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***Esta serie de 10 retratos breves está dedicada a mujeres de México cuya vida ejemplar es aporte imperecedero, dignas de ser memorables para su generación y la posteridad por sus contribuciones al arte, la ciencia o la cultura.
Al margen de su ideología política, todas ellas fueron congruentes con principios y valores inspiradores. Algunas alcanzaron la fama que trascendió a su tiempo, pero otras ameritan hacerse visibles para ser reconocidas y recordadas por su vida singular y sus valiosas aportaciones.
Mujeres mexicanas memorables (3)
Ifigenia Martínez Hernández, estadista y precursora feminista
Considerada una de las 10 mujeres más influyentes en América Latina, se caracterizó por ser una mujer de Estado: entrelazó su visión como doctora en economía, su activismo político de izquierda, su expertis internacional y su sensibilidad social para convertirse en una precursora fundamental de la presencia de la mujer en la vida pública nacional y referente histórico.
El pasado 1 de octubre, para quienes no la conocían llamó la atención que pese a su frágil estado de salud, Ifigenia Martínez Hernández, presidenta de la Cámara de Diputados entregara la banda presidencial a Claudia Sheinbum Pardo, primera mujer en la historia de México en ocupar ese cargo, pero para sus seguidores y ella misma esta encomienda fue un honor que disfrutó con la convicción de cerrar con broche de oro la decidida lucha que libró por sus ideales.
La maestra Ifigenia vivió el emotivo momento con convicción y alegría por la llegada de una mujer a la presidencia, de la República; cuatro meses atrás, el día de la elección presidencial, la candidata Sheinbaum votó simbólicamente por Martínez, «como una forma de reconocer su influencia y legado, mujer consecuente y consistente…que abrió brecha a muchísimas mujeres en México», declaró.
Quedó para la memoria nacional y para satisfacción de la maestra Ifigenia el momento en que las mujeres fueron las principales protagonistas en el Congreso mexicano, en el mensaje que no leyó, sostuvo: “Las mujeres por fin estamos tomando los lugares que hace mucho nos correspondían, pero que no teníamos”.
Militante de Morena desde su fundación, en 2011, Ifigenia celebró también la permanencia de su movimiento en el poder. Para la política congruente, debió pasar por su mente que todo comenzó en 1988, cuando ella junto a un grupo de priístas declararon su rebeldía al método del «dedazo» para decidir la sucesión presidencial.
Una entrevista de Porfirio Muñoz Ledo otorgada al periodista Gonzalo Álvarez del Villar, publicada en 1986, en unomásuno, fue el detonante que cimbró al hasta entoces partido hegemónico: al frente de la llamada Corriente Democrática del PRI, estaban Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, la maestra Ifigenia Martínez Hernández, Porfirio Muñoz Ledo y Rodolfo González Guevara, entre otros políticos priístas.
La maestra Ifigenia recordó en alguna entrevista de televisión que luego de militar en el PRI 20 años, se unió al grupo de inconformes que demandó la democratización del partido, y ante el desconocimiento del grupo por parte de la dirigencia nacional, ellos decidieron emitir una carta de autonomía.
Se fortaleció el movimiento al lograr que se unieran varios partidos de oposición de izquierda, lo que dio origen al Frente Democrático Nacional, y en ello fue fundamental el activismo de la maestra, considerada también una luchadora social que abrió las puertas de su casa en Coyoacán para las reuniones de los democratizadores, a quienes se les empezó a llamar «Los Ifigenios».
Luego fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de donde años después se desprendería el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) comandado por Andrés Manuel López Obrador, a quien la maestra acompañó desde entonces, inclusive en sus tres campañas presidenciales y sus seis años de gobierno.
Realmente el 5 octubre de 2024, con el fallecimiento de doña Ifigenia Martínez, cuatro días después de haber entregado la banda presidencial, culminó una historia de 99 años de vida fructífera, prueba de que «la suerte favorece a las mentes preparadas», como sostenía el científico francés Louis Pasteur.
