Abanico
¡La legión de idiotas goza de cabal salud!
Una de las mejores noticias para el oficialismo, luego del Primer Debate Presidencial, es que mantienen su fidelidad al grupo en el poder buena parte de los 30 millones de mexicanos que hicieron presidente a López Obrador.
En efecto, según la mayoría de las encuestas levantadas luego del debate, tanto el mandatario mexicano, como su candidata presidencial, la señora Claudia Sheinbaum, mantienen la aceptación de por lo menos el 50 por ciento de los potenciales electores para el 2024.
Sin duda se trata de un porcentaje impensable de simpatizantes, no sólo de un gobierno escandalosamente fallido, sino de seguidores de su propuesta de continuismo, no menos descabellada.
¿Y por qué impensable y descabellada la simpatía por AMLO y Claudia?
Porque algo muy grave pasa entre la sociedad mexicana para llegar al extremo de que 50 por ciento de electores –mujeres y hombres–, no hayan cambiado de opinión a pesar de los fracasos del gobierno de Obrador.
Y frente a esa realidad escalofriante, obliga preguntar.
¿Qué debe pasar para que esos millones de mexicanos abran los ojos y entiendan que el de AMLO es el peor gobierno de la historia, para que vean que se trata de la gestión más corrupta, irresponsable con la salud, la seguridad, la economía, el empleo y la educación?
¿Acaso a nadie le importan las casi 200 mil muertes violentas, la epidemia de feminicidios, la muerte de 75 periodistas, la complicidad del gobierno con las bandas criminales, el fracaso en salud, educación y la corrupción de escándalo en todos los gobiernos de Morena, sean municipales, estatales y en el gobierno federal?
Lo cierto es que una parte de la respuesta a las interrogantes anteriores se localiza en el éxito de la propaganda oficial; sea en las “mañaneras”, en el discurso mentiroso del presidente, sea en la reproducción de las mentiras, tanto por los medios privados como oficiales, sin el menor rigor periodístico.
Pero también existe otra razón de fondo; una razón que indigna a muchos, que avergüenza a otros y que no pocos pretenden negar u ocultar.
Una razón que aquí hemos documentado por años y que la terca realidad no ha podido desmentir; que a querer o no, entre amplios sectores ciudadanos, la mexicana es una sociedad de idiotas.
Idiotas que no sólo idolatran a López Obrador, sino a su partido, a sus gobiernos y su gusto por la corrupción, la mentira, el engaño y la simulación.
Y es que a estas alturas y frente al escandaloso fracaso de López, solo una sociedad de idiotas puede seguir con los ojos cerrados.
Pero tampoco es una novedad. ¿Por qué?
Porque lo mismo pregunté aquí desde el l 7 de febrero de 2018, en el Itinerario titulado: “¡Sociedad de idiotas!”.
Así lo pregunte: “¿Cómo entender, por ejemplo, que el partido y el candidato con más negativos, como Morena y AMLO, encabezan las encuestas presidencial del 2018, entre una sociedad que se dice harta de los políticos mentirosos, ladrones y con mala imagen?
“¿Cómo entender que el partido y el candidato que perdonan a ladrones, pillos, matarifes y políticos de la peor estofa, encabecen las preferencias en una sociedad que dice estar “hasta la madre” de la impunidad?
“¿Cómo entender que un político antidemocrático y dictatorial, que llamó “Pirruris” a un millón de manifestantes contra su mal gobierno en el DF; que impuso al matarife Abarca como alcalde de Iguala, sea el político que encabeza las encuestas y las preferencias?
“¿Cómo entender que un político que tiene más de diez años sin trabajar y décadas sin pagar impuestos, del que nadie sabe de dónde obtiene recursos millonarios para la manutención de una numerosa prole, sea el político que más aceptación tiene entre el electorado?
“¿Cómo entender que la izquierda mexicana y que un partido político como Morena, haya pasado del culto a Cuauhtémoc Cárdenas, al culto a Cuauhtémoc Blanco; golpeador de mujeres que brilla por su ignorancia?
“¿Cómo entender que luego de uno de los peores gobiernos en la capital del país, como el de López, exista la posibilidad de que, Claudia Sheinbaum, pueda ser jefa de gobierno de la capital?
“¿Cómo entender que periodistas inteligentes e intelectuales reputados sigan aplaudiendo a Obrador, a pesar de su desprecio a la prensa, su repudio a la inteligencia y al intelecto, de su fobia a la educación de calidad, de su “chaparra” preparación, su odio hacia los críticos de sus disparates y rechazo a libertades fundamentales en democracia?
“Sin duda que asistimos a un paradigma en donde la democracia mexicana puede ser destruida con las armas y los instrumentos de la propia democracia. El problema, entonces, no son los buenos o los malos candidatos, los malos o los peores políticos y tampoco los pingües negocios familiares llamados partidos políticos.
No, el problema parece estar en la sociedad. ¿La mexicana es una sociedad de idiotas? Al tiempo”. (Fin de la cita)
Volví al tema hace justo seis años, el 3 de abril del mismo 2018, con el Itinerario Político titulado: “¿Idiotas?”.
Así lo expliqué: “Sólo una sociedad de idiotas puede dar crédito a la campaña contra la construcción del nuevo aeropuerto, sin cuestionar las raterías de los “segundos pisos” y la estafa de la Línea 12 del Metro.
“Sólo una sociedad de idiotas puede olvidar que para construir los “segundos pisos” el entonces jefe de Gobierno del DF, Obrador, nunca licitó la obra sino que la entregó a sus amigos del “Grupo Riobóo”.
“Sólo una sociedad de idiotas y amnésicos por el fanatismo puede ignorar que el gobierno de Obrador, en el extinto DF, se vivieron los mayores niveles de violencia, inseguridad, desempleo y pérdida del poder adquisitivo.
“Sólo una sociedad de idiotas olvida la “marcha blanca” contra la violencia y el secuestro –en 2004 en el gobierno de AMLO en el DF–, al tiempo que el jefe de gobierno les llamó “pirrurris”.
“¿Seremos una sociedad de idiotas? Al tiempo”. (Fin de la cita)
Volví al tema el 22 de mayo de 2018, con el Itinerario Político titulado: “Culto a la ignorancia, la transa y la estupidez”.
Así lo dije: “Se puede entender que ciudadanos sin información, atrapados entre el enojo y el odio, se digan hartos del PRI, PAN y PRD y de los malos gobiernos de esos partidos. Y se puede entender que gracias al eficiente discurso populista de AMLO muchos ciudadanos comunes se digan decididos a votar por el candidato de Morena.
“Pero lo que resulta inexplicable es que reputados intelectuales, académicos y hombres de empresa aplaudan y se digan convencidos de que el candidato de Morena es el mejor para encabezar el Ejecutivo Federal cuando, en los hechos López ha mostrado –hasta el cansancio–, su absoluta ignorancia de todo lo que concierne al Estado.
“Pero cuando vemos que en redes y digitales miles de anónimos salen a la defensa rabiosa de la ignorancia mostrada por AMLO en los dos debates, el asunto adquiere matices de tragedia. ¿Por qué? Porque ya no sólo asistimos al fanatismo en torno a Obrador, sino al culto a la ignorancia, la mentira, la transa y la estupidez.
“Es decir, a pesar de que el puntero es el candidato más ignorante, el más incapaz, el más atrasado, el más mentiroso, el menos preparado y el que muestra las ideas más cortas, es el elegido por las mayorías.
“Y seguramente muchos reaccionarán airados contra la conclusión anterior. Sin embargo la terca realidad es contundente; sí, según todos los sondeos, la myoría de mexicanos de todo el país, confirman todos los día que estarían dispuestos a votar a favor del más tonto, el más ignorante y hasta el más imbécil de los candidatos residenciales. Al tiempo”. (Fin de la cita)
¿Qué tal? ¿Tuvimos o no razón?
Sin embargo, lo más preocupante es que en la presidencial del 2024, sigue gozando de cabal salud “la legión de idiotas”, votantes que pueden llevar al poder a la criatura de Obrador, la peor candidata de la historia.
Al tiempo.