Escenario político
Se los dije: son árbitros vendidos
Aquí lo dije hasta el cansancio.
Dije que a causa del grosero manoseo de la Constitución y de los árbitros electorales, por parte del propio López Obrador, la contienda electoral del 2 de junio no sólo sería una elección de Estado sino el fin de la democracia mexicana.
Hoy, y una vez que el INE y el Tribunal Electoral calificaron las elecciones del pasado 2 de junio, no solo se confirmó que se trató de una elección de Estado, sino fraudulenta y carente de requisitos constitucionales básicos como los de legalidad, certeza e imparcialidad.
Y peor aún, también quedó claro que los encargados de velar por la legalidad electoral no son más que vulgares “árbitros vendidos” que dejaron hacer todas las trampas posibles al partido oficial y al mismísimo presidente, quien, ahora resulta que es intocable.
Pero lo peor de caso es que los árbitros electorales no solo fueron ciegos y sordos frente a una elección de Estado, sino que también avalarán la llamada sobrerrepresentación del partido oficial en el Congreso, con lo que muy pronto veremos que Morena y sus gobiernos le darán la estocada final a la democracia mexicana.
Pero no es ninguna novedad que los árbitros electorales son lacayos de Palacio. Lo cierto es que aquí lo dije en el Itinerario Político titulado: “INE y TEPJF vulgares árbitros vendidos”, del 15 de mayo del 2024, pocos días antes de la contienda electoral.
Así lo dije: “La expresión coloquial, “¡árbitro vendido” se escucha en todos los estadios de fútbol.
“Hace referencia, como saben, a la deshonestidad de los árbitros que, de forma parcial y a los ojos de todos, favorecen de manera grotesca a tal o cual de los equipos en contienda.
“Pero en realidad el eslogan de “¡árbitro vendido!” no es más que un grito de frustración ciudadana ya que los espectadores nada pueden hacer frente a las trampas cotidianas en el espectáculo “de las patadas”.
“Y vale la analogía porque, como nunca, a días de la mayor elección de la historia en México, los árbitros electorales parecen empeñados en ganarse a pulso el mote de “¡vulgares árbitros vendidos!”.
“Y es que no solo el INE, sino el Tribunal Electoral, se empeñan en regalarnos reiterados ejemplos de su deshonestidad institucional y de que se han vendido al mejor postor; al interés del poder presidencial.
“Por eso, nadie hace caso de los reclamos ciudadanos y menos de las exigencias partidistas a favor de la equidad, del piso parejo, la transparencia en el gasto electoral y la rendición de cuentas y menos a las reiteradas denuncias de la participación ilegal y matonera del crimen organizado, a favor del partido en el gobierno.
“Sí, la del 2 de junio será una de las elecciones federales más inequitativas de los tiempos de la democracia mexicana; un proceso electoral que viola de manera flagrante la Constitución, que tiene sometidos a los árbitros electorales, que usa todo el dinero público a favor de la candidata presidencial y que persigue a los opositores, mientras que el presidente está en campaña permanente desde que arrancó su gestión.
“Eso sin contar con “la mano negra” del crimen organizado que en no pocas entidades del país ya opera para “eliminar” candidatos y colocar aspirantes a modo; todo ello en medio del derroche de dinero “negro” que se niegan ver los árbitros electorales.
“Por todo eso, apenas el pasado lunes, la candidata opositora denunció ante el pleno del Tribunal Electoral, la ausencia de “piso parejo” y una creciente participación de grupos criminales en prácticamente todo el país, lo que ha generado una crisis de inseguridad y miedo no solo entre los votantes, en general, sino entre los ciudadanos convocados a representar a los partidos en las casillas.
“En pocas palabras, resulta que frente a la tragedia democrática que significa la confirmación de que la del 2 de junio será una elección vigilada por “árbitros vendidos”, lo que veremos es una elección cuestionada en todos los básicos constitucionales.
“Es decir, no serán elecciones que garanticen los principios constitucionales de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, ya que los árbitros electorales son “¡árbitros vendidos!””. (FIN DE LA CITA)
Sí, de nuevo el tiempo me dio la razón.
Al tiempo.