Escenario político/Daniel Adame Osorio

El escenario político modifica por un lado la correlación fuerzas del país en la semana que termina, dado que dos ramas del poder público borran a la otra rama (hasta hoy) no electiva.

Pasamos al imperio de la impunidad de antes y ahora. También, se normaliza el comportamiento de actores como la delincuencia organizada y, se extiende la degradación de la élite política y desaparecen los contrapesos de la República, tal como los concebimos en la evolución del sistema político mexicano contemporáneo.

La administración lopezobradorista en su último aliento prepara otra cascada de reformas sin dar atención a los procedimientos del debido proceso, como evidencia el proceso legislativo de las dos cámaras del Congreso de la Unión, con el agravante de la represión a los trabajadores del poder judicial de la Federación y los estudiantes.

El oficialismo ha optado por su culto de construir un personaje histórico para el presidente y haciendo a un lado las prioridades del país.

La reforma judicial y las subsiguientes son una bomba de tiempo para el inicio de la presidencia de Claudia Sheinbaum con parámetros de normalidad.

Otro problema grave es la crisis de gobernabilidad en curso en diversas regiones como Sinaloa, Chiapas, entre otras entidades.

Por lo que toca a la instrumentación de la reforma constitucional judicial, indebidamente el INE asume la organización de una elección para los próximos meses y sin leyes reglamentarias y, teniendo
como incentivo a la delincuencia organizada como actor protagónico del contexto de criminalidad.

Por último, el poder judicial de la Federación y las suspensiones rechazadas sistemáticamente por los actores del oficialismo, representa su decisión política de no admitir los actos y resoluciones del poder judicial, sustituyendo y desapareciendo por tanto, el entendimiento entre las ramas del poder público.

Todo lo anterior, en medio de la migración y traición de los actores políticos que con esa degradación buscan reinventarse y sobrevivir en el escenario político.

Del Tintero.

En su ocaso, AMLO aprovecha el tiempo para cerrar todas las válvulas de entendimiento a la siguiente administración, dejando en condiciones muy débiles a la presidencia de Claudia Sheinbaum con los actores económicos, sociales y políticos dentro y fuera del país.

Peor aún: sigue en el turno la reforma a la Guardia Nacional para sectorizarla (controlarla) desde la secretaría de la Defensa Nacional.

Algo más:

En la semana que termina, dos ramas del poder público reformaron a la otra para borrarla y desaparecer por tanto, la división de poderes en México.

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