Dos muertos, saldo de enfrentamiento en Parácuaro
La Muerte en este sexenio
Diversas manifestaciones de la muerte han tenido presencia en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ahora la muerte la usa el morenismo, como emblema y como amenaza.
Vamos por partes.
En el gobierno de López Obrador, se alcanzó un nivel récord superior a 185 mil homicidios dolosos, que supera las cifras registradas durante las administraciones anteriores, número que, sin duda, se elevará con los poco más de cinco meses que restan a su gestión.
Todos los días son asesinadas entre 100 y 80 personas en el país. Esa es una realidad que, para López Obrador, no existe. Para él, en su retahíla de mentiras que dice en las mañaneras, México es un país seguro en donde no pasa absolutamente nada.
La frase “México es una fosa”, puede escucharse un poco exagerada para muchas personas que viven sin mayores problemas, en la comodidad de sus ciudades, pero que se convierte en una cruel realidad en numerosas zonas del país, en las cuales se encuentran fosas clandestinas.
Todos los días, esto se hace palpable con la triste labor que realizan los grupos de madres buscadoras, a quienes no les importa enfrentar las amenazas de los carteles que las amenazan de muerte para que suspendan su actividad.
En este propósito no han contado con el apoyo del gobierno federal, sino más bien con el rechazo de López Obrador que no sólo no las ha recibido, a pesar de que han clamado por su apoyo, sino que, en una actitud mezquina, las ha acusado de hacer “politiquería”. Que deleznable es cualquier funcionario que acuse de “politiquería” a una mamá que busca a su hijo desaparecido.
En México no se conoce la cifra de personas no localizadas, pero los organismos de derechos humanos consideran que en este sexenio han desaparecido alrededor de 40 mil personas, lo que llevó esa cifra a 110 mil, el número de hombres, mujeres y niños no localizados.
Sin embargo, de un plumazo, por encargo del presidente, oficialmente el número de desaparecidos se redujo por decreto, de 110 mil a sólo 12 mil mexicanos. Se inventó que muchos mexicanos fueron encontrados y hasta que habían retornado a sus casas, a pesar de que sus familiares afirman que eso es mentira. El Gobierno Obradorista desapareció otra vez a los desaparecidos.
La pandemia de Covid-19 provocó la muerte de 800 mil personas, de las cuales alrededor de 240 mil fallecieron por falta de medicinas, de camas, o por la simple carencia de equipo de protección, como cubre bocas suficientes. Así pasó con médicos que atendían a infectados, durante los peores meses de la contingencia.
El problema sanitario impactó la esperanza de vida en México, la cual bajó cuatro años, al pasar de 75 en 2019 a 71 en 2021, seis años menos que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es de 81.
Este es un hecho que no se puede disculpar y que, sin duda representa uno de los mayores fracasos del gobierno de López Obrador, que dice mejorar el bienestar de los mexicanos.
No sirven de mucho los programas sociales, cuando disminuyeron las expectativas de vida de quienes viven en nuestro país. Esa es un fardo que cargará esta administración.
El narco tiene una fuerte cultura alrededor de la muerte, que ahora es amplificado nada menos que por el mismo presidente de la República y por su partido Morena.
En la semana que concluye, fue escandaloso el uso de la imagen de la mal llamada “Santa Muerte”, en el sitio web oficial de Morena, en el que se ve en colores gris y negro, el cráneo con una capucha, con el huesudo dedo índice sobre la boca, en señal de hacer callar a quien la vea y con la leyenda “Un verdadero hombre no habla mal de López Obrador”.
Resulta escandaloso y sin precedente, que un partido use la imagen de la muerte para intimidar a quienes se atrevan a siquiera cuestionar la labor del presidente de la República, porqué lo primero que debe prevalecer en una democracia es el derecho a exigir cuentas al mandatario.
Las cosas no pararon en eso, porqué se difundió en redes sociales un video, de años pasados, de Jenaro Villamil, titular del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, en el que se quita un suéter y muestra abajo una camiseta con la misma imagen de la Muerte.
Qué cinismo el de Villamil, a quien no le importan los miles de víctimas de homicidios dolosos y desaparición forzada, durante el régimen del cual forma él parte. Que cara dura del funcionario hacia los familiares de asesinados y desaparecidos.
El tema tiene importancia, puesto que la llamada Santa Muerte recibe culto por parte de los líderes de carteles de la droga, secuestradores y asesinos y, por lo menos, ese símbolo no debía ser caja de resonancia de ningún gobierno o partido.
Pero la situación es aún peor, si se considera que López Obrador mismo consideró al uso de la imagen de la Muerte, como si se tratara de un culto religioso, cuando en realidad no cuenta oficialmente con el registro correspondiente de la Secretaría de Gobernación.
Más bien, la imagen de la Muerte, con el índice sobre su dentadura en señal de exigir silencio y señalar: “Un verdadero hombre no habla mal de López Obrador”, suena como amenaza para aquellos que se atrevan a dirigir cualquier leve crítica contra el mandatario, cuyo gobierno pretendió disimular que se trataba de un “meme”.
Si bien la producción en masa de las camisetas con la imagen de la Muerte, se relacionan con una empresa que fabrica productos con esa tendencia, el hecho es que las prendas se venden a unos pasos de Palacio Nacional y nadie lo impide.
Un punto adicional, es que los cristianos de diversas tendencias, incluidos los católicos, que integran la mayoría del país, están en contra de la difusión de una imagen que definen como diabólica.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), emitió un comunicado en el que llamó a la sociedad a rechazar la glorificación de la violencia a través de cultos distorsionados, como el de la “Santa Muerte”.
El uso manipulador de la imagen de la Muerte llegó al Senado de la República en donde fue condenado por la oposición y minimizado por Morena y sus aliados.
La Muerte, por medio de homicidios, secuestros y desapariciones, venció a este gobierno. No habrá transformación, mientras la Muerte siga como dueña del país, en tanto siga enlutando a muchos hogares mexicanos.