La vida de la destacada precursora de los derechos de la mujer mexicana,a quien hoy reconocemos, comenzó el 16 de junio de1925, fecha del nacimiento de Ifigenia Martha, su nombre de pila.
Al recordar su niñez contaba que su padre, Jesús Martínez Elizalde, ferrocarrilero, fue el primer feminista que conoció, él premiaba sus logros escolares quitándole quehaceres y hacer mandados que delegaba en sus dos hermanos varones; y fue él también quien la motivó a la lectura y el estudio, al contar en casa de una vasta biblioteca.
Mucho influyó en su mente infantil y adolescente que cuando se difundió el nazismo, su papá que profesaba ideas de izquierda, decidiera sacarla del Colegio Alemán, donde solo estudió la primaria, y la inscribiera en la Secundaria pública No.10, por los rumbos de MIxcoac, pues ellos eran residentes del barrio de Tlacopac, San Angel. Siguió sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria.
Su progenitor fue quien le sugirió estudiar economía política, «estaba seguro de que el país necesitaba a profesionales que manejaran la economía para el desarrollo y elevar el nivel de vida de la población», comentó Martínez. Realizó la licenciatura en Economía en la Escuela de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde adquirió conciencia social, y comprobó que su papá no se equivocó.
La dedicada estudiante conoció a quien sería su esposo en la Escuela de Economía, Alfredo Navarrete Romero, quien iba adelantado dos años en la carrera, por lo que la guió sobre cómo planear sus estudios. Se casaron cuando ella obtuvo la licenciatura. Navarrete había aplicado y fue aceptado para realizar estudios de maestría y doctorado en Harvard, por lo que juntos emigraron a Boston.
Ifigenia, mujer decidida adelantada a su tiempo, buscó también hacer un posgrado en el extranjero, mientras trabajaba como calculista en Instituto Tecnológico de Massachusetts, empleo con el cual logró sustentar sus estudios, convirtiendose así en la primer mujer mexicana en obtener la Maestría en Economía en Harvard. Posteriormente (2011-2013) obtendría el doctorado en esa prestigiada universidad.
Siempre mencionó con orgullo que su esposo, el doctor Navarrete Romero, fue el primer mexicano doctorado en economía en Harvard. La pareja Martínez-Navarrete tuvo cuatro hijos: Juana Inés, Andrea Eréndira, Paloma y Alfredo Federico, dos de ellas son médicos especialistas, una es residente francesa y el único varón es economista.
La maestra en Economía regresa a México con 25 años de edad, e inicia una trayectoria académica e internacional brillante, en 1950 fue maestra cofundadora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); catedrática de la UNAM y del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), e investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En 1967, Ifigenia marca otro hito histórico, fue la primera mujer directora de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, de forma que el Movimiento Estudiantil del 68, lo vivió junto al rector Javier Barros Sierra. Se destacó por ser una de las principales defensoras de la Universidad tras la invasión del ejército a Ciudad Universitaria, por eso fue detenida y encarcelada. Formó parte de la Comisión Mixta, integrada por estudiantes y catedráticos, para negociar frente al gobierno.
En forma paralela a partir de 1958 y hasta 1970 alcanzó puestos públicos de alta responsabilidad hasta entonces vedados para las mujeres: asesora del secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet; coordinadora de asesores del secretario de Hacienda y Crédito Público, Antonio Ortiz Mena y posteriormente subsecretaria de esa dependencia y jefa de la Oficina de la Secretaría de la Presidencia.
Ifigenia Martínez desarrolló también una larga carrera legislativa: fue electa diputada federal cuatro veces, la primera en 1976 por el PRI; en 1994 por el PRD, y en 2009, fue diputada federal ciudadana por el Partido del Trabajo.Por último fue presidenta de la Cámara de Diputados por Morena, del 1 de septiembre al 5 de octubre de 2024. También fue diputada local por el PRD, integrante de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México de 2016-2017.
