Genio y figura/Francisco Buenrostro
Ahora fue Querétaro el centro de un ataque a civiles. Hombres armados irrumpieron en el bar “Los cantaritos” para disparar contra los presentes, matando a diez y dejando heridas -al menos- a trece personas, la mayoría mujeres y hombres jóvenes.
El Alcalde de Querétaro, Felipe Fernando Macías publicó un video en sus redes sociales diciendo que el ataque fue dirigido a delincuentes, de ese tamaño es la miopía de las autoridades, no solo de Querétaro, porque declaraciones incoherentes se replican en todo el país.
Especialistas en seguridad como David Saucedo, señalaron que se trata de un modelo de violencia exportado del estado de Guanajuato, producto de una encarnizada disputa entre el cártel de Santa Rosa de Lima, que nació, floreció y opera en la zona Laja-Bajío y municipios del corredor industrial como Celaya e Irapuato y el cártel Jalisco Nueva Generación que busca el control total de la venta de drogas en Guanajuato y ahora apuntó sus baterías hacia Querétaro.
Todo indica que su objetivo es clonar de Guanajuato a Querétaro, el mismo modo de operar de grupos criminales: Multihomicidios, amenazas a jefes policiacos, ataques a bares y restaurantes y actos que pueden ser catalogados como terroristas, como la detonación de carros bomba en los municipios guanajuatenses de Acámbaro y Jerécuaro, que dejaron tres policías heridos y daños materiales.
Pero esa violencia de exportación no solo sucede de Guanajuato a Querétaro se replica en todo el país, el grave problema es que las victimas son ciudadanos, como las y los jovenes que disfrutaban su fin de semana en un bar de Querétaro o comerciantes de Guerrero o mujeres madres de famila y menores de edad.
Tan sólo en la primer semana de noviembre, acciones de grupos criminales impactaron, al menos en cinco estados del país. En Guerrero, la Fiscalía local confirmó que los 11 cuerpos localizados en una camioneta en Chilpancingo, eran del grupo de 17 comerciantes secuestrados en Chilapa, entre los cuerpos había dos mujeres y cuatro menores de edad.
En Tabasco el cártel Jalisco Nueva Generación amenazó de muerte al gobernador Javier May Rodríguez, amenaza acompañada de ejecuciones, quemas de coches particulares y ataques a policías estatales. En Nuevo León esparcieron restos humanos en las comunidades de El Brasil, Verlanga y Monte Morelos. En Cuernavaca, Morelos una balacera causó panico en un hospital del IMSS, iban a rematar a un hombre baleado horas antes. En Oaxaca secuestraron y mataron a un médico, director del Hospital del IMSS en uno de sus municipios.
Lo más preocupante, es que las acciones violentas de exportación, es decir el transito impune de grupos criminales de un estado del país a otro, sembrando terror para dominar a los rivales y a la sociedad, lleva implícita una escalada de desafío frontal a la autoridad federal, porque las locales y las estatales están amenazadas, sometidas, o compradas. Si no es la fuerza del estado, quién para combatir al crimen organizado.
EL gobierno federal no puede o no quiere ver ,que la violencia de exportación en México amenaza la gobernabilidad del país, lo refiero sin tintes fatalistas. En datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la gobernabilidad se entiende como: “los procesos y las relaciones entre gobierno y ciudadanía para que el poder y las decisiones públicas se utilicen para atender y articular intereses comunes, y así garantizar la estabilidad de un territorio”. ¿Tenemos garantizada la estabilidad del territorio?