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Alfa omega del recuerdo
Las víctimas del narcotráfico en México pueden ser afectadas con la reciente medida del gobierno de Estados Unidos, de declarar organizaciones terroristas a seis carteles de nuestro país, pues con la medida podrían convertirse absurdamente en cómplices de los grupos criminales.
Así de paradójicos resultarían los efectos que tendría esa estrategia en algunos grupos sociales o personas que durante años han sido extorsionados por los grupos delincuenciales en diversas zonas de la República.
El anuncio realizado por Marco Rubio, secretario de Estado de la Unión Americana, fue recibido de manera dispar en México, desde la sorpresa oficial del gobierno mexicano a la medida, hasta un cauteloso beneplácito en zonas en donde los narcotraficantes han establecido desde hace décadas un verdadero régimen de terror.
Por mucho tiempo, se ha mantenido un encendido debate en México y Estados Unidos acerca de la posibilidad de que la Casa Blanca catalogara a los carteles como organizaciones terroristas, por las múltiples consecuencias que esto ocasiona.
Finalmente, esta probabilidad se convirtió en una firme realidad cuando Marco Rubio anunció que el gobierno estadounidense designó como grupos terroristas a 6 grupos mexicanos: el Cartel de Sinaloa, Cartel Jalisco Nueva Generación, Cartel del Noreste, Nueva Familia Michoacana, Cartel del Golfo y Cárteles Unidos, y a dos pandillas de Centro y Sudamérica, la Mara Salvatrucha (MS-13), y el Tren de Aragua, que se colocaron en la misma lista en donde aparecen nombres de organizaciones como Al-Qaeda, el Daesh, Boko Haram o Hezbolá.
Y la pinza para acorralar a los cárteles mexicanos tiene un segundo frente, ya que el gobierno del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que incluirá siete grupos del crimen organizado como entidades terroristas en el Código Penal de ese país, lo que esencialmente fortalece la capacidad de la policía para investigar las transacciones financieras de dichas bandas, así como detectar e interrumpir actividades ilícitas.
La medida fue parte del conjunto de propuestas de Trudeau al presidente estadounidense Donald Trump, después de que hablaron a principios de este mes y acordaron que Estados Unidos retrasaría los aranceles del 25 por ciento sobre la mayoría de los productos canadienses hasta al menos el 4 de marzo. Trudeau también acordó retirarse de los aranceles