Fue la primera senadora de la República electa por la oposición por el Distrito Federal (Frente Democrático Nacional) 1988-1991; volvió a ser senadora por Morena para el periodo 2018-2024, en el cual ocupó la presidencia de la Mesa Directiva de Decanos.
Su obra editorial comprende una decena de libros en los que abordó temas socio-económicos en su contexto político, algunos títulos: la Deuda externa y soberanía nacional; Algunos efectos de la crisis en la distribución del ingreso en México; Economía y democracia: una propuesta alternativa; Globalidad, crisis y reforma monetaria; México: desarrollo y fortalecimiento del sector estratégico de energía eléctrica.
Era una creyente de que el equilibrio fiscal progresivo, aplicado a través del Impuesto Sobre la Renta, haciendo pagar más a quienes más tienen, permitiría la justicia tributaria y la equidad social, una sociedad más igualitaria, democrática y justa.
Sobre premios, recibió desde la década de los años 60´s el de Mujer del año y el de la Economista del Año; en 2019 recibió la medalla Sor Juana Inés de la Cruz, otorgada por la Cámara de Diputados a mujeres eminentes. En octubre de 2021, obtuvo la Medalla Belisario Domínguez, otorgada por el Senado de la República a mexicanos destacados por su virtud en grado excelso, fue reconocida «no sólo por su labor académica, sino también por su papel en la lucha por la equidad y la justicia social».
Su participación en asuntos internacionales fue constante en la cancillería e instituciones académicas, arrancó como co-fundadora de la CEPAL, en 1950, y 25 años después fue nombrada embajadora de México en Nueva York ante la Organización de las Naciones Unidas para participar en la formulación de un nuevo orden económico internacional, donde hizo equipo con Porfirio Muñoz Ledo, embajador de México ante a ONU, y con quien mantuvo una amistad permanente.
Quienes cubrimos el Senado de la República en la LIV Legislatura, cuando llegaron los primeros cuatro senadores de oposición, pudimos atestiguar la estrecha amistad entre Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, este hombre inteligente y tribuno brillante siempre se refería a ella con respeto y admiración, como la maestra Ifigenia, y decía que cuando ella entraba a cualquier lugar todos los presentes volteaban para admirar su belleza, pero sobre todo se quedaban para escucharla.
Ifigenia Martínez Hernández no solo se distinguió por su inteligencia y claridad para expresar sus ideas, se caracterizó en su juventud y madurez por ser una mujer de belleza clásica, elegante y discreta, de hablar suave. Acostumbraba vestir de traje sastre y zapatillas de tacón mediano, siempre llevó un peinado bouffant, de melena abultada y a los hombros, y un maquillaje discreto sellado por un labial de color mate.
Agradezco a Rodrigo Rojas Navarrete la confirmación de algunos datos biográficos fundamentales de este escrito, como la fecha de nacimiento, y confirmarnos la gran satisfacción de doña Ifigenia al poder participar en la ceremonia de toma de posesión de la presidenta Sheinbaum, como «culminación de un sueño, de un ciclo de vida bendecido».
Rodrigo es su nieto y fue el más allegado de sus colaboradores en la etapa final de su vida, él da testimonio de que fue la presidenta Sheinbaum quien le pidió personalmente aceptar ser diputada para encomendarle fuera ella quien le entregara la banda presidencial
Rojas Navarrete la describe como una mujer extremadamente humana, empática con niños y adultos mayores, sin duda es una mujer memorable que abrió brecha, rompíó techos de cristal para la participación de la mujer en cualquier ámbito de la vida nacional.
Finalmente anunció que a partir de 2025 fungirá como presidente honorífico de la Fundación Ifigenia Martínez para preservar el legado que dejó a México esta mujer mexicana de Estado y de cohesión de voluntades, entonces retormará el proyecto de publicar sus memorias.
Por hoy, Rojas Navarrete, nuevo director de CONALEP aseguró que su abuela priorizaba los temas educativos para el desarrollo, por ello es su inspiración para convertir a esa institución en pionera de la educación técnica.