Netflix transporta a Macondo con tráiler de Cien años de soledad
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de marzo de 2024.- Este fin de semana se llevó a cabo el primer Carnaval Indígena Costeño en la ciudad de Santa Ana, California, en el que la comunidad migrante presentó diferentes danzas tradicionales de la región Costa del estado de Oaxaca, especialmente del municipio de San Pedro Jicayán.
“Con este festival oaxaqueño, que puso en alto el nombre de México, logramos traer nuestras tradiciones y nuestra cultura indígena hasta Estados Unidos, porque si bien hemos dejado nuestras tierras, nos sentimos muy orgullos de nuestras raíces y queremos que nunca mueran”, dijo Iván Santiago, líder del grupo de danza Chikua’a y organizador del evento, en un comunicado de prensa.
Los asistentes, que en su mayoría residen en el sur de California, se mostraron emocionados y contentos de poder apreciar danzas que después de muchos años no habían tenido oportunidad de disfrutar debido a que no pueden viajar a su país.
También, quienes nacieron en Estados Unidos y quienes son originarios de otros países se mostraron sorprendidos por la forma en cómo las comunidades mixtecas de Oaxaca celebran el carnaval.
La primera danza que se presentó fue la danza de los tejorones en la que los participantes hicieron su aparición portando imponentes penachos hechos con las plumas de gallo más finas, y que fueron importados con mucho esfuerzo desde su comunidad indígena en México. También, usaron máscaras labradas y pintadas en madera por artesanos oaxaqueños, camisa blanca, pantalón negro, saco, corbata y en la mano una sonaja.
La segunda danza que presentó fue Las mascaritas, la cual se baila en cuadrillas en tiempos de carnaval, así como en las festividades más importantes de la comunidad.
“Sobre el origen de esta danza se dice que surgió a raíz de la invasión francesa en México. Los indígenas de aquellos tiempos observaban discretamente como los invasores organizaban sus fiestas, y una vez que se fueron los franceses, los mixtecos lo celebraron con este tipo de bailes pero de una manera más exagerada y grotesca, como una forma de protesta hacia la invasión”, comentó Iván Santiago.
Finalmente, la tercera danza que se presentó en el primer Carnaval Indígena fue la danza del caballo loco, que puso a bailar a todos los asistentes alrededor de un caballo hecho de cartón y al ritmo de diferentes sones tradicionales.
“Si bien el objetivo de nuestro grupo de danza es mantener viva nuestra herencia cultural, este proyecto también fortalece a la comunidad, ya que brinda un espacio de apoyo y esparcimiento. A raíz de la migración, el hecho de dejar a nuestras familias y nuestros proyectos en México, muchas personas padecemos de soledad y depresión, y gracias a la unión que brinda el grupo de danza, este proceso de adaptación se está haciendo más fácil”, dijo Iván Santiago.
Ahora, ya se iniciaron los preparativos para el Carnaval 2025, el cual se buscará realizar en un espacio donde más personas puedan tener acceso para que la cultura oaxaqueña se siga difundiendo por los diferentes rincones de Estados Unidos.