De norte a sur
La Constitución sin Piña
No es difícil quedarse sin celebrar la Constitución cuando ésta se dejó de aplicar desde hace tiempo. La Suprema Corte de Justicia de la Nación no está invitada a la celebración de los 108 años de la Carta Magna, porque según ha dicho la presidenta Claudia Sheinbaum, ese cuerpo judicial que para unos es el sumun de la justicia, no ha tenido respeto por los otros dos poderes que integran el estado mexicano, el legislativo y el ejecutivo. Este realizará como en otras ocasiones un acto conmemorativo en el que desde luego se pondrá énfasis en el cumplimiento de la norma y el respeto que debe existir entre los poderes para consolidar el actuar tripartita. Hecho que no se ha dado desde el Poder Judicial, según conductas comprobadas. La última fue la oposición de ese poder a la reforma judicial, expresada en forma tajante en la negativa de la selección de los candidatos a la elección de nuevos juzgadores, de parte del comité electo especialmente para ello. Se trató de una violación constitucional y sería contradictorio según se maneja, invitar a un acto conmemorativo de la Constitución, a quienes la violan.
LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS PODERES ELECTOS Y EL JUDICIAL, SE HAN AMPLIADO
Desde el pasado sexenio ya se daban las diferencia entre los dos poderes electos y el poder judicial. La elección como presidenta de la Suprema Corte de la señora Norma Piña, puso desde el principio un velo de separación, con una serie de situaciones que fueron ahondando esa relación. De entrada la mencionada señora no tenía ni tiene el sustratum que debe de tener un alto personaje y que en el caso nuestro hubo épocas en las que el relumbre judicial acunaba a grandes personajes como Benito Juárez. Pero además se exhibe actualmente, la situación de ese cuerpo de alzada con una vida fuera de contexto por su desahogo, a la situación del país. Se burló el salario fijado a partir del salario presidencial que fue violado por la Corte y se explayó a los organismos autónomos sin que se cumpliera la norma. A la par hubo investigaciones sobre el gran capital en el que giraban y del que han hecho lo posible para conservar, lo que exhibió ante el pueblo de México la calidad de poder judicial que teníamos: una justicia mostrenca que mas bien se expresaba para cancelar derechos. Así se mantuvo la situación en casi todo el sexenio de AMLO.
CONTRADICCIÓN ENTRE LOS TRES PODERES: DOS SON ELECTOS DIRECTAMENTE
La diferencia entre el Poder ejecutivo y el legislativo con el judicial es abismal. Los dos primeros son electos directamente por el pueblo y el otro electo por uno de esos poderes, el ejecutivo y ratificado por otro, el legislativo, desde el senado. Singularmente el que los juzgará será el de la democracia indirecta. Eso hace comprender lo que sucede no solo en México sino en el mundo, en donde se aplica ese sistema, que tiene conflictos también. Al judicial llegan personas que tienen como mérito conocer presuntamente a fondo el derecho, pero el pueblo propiamente dicho no tiene contacto con él, como no sea cuando demanda justicia. Por lo general precaria. La propuesta de una reforma judicial que ya se aplica en otros países del mundo, entre ellos Estados Unidos, plantea la igualdad de los tres poderes, a partir del voto popular, cosa que el actual poder judicial considera absurdo y ha hecho hasta lo imposible por evitar la reforma. Esa contradicción les niega su presencia para conmemorar a una Carta Magna que no cumplen.