Escenario político/Daniel Adame Osorio

La reforma constitucional a la Guardia Nacional es tan peligrosa como la judicial. Vale contextualizar cómo AMLO rompió su compromiso de generar una policía vigorosa y civil desde el inicio de su gestión. Hoy, la apuesta es entregar el mando de la seguridad a la secretaría de la Defensa Nacional, con facultades de investigación que, revelará muy probablemente violaciones a derechos humanos, con una CNDH capturada por el presidente. Ahora, el problema radica en que si no funciona la estrategia de mando militar, no habrá escapatoria. La reforma constitucional obtendrá incluso más votos que la judicial, dada la enorme presión ejercida a gobernadores opositores que podrían ver reducida la presencia de la Guardia Nacional si no es aprobada la reforma. Tengamos presente que las fuerzas militares no rendirán cuentas de su gestión en el rubro de seguridad y, Ayotzinapa es la evidencia más dolorosa a diez años de esa tragedia. 

Además, la crisis de gobernabilidad continúa su expansión por las entidades del país y, aunque los fuerzas militares disponen de las capacidades para desplegarse, aguardan al cambio de enfoque en la estrategia de seguridad de la gestión de Claudia Sheinbaum, mientras persiste la capacidad de fuego de la delincuencia organizada. 

Todo lo anterior, en el contexto de la despedida retórica del presidente que se retira como un dirigente carismático con aprobación a su comunicación y a su retórica y sin abordar la realidad del jefe de Estado que no atendió los problemas de su administración en cada rubro de la administración pública federal y, los homicidios en espacios públicos que, muy probablemente superarán los 200 mil asesinatos en su gestión son la evidencia del fracaso de su estrategia de seguridad. 

Del Tintero. 

Los 100 días de la próxima administración de Claudia Sheinbaum permitirán un enfoque distinto y, veremos sus resultados, lo mismo que su estilo de conferencia de medios, formato y el peso específico que dará al gabinete al informar, si bien aún no sabemos quién encabezará la estrategia de comunicación de su administración, en un entorno en que la economía no va bien, la inversión extranjera directa está detenida, hay un déficit público de más de seis puntos y, cabe preguntarse respecto al presupuesto para 2025, si ha de continuar con la certeza al público, de la masiva transferencia de efectivo…

El oficialismo intenta con su renovación en Morena, continuar con la retórica de Yo, el pueblo y cuándo han de gobernar? 

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