Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
EL TEPJF, recapacita. Falla el Halloween adelantado
Cuando ya se perfila la anuencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que se realicen las elecciones de reforma del Poder Judicial, hay sectores que se mantienen en su macho como dice el sentir popular. Lo del desacato contra la presidenta, aún resuena con molestia. Además de que hubo una gran torpeza. En viejos gobiernos mexicanos, el desacato hubiera sido un delito que en dos por tres se hubiera resuelto. Era un hecho que no tenía ningún problema, porque el poder ejecutivo dominaba a los otros dos poderes. Si se quería culpar a alguien se daba la orden y ya. Pero ahora la ministra Piña y sus empleados de bajada, saben perfectamente que no se puede hacer. Con la ilegalidad tan recalcada del Poder Judicial, están esas situaciones que no se mencionan cuando se habla de cárcel y una juez desconocida de Veracruz cuyos méritos no sabemos, amenaza con encierro, que es el poder ejecutivo el que aplica las penas. Si fuera real el desacato de Claudia Sheinbaum y por un desliz suyo fuera a la cárcel, sería ella misma a través de su administración la que se llevaría a la cárcel. Si el alegato fuera que el delito la inhabilita como presidenta e iría como una ciudadana común, tendrían que revisar bien la Constitución y comprobar que el ejecutivo solo puede ser sancionado por delitos graves del orden común. El desacato no parece tener esa categoría. Hay miles de desacatos diarios en el país (el señor Salinas de TV Azteca lleva récord de desacatos al incumplir la ley y no pagar lo que debe) que ni siquiera son tomados en cuenta.
PERSONAJES DEL JUDICIAL QUERÍAN O QUIEREN, UN HALLOWEEN OSCURO
A como se han dado las cosas, el Halloween se quería adelantar en este año. Y todos esos personajes tenebrosos que incorpora la leyenda en algunos países como el nuestro, los tenemos en plena carne viva en esta novela diaria de la judicatura. Que más portento tenebroso puede haber que violar la norma máxima que tenemos de la que deben desprenderse todas nuestras formas de actuar. La propia Constitución de Apatzingán (Edición crítica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de Tlaxcala, 2014) de 1814, primera que hubo en México y que celebró su aniversario el pasado 22 de octubre, ya recalcaba lo que aparece en el artículo 39 actual, que la soberanía reside en el pueblo. Y es el pueblo el que votó por un cambio en el Poder judicial, como se ha acentuado. Actuar con los disfraces de seres de esperpento todos los días y darnos piña en lugar de calabaza enmielada, ha convertido la situación actual en un sentir de monstruos al estilo mexicano, que entorpece el ambiente en el país. No es un encantamiento como debería de ser, sino una agresión permanente. Es hora del cambio.
ANTE PERSONAJES SIN POESÍA, HAY QUE LANZAR CONJUROS
La belleza sobrenatural que se desprende de algunas fiestas tradicionales, rompe todo su encanto cuando se incorporan personajes que no tienen nada de poéticos. Aquellas fiestas escocesas que se crearon a partir de los poemas de su bardo nacional, Robert Burns, surgían de hadas de blancos vestidos y gnomos que bailaban en los bosques.
Pero aquí en un México más realista, lanzan diablos, seres oscuros que recorren los caminos, brujas que destruyen con hechizos, mujeres que llaman con gritos a sus hijos y fantasmas tenebrosos que sorprenden en las esquinas. Es la transformación de un festejo irreal que exacerba la fantasía con una fiesta real de agresiones y amenazas. Por su lado, las brujas y los brujos de carne viva, han utilizado las leyes para lanzar esas amenazas. Es hora de lanzarles conjuros. EL TEPJF, reacciona.