A 5 años, no dejemos solo a nadie/Bryan LeBarón
¡A pesar de escoltas, cae otro periodista!
En México ya nada protege a los periodistas.
En México de nada sirve la “protección” policiaca para un periodista.
Sí, de nada sirvió que el periodista Alejandro Martínez Nogués fuera escoltado en todo momento por dos efectivos policiacos.
Y es que la tarde del pasado domingo 4 de agosto del 2024, Alejandro Martínez Nogués, conocido como “El Hijo del Llanero Solitito”, fue asesinado a balazos, a pesar de que viajaba con dos escoltas en un vehículo policiaco.
El periodista abatido se especializó en la cobertura de “nota roja” y cuando fue emboscado regresaba del municipio de Villagrán a su natal Celaya, Guanajuato, luego de realizar la cobertura de un percance vehicular en donde se reportó una persona muerta.
Según las declaraciones de los escoltas del periodista –que también resultaron lesionados por arma de fuego–, cuando viajaban por la carretera Villagrán-Celaya se les emparejó una camioneta desde donde le dispararon directamente al reportero.
En el intento de escapar de la agresión, los escoltas resultaron lesionados y, a pesar de ello, llevaron al periodista a un hospital en Celaya, en donde murió a causa de cinco impactos de bala, algunos en la cabeza.
Alejandro Martínez Nogués había recibido protección estatal y municipal desde noviembre del 2022, cuando resultó ileso de una emboscada a las puertas de su casa.
Vale recordar que hace diez días, en un pozo abandonado, también en Celaya, fueron localizados los restos del periodista Víctor Manuel Jiménez, quien desde hace cuatro años fue reportado como desaparecido.
Durante el sexenio por terminar, 60 periodistas han sufrido ataques en Guanajuato y, por esa razón, se les ha brindado protección oficial, sea municipal o estatal.
A su vez, Guanajuato aparece como la entidad con el mayor número de homicidios dolosos y Celaya, en particular, es el campeón mundial de policías asesinados.
Pero, además, con el crimen de Martínez Nogués, se eleva a 80 el número de periodistas asesinados en México, tan sólo en el sexenio de López Obrador; un gobierno que en todo el mundo es conocido como el más peligroso para el ejercicio del periodismo.
Lo peor del caso, sin embargo, es que el asesinato de periodistas es apenas una pequeña porción de la estadística de terror que ha provocado el fracaso del gobierno de Obrador en materia de seguridad.
Estadística que, por ejemplo, acabará con un total de 200 mil muertes violentas en el sexenio; la mayor cifra de la historia. Además de otra cifra histórica en el caso de los feminicidios –calculada en 15 mil mujeres asesinadas–, y los más de 50 mil desaparecidos.
Y, por si fuera poco, empiezan a aparecer señales de que el terrorismo no solo es parte de lo cotidiano, que está entre nosotros, sino que se han producido actos terroristas en pleno Paseo de a Reforma, en la capital del país.
Primero vamos a la definición. Según la Real Academia Española (RAE), el terrorismo se entiende como “la sucesión de actos violentos ejecutados para infundir terror” (FIN DE LA CITA)
Pues resulta que apenas la madrugada del pasado domingo 4 de agosto del 2024, un hombre no identificado abandonó una mochila con petardos en la puerta principal de la Torre de la Secretaría del Bienestar, ubicada en la esquina de Paseo de la Reforma y La Fragua.
El estallido rompió la cristalería principal del inmueble y provocó alarma entre los vecinos del lugar.
Según las cámaras del Centro de Comando y Control (C2), se trató de un acto deliberado con la clara intención de infundir terror.
Es decir, que en la avenida principal de la Ciudad de México y una de las más concurridas del país, ya aparecieron actos terroristas, cuando faltan poco menos de dos meses para que concluya el gobierno de López Obrador y que arranque el Maximato con Claudia Sheinbaum.
Y ahora las preguntas obligadas.
¿Quién está detrás de la violencia criminal y de los actos terroristas?
¿Quién paga a los “mata-periodistas” y cuál es el beneficio que se obtiene con esos crímenes?
¿Todo seguirá igual en el sexenio por venir?
Al tiempo.