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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de agosto de 2024.- Ismael El Mayo Zambada confirmó en una carta que fue secuestrado y llevado a la fuerza a Estados Unidos.
El texto de su declaración fue revelado por su abogado, y en él se detallan que fue engañado para reunirse con el gobernador de Sinaloa, Rubén Moya y con otros políticos, el día en que fue traicionado.
«Deseo decir desde el principio que no me entregué ni vine voluntariamente a los Estados Unidos. Tampoco tuve ningún acuerdo con ninguno de los gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y en contra de mi voluntad», publicó El Mayo.
Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, le pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos del estado de Sinaloa.
«Conocía una disputa entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, excongresista federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución. Me dijeron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, en la reunión también estaría Iván Guzmán Salazar», planteó El Mayo.
De acuerdo con el Mayo, el 25 de julio fue al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión.
La reunión estaba prevista para las 11:00 horas a donde El Mayo llegó temprano, y donde vio una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuso eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos.
Al Mayo lo acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos permanecían fuera del perímetro.
«Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo. Mientras caminaba hacia el área de reunión vi a Héctor Cuen y a uno de sus ayudantes», relató Zambada.
Los saludó brevemente antes de entrar a una habitación que tenía una mesa llena de frutas.
«Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde pequeño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, seguí sin dudarlo. Me llevaron a otra habitación que estaba a oscuras».
De acuerdo con Ismael Zambada, tan pronto como puso un pie dentro de esa habitación, fue emboscado.
«Un grupo de hombres me agredió, me tiró al suelo y me puso una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron y luego me obligaron a subir a la caja de una camioneta. Durante toda esta terrible experiencia, fui sometida a abuso físico, lo que resultó en lesiones importantes en la espalda, las rodillas y las muñecas. Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado», relató.
Joaquín Guzmán López le quitó la capucha y lo ató con bridas al asiento. No había nadie más a bordo del avión excepto Joaquín, el piloto y él.
«El vuelo duró entre 2 ½ y 3 horas, sin escalas hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me arrestaron. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es total e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y en contra de mi voluntad», señaló el Mayo.
De acuerdo con El Mayo Zambada, tiene conocimiento que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta, pero asegura que eso no es lo que pasó.
«A él lo mataron al mismo tiempo y en el mismo lugar donde a mí me secuestraron. Héctor Cuen era un viejo amigo mío y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni saber de ellos desde entonces», contó el Mayo.
Ismael Zambada llamó a los gobiernos de México y Estados Unidos a ser transparentes y brindar la verdad sobre su secuestro y sobre las muertes de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día.
«También hago un llamado al pueblo de Sinaloa a tener moderación y mantener la paz en nuestro estado. Nada se puede solucionar con la violencia. Hemos recorrido ese camino antes y todos pierden», puntualizó Ismael Mayo Zambada.