Hora, de Audemars de Domelipa y Omar Montes
MORELIA, Mich., 23 de octubre de 2024.- Entre tanta idea suelta, pero amalgamada en toda su realidad, Francis Ford Coppola cuenta que el cine ya es parte de él, considera que morirá haciéndolo, contando historias, porque no sabe detener su mente y si algo puede definir la historia de su vida, su película, es el amor.
En el escenario del teatro Ocampo en la capital michoacana y como uno de los eventos esperados del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), en su edición 22, se mantiene el director estadounidense acompañado de autoridades de la muestra. Va contestando las preguntas tanto de un entrevistador directo en escenario, como de los jóvenes y personas que se encuentran en el graderío.
Así van pasando las preguntas y él las va contestando, y lo que sucede, que es normal, es que todo mundo agradece la presencia, alaba al director, le quiere contar su vida, guardarse y ampliar el instante en el que se dirige al icónico director, hasta que él de una manera casi amorosa y muy amable, pide que sean concretos en las preguntas, que sean rápidos, y eso, al final de la rueda de prensa donde habla de su última película, Megalópolis, permite que haya dos preguntas más antes de concluir el evento.
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