Descomplicado
Seis de la tarde, las cortinas de los negocios empiezan a bajar y en las calles transitan pocas personas. En dos horas más, las colonias céntricas y en mayor medida las periféricas de Celaya estarán prácticamente vacías.
Al tercer municipio más poblado de Guanajuato, después de León e Irapuato —los tres integrantes del corredor industrial más importante del bajío—, la violencia le ha cambiado el rostro.
Está ubicado como el lugar con mayor tasa en delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes de los 46 municipios de la entidad gobernada por el panista Diego Sinhue Rodríguez. Tiene un registro de 379.9; el segundo es Irapuato con 348.6 y el tercero, León, con 211.3.
Esta semana, en los dos primeros, junto con Salamanca, se perpetraron ataques armados y quemas de ambulancias con saldo de cinco personas muertas: tres paramédicos y dos policías. “Un problema grave de inseguridad”, como lo calificó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera del lunes.
La violencia ha colocado a Guanajuato como la entidad con más homicidios dolosos, con 610 al primer trimestre del año de acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, seguido del Estado de México con 548 y Baja California con 523. Incluso, triplica los cometidos en la Cuidad de México.
El impacto en la vida cotidiana es obvio y se refleja en los estudios realizados por el INEGI. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana correspondiente a marzo de 2024 revela que tres de cada cuatro personas se sienten inseguras en la entidad.
Otros datos demostrativos de las afectaciones en los hábitos de las y los ciudadanos: en León e Irapuato más de la mitad de los habitantes prefieren no salir de noche.
Contener la violencia e iniciar un proceso de reducción en los homicidios requiere una estrategia integral en la cual se fortalezca la inteligencia policial, capacitación de los elementos de las corporaciones municipal y estatal, así como una mayor y mejor coordinación entre las autoridades de los tres niveles.
En este último aspecto es fundamental la voluntad política para trabajar sin la intervención de sesgos partidistas o intereses particulares.
A cinco meses de que Diego Sinhue Rodríguez deje el cargo de gobernador queda tiempo para trabajar en un proceso de contención de homicidios que le devuelva a los municipios y a sus habitantes la confianza y una mejor percepción de la seguridad.