ni mucho menos se divulgaron. Fueron investigaciones realizadas por la Corte de Nueva York, sobre los grupos delictivos que operan en Guerrero. Las autoridades judiciales mexicanas, y lo saben perfectamente los padres de los normalistas, están encargadas de bloquear la información y, de ello, el presidente Obrador está perfectamente informado y consciente.
El objetivo de atacar Palacio Nacional, está encaminado a inculpar a opositores.
Por ello, reflexionamos sobre lo que posiblemente ocurrirá con un AMLO desesperado por los números reales en el proceso electoral que no le dan para mantenerse en el poder. No es por la propuesta de la oposición, sino por la corrupción, incompetencia y traiciones en el seno de Morena.
Ante ello, lo mejor para el oficialismo es el caos y, esto preocupa porque después de las elecciones, si pierde Morena, el país puede caer envuelto en llamas de una izquierda que cuando pierde destruye.
Para analistas financieros y políticos internacionales, encienden las luces amarillas.
PODEROSOS CABALLEROS
PARQUE INDUSTRIAL SANTA FE
Con el inicio de la construcción del Parque Industrial Santa Fe en Torreón, el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, impulsa proyectos para el desarrollo de la región Laguna y manda la señal que su gobierno es un aliado de quienes quieran invertir, emprender y trabajar en esa entidad.
RESPONSABILIDAD SOCIAL Y GOBERNANZA
COTEMAR
Coincidente con la iniciativa mundial de disminuir las emisiones de carbono, Grupo Cotemar inició hace dos años un proyecto de descarbonización, conocido como Net Zero Emissions, con la finalidad de emprender todas las acciones necesarias para reducir a cero las emisiones contaminantes o, en su defecto, compensarlas para el año 2050. Para ello, mantiene un mapeo de riesgos y oportunidades relacionados con el clima. Además, participa en el SDG Ambitions, programa acelerador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, para reducir y compensar la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) al 2030.