Deja 32 heridos volcadura de camión de pasajeros en la México-Cuernavaca
GUADALAJARA, Jal., 10 de mayo de 2024.- Es una escena típica, el Día de las Madres, todas llegan a las escuelas donde se realizará el festival de cada año, con sus hijos perfectamente disfrazados, ensayados, listos para bailar, cantar, actuar, declamar y por supuesto, hay que tomar muchas fotos.
Pero también están esas otras mamás, las que llegan agobiadas, con su hijo al que con mucho pelear pudieron vestir, que no saben si podrá bailar y que a veces, incluso dejan fuera del programa, porque es un niño neurodivergente, porque grita, porque se quita el disfraz, porque interrumpe, porque no atiende indicaciones.
Suena absurdo pensar que tengan que dividirse en dos grupos, todas son mamás a final de cuentas, pero lamentablemente así es, mientras una mayoría atesora el recuerdo de la foto de su hijo en el festival, hay otra que quisiera olvidar cómo bajaron al suyo del escenario a jalones porque se quedo inmóvil de último momento y no quiso bailar, o peor, se puso a llorar.
Es lo que viven miles de mamás de un niño o niña que pertenece a la neurodivergencia, puede ser hiperactividad, déficit de atención, síndrome de down, autismo y muchas más, son mamás que no llegan perfectamente peinadas y maquilladas, son mamás que antes del festival enfrentaron su propia batalla desde casa, como relata Irene Macías, madre de Andrés y Pablo, quienes tienen autismo y están terminando la carrera de medicina.
La nota completa en Quadratín Jalisco