Corrupción neoliberal
¡Claudia: no ve sólo quien no quiere ver!
Como posiblemente algunos recuerdan, durante décadas y en cientos de entregas del Itinerario Político, aquí advertí del riesgo potencial para la democracia mexicana si llegaba al poder el eterno candidato, López Obrador.
Durante años documenté no sólo las transas, chantajes, raterías y las complicidades de Obrador con crimen organizado, sino su pulsión autoritaria y nada democrática.
Documenté sus habilidades para el chantaje político, las pillerías, su talante vengativo y su capacidad para vivir como rey, a pesar de que nunca había trabajado.
Lo curioso es que hoy abundan quienes se dicen sorprendidos y engañados pero que, abiertamente y por años, medraron de los beneficios que les regaló la ingenuidad de creer a ciegas y sordas en López.
Pero la historia se repite y está de vuelta el fenómeno de la ingenuidad ciega y sorda, en el caso de la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, a quien no pocos “intelectuales” y “opinadores expertos” le descubren atributos casi sobrenaturales, a pesar de que los hechos muestran todo lo contrario.
Sin embargo, la terca realidad muestra todo lo contrario. Y es que, como saben, por años la señora Sheinbaum ha sido brazo derecho de AMLO, no sólo en política sino en negocios sucios, transas y extorsiones de todo tipo.
Pero, además, los mejores retratos de Claudia aparecen en el ejercicio del poder –integrante del gabinete de Obrador en el DF, delegada en Tlalpan, jefa de gobierno de CDMX y “corcholata” del 2024–, en donde no sólo se cuestionó su honestidad, sino su capacidad en el desempeño eficaz del poder.
Sí, luego del primer debate, de forma impensable, supuestos “críticos” le adjudicaron a la candidata de Morena virtudes y habilidades impensables.
Por ejemplo, la capacidad de mentir, negar la realidad u ocultar los hechos, fueron revelados como virtudes de la aspirante presidencial, mientras que “el crítico”, Jesús Silva Herzog-Márquez definió a Sheinbaum como “competente, ordenada, reflexiva, atenta al detalle y al pensamiento estratégico” y, sobre todo, incapaz del “desplante voluntarista”.
En pocas palabras, en la presidencial del 2024 está de vuelta “el deporte favorito” de negar de qué están hechos los presidenciables, lo que a la vuelta del tiempo llevará a críticos e intelectuales a otro rentable “deporte de moda”; el de pregonar un “supuesto engaño”. Sí, la farsa perfecto.
Lo cierto, sin embargo, es que en política sólo engañan a quien quiere ser engañado. Y López Obrador sólo engañó a “la legión de idiotas”, mientras que su heredera presidencial sigue los mismos pasos.
Y para quien duda que siempre estuvo, a los ojos de todos, el tipo de lacra que era López, aquí un resumen del Itinerario Político del 22 de noviembre de 2015, titulado: “¡Gracias, Andrés Manuel!”.
Así lo expliqué hace casi nueve años; realidad que muchos se negaron a ver en ese tiempo: “El 20 de noviembre de 2015 podrá ser recordado como el día que inició la destrucción democrática en México Y es que gracias a la grosera y grotesca simulación democrática que montó Morena, para ungir como “rey” a López Obrador, hoy México abre la puerta al autoritarismo, al mejor estilo de las dictaduras latinoamericanas.
“Por eso debemos decirle gracias, Andrés Manuel, por mostrarnos el camino al autoritarismo; por confirmar que no existe “mejor democracia” que la aclamación a mano alzada. Gracias por regresar a la cultura del candidato único; por probar que la única democracia es la de las asambleas arregladas, sin adversarios, sin discusión, sin crítica, sin más regla que el aplauso al rey.
“Gracias, por recodar la regla básica de la antidemocracia; que el dueño del partido es dueño de la voluntad de todos los seguidores del partido; por ratificar que el dueño del partido es dueño de la presidencia del partido y dueño de todas las candidaturas, sobre todo, la candidatura presidencial.
“Gracias, Andrés, por mostrar que el camino es el autoritarismo vertical y despótico del viejo PRI de los años 50, 60 y 70; tiempos de un solo hombre, mandón y patriarca; tiempos restaurados por su serenísima majestad.
“Gracias, Andrés, porque con la genialidad que te caracteriza engañaste a todos en la asamblea que te aclamó como rey de Morena, en donde colocaste todas las cuotas y los cuates que necesitabas; leales de los que no puedes prescindir, pero a los que les debías hueso en agradecimiento a sus lealtades.
“Gracias, Andrés Manuel, por recuperar para Morena la máxima de “el que no transa no avanza”; escuela que te permitió no trabajar pero sí viajar por el mundo, vivir como potentado y enarbolar las banderas de los pobres.
“Gracias porque sin pagar un peso de impuestos puedes tener tu propio partido político y puedes usar el dinero público para lo que te plazca; sobre todo para destruir “la perversa democracia burguesa”.
“Gracias, Andrés Manuel, porque tu genio tabasqueño hizo posible la “democracia de la tómbola”, fórmula mágica que deja “a la suerte” el acceso a cargos públicos pero deja en la basura la indeseable dictadura del merito.
“Gracias, porque tu inteligencia es capaz de romper todos los diques de las leyes opresoras; leyes divinas y de los hombres; leyes naturales y leyes imperfectas, como la que obliga a los hombres a trabajar para subsistir; que obliga a todos a pagar impuestos, a pagar la luz, el gas, agua…
“Gracias porque tu ejemplo de no respetar la ley, de mandar al diablo a las instituciones, hace posible que cientos de personas se roben la luz en Tabasco, roben gasolina en todo el país, al amparo de que son pobres.
“Gracias, Andrés Manuel, porque además de ser el rey de Morena eres el rey de la incongruencia, lo cual te convierte en el más congruente. Gracias porque nadie se percató que con el engaño de los spots de Morena –que utilizas para tu campaña presidencial–, te robaste el equivalente a 50 casas blancas y nadie te acusó de ratero.
“Gracias porque a pesar de lo que dicen los estatutos de Morena te empeñas en que Morena sea el mejor ejemplo del PRI autoritario, vertical, represor, incongruente y nada democrático.
“Gracias porque te proclamas rey de la honestidad y la transparencia pero, hasta hoy, nadie sabe de qué has vivido durante años –junto con toda tu prole–, como si tuvieras un trabajo con salario de 200 mil pesos mensuales.
“Y gracias porque pasarás a la historia como el campeón de la destrucción democrática en México, sin que muchos lo quieran ver. Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
¿De verdad no sabían quién era López Obrador? ¿De verdad no saben quién es Claudia Sheinbaum? Solo se engaña quien quiere ser engañado.
Al tiempo.