Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
¡Traición estudiantil al “68”, “71”, “86” y…!
Frente a la traición estudiantil de los míticos movimientos del “68”, del “71” y del “86”, entre otros, obliga regresar a un clásico del inolvidable José Emilio Pacheco: “De viejos son todo aquello que criticaron a los 20”.
En efecto, hoy la represión a estudiantes, la ceguera y la sordera oficiales, el autoritarismo, la militarización y la persecución de opositores las llevan a cabo líderes históricos del 68 como Pablo Gómez, victimas del “Halconazo” del 71, como Alejandro Encinas y militantes del CEU, como Claudia Sheinbaum y Martí Batres, entre muchos otros que, de viejos, “son todo aquello que criticaron a los 20 años”.
Sí, han pasado 56 años del mítico 1968 y, en el México del 2024, están de vuelta no solo el represor Gustavo Díaz Ordaz –cuyo nuevo nombre es Andrés Manuel López Obrador–, sino Alfonso Martínez Domínguez, regente del entonces DF y que ordenó el “Halconazo” y cuyo nuevo nombre es Martí Batres, jefe de gobierno de CDMX y el encargado de la represión estudiantil contra la Reforma Judicial.
Y es que, en el México del nuevo siglo, la militarización es igual a la de Díaz Ordaz y Echeverría, mientras que reaparece la represión a estudiantes que defienden la división de poderes, exigen libertades fundamentales y que reclaman diálogo para mantener la independencia del Poder Judicial y, sobre todo, para garantizar la defensa de la democracia.
La paradoja de hoy es que buena parte de quienes rinden culto al nuevo Díaz Ordaz –motejado como AMLO–, se construyeron en la política al amparo de los crímenes de Estado de 1968 y 1971 y de reclamos estudiantiles del pasado, como el CEU de 1986.
Y por eso las preguntas: ¿Dónde están hoy los líderes del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971; aquellos que se manifestaban en repudio a la militarización de los gobiernos GDO y de LEA; contra la represión y que exigían democracia y pluralidad?
¿Por qué el silencio y la complicidad de toda una generación de jóvenes quienes hoy, de viejos y convertidos en gobierno, “son todo aquello que cuestionaron a los 20 años?”
¿De qué clase de genética defectuosa fueron moldeados esos mexicanos que vivieron la represión del 68 y del 71 y que hoy llegan al extremo de aplaudir y defender la versión moderna de Díaz Ordaz y Echeverría?
Y es que no sólo guardan silencio frente a los abusos del dictador López y de la espuria Claudia, sino que reprimen a estudiantes, a manifestantes y avalan el regreso al más rancio autoritarismo.
Pero lo cierto es que tampoco asistimos a novedad alguna.
¿Por qué?
Porque le guste o no a muchos, el 18 de enero de 2019 –a pocas semanas de que Obrador asumió el poder, en el Itinerario Político titulado: “¡AMLO, peor que Díaz Ordaz!”, advertí lo que hoy está ocurriendo; que el nuevo presidente mexicano sería igual o peor que el represor de 1968.
Así lo explique: “La cultura política de López Obrador lo llevará a someter a los tres ordenes de gobierno y los tres poderes de la Unión; a limitar libertades básicas, como la de expresión, crítica y libre manifestación”. (FIN DE LA CITA)
Volví al tema con el Itinerario político del 26 de diciembre del 2021, titulado: “¡Se los dije: López Obrador es el nuevo Díaz Ordaz!”.
Así lo expuse: “Lo cierto, sin embargo, es que más allá de las diferencias evidentes en el tiempo, en la cultura cívica y democrática, hoy López Obrador es peor que Díaz Ordaz. ¿Por qué?
“Porque antaño, en los tiempos de Díaz Ordaz, el reclamo social y estudiantil era a favor de alcanzar básicos democráticos, como libertad de expresión, libertad de manifestación, pluralidad política, sufragio efectivo, libertad de prensa y fin de presidencialismo autoritario, vertical y centralista.
“Hoy, a pesar de que López Obrador llegó al poder gracias a todas esas libertades se empeña en regresar a los tiempos “preciviles”, a los años en los que no existía libertad de expresión y de prensa, tampoco libertad de manifestación; en donde no había pluralidad y en donde prevalecía el presidencialismo autoritario y centralista.
“Es decir, que el gobierno de Obrador hace todo por convertirse en un grosero remedo del gobierno de Días Ordaz. Al Tiempo”. (FIN DE LA CITA)
¿Tuve o no razón?
Lo cierto es que hoy está a la vista de todos que López Obrador es la moderna versión de represores criminales como Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, mientras que muchos mexicanos de la generación de 1968 y 1971 son todo aquello que criticaron a los 20 años; de viejos aplauden la represión y se santiguan ante el tirano. Se los dije.
Al tiempo.