El presupuesto es un laberinto
En dos semanas Claudia Sheinbaum Pardo será presidenta electa. Los mercados financieros reaccionan y se deprecia el peso frente al dólar.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se alista para declarar la validez de la elección presidencial y tentativamente el 14 de este mes de agosto, entregar la constancia de presidenta electa a Claudia Sheinbaum Pardo. Esto, según los magistrados, tras no encontrar hasta ahora, elementos jurídicos que puedan revertir su triunfo y ante la inexistencia de solicitudes de audiencia de parte de la oposición.
La presidenta de la Sala Superior del tribunal Electoral, magistrada Mónica Soto confirmará en su momento las fechas exactas con las que prevén llevar a cabo la sesión en las que el pleno cumplirá con la ruta de tres sesiones, en las que se deben concluir todas las impugnaciones contra la elección presidencial, emitir el cómputo final con los resultados definitivos tras anular o confirmar la votación de todas las casillas instaladas en todo el país, y declarar los números oficiales con los que se declarará a Claudia Sheinbaum ganadora.
La propia Claudia Sheinbaum Pardo, confirmó el 14 de agosto como la fecha tentativa para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le entregue la constancia de mayoría, tras ganar los comicios del pasado 2 de junio. Una vez que esto ocurra, los magistrados tendrán que resolver lo concerniente a la distribución de diputados y senadores plurinominales y con ello comenzarán las presiones de Morena que pretende contar con la mayoría absoluta en el Congreso federal para poder llevar a cabo las reformas constitucionales anunciadas por el propio López Obrador, entre éstas la del Poder Judicial. Lo que está por verse es si la presión presidencial logra doblar a Guadalupe Taddei Zavala, presidenta del INE, quien está más preocupada por conseguir más presupuesto para llevar las elecciones de juzgadores, si es que se lleva a cabo la reforma judicial, que solucionar este galimatías de las plurinominales.
Las bolsas financieras más importantes sufren un significativo declive arrastrado por el efecto de provocar la caída del indicador Nikkei de Japón, el indicador norteamericano Dow Jones cerró operaciones con una pérdida de 2.60 por ciento. En lo que respecta al índice S&P 500, fue más afectado por la caída, ya que las principales compañías tecnológicas listadas sufrieron pérdidas durante la jornada. En este tsunami, que derivó en volatilidad en los mercados asiáticos, europeos, norteamericanos e incluso latinoamericanos, el peso mexicano cerró con pérdidas, sin embargo, durante la sesión recuperó parte del terreno cedido durante la madrugada del lunes.
Y es que el peso mexicano, de acuerdo con los expertos, alcanzó su valor más bajo en los últimos dos años pues llegó a rebasar la barrera de los 20 pesos frente al dólar. Y es que la moneda mexicana ha sufrido una fuerte depreciación auspiciada por la especulación de los inversores estadounidenses, que han intensificado la venta de activos. De fondo, el temor a que la Reserva Federal mantenga las altas tasas de interés hasta septiembre y provoque un enfriamiento de la mayor economía del mundo, que ha entrado en riesgo de recesión. El terremoto financiero se ha sentido con fuerza en las bolsas de todo el mundo.
La noche del domingo el peso mexicano cotizó brevemente a 20,21 unidades por dólar, su peor desempeño desde finales de 2022. La caída fue de más del 2 por ciento, lo que se ha convertido en la peor depreciación de la moneda desde la que ocurrió el día posterior a las elecciones en las que Morena arrasó. La caída empezó en Japón, cuando operadores del mercado asiático reaccionaron un informe del dato de empleo en EE UU publicado el viernes que mostró que el país norteamericano solo había creado 114 mil puestos de trabajo en julio, por debajo de los 175 mil previstos.
El nivel de desempleo es el mayor en casi tres años, lo que se interpretó por los mercados como un riesgo de recesión económica y un posible cambio en la política monetaria del banco central estadounidense, la Reserva Federal. Inversionistas temen que la Fed mantendrá las tasas de interés entre el 5,25 y 5,50 por ciento hasta septiembre, lo que podría frenar la mayor economía del mundo.
La moneda mexicana es la más líquida y la más profunda entre mercados emergentes, por lo que suele reaccionar con mayor volatilidad. En este caso, una desaceleración o recesión económica en EE UU impactará directamente a la economía mexicana, su principal socio comercial. Además, muchos operadores vendieron sus posiciones en pesos mexicanos para comprar instrumentos en yenes japoneses, moneda que surge ahora como una alternativa más segura.
Analistas financieros han advertido que el resto del año pudiera ser de gran volatilidad en los mercados, ya que se espera una reñida elección presidencial en EU entre Donald Trump y Kamala Harris. Trump ha propuesto un arancel universal de 10 por ciento a todas las importaciones a EU, como medida para impulsar la manufactura nacional. La medida afectaría el comercio global, y de manera particular, a la industria mexicana.
El tipo de cambio en México ha bajado 12 por ciento desde que se el partido oficialista, Morena, ganó una mayoría en el Congreso con el apoyo de partidos aliados. El dólar ha pasado de cotizar en 17,05 pesos por dólar el 31 de mayo a 19 pesos el lunes. El temor de los inversionistas hacia México es que Morena pueda pasar con relativa facilidad y pocos cambios un grupo de reformas constitucionales que desaparecerán los órganos autónomos y cambiarán la manera en que se eligen a los jueces y magistrados. Esto representa una pérdida de los contrapesos y las garantías de las inversiones, según los operadores del mercado.
Andrés Manuel López Obrador, que había presumido el desempeño del llamado superpeso como uno de los principales resultados de su gestión, dijo que no le preocupa la caída en el tipo de cambio, detonada por un desplome histórico en la Bolsa de Japón, fuertes pérdidas en los principales mercados del mundo y el temor de que la economía de Estados Unidos caiga en recesión. “Podemos resistir un poco más”, comentó el tabasqueño y nuevamente vuelve a mentir, pues la presión de los inversionistas extranjeros ya está encima. Veremos qué pasa en los próximos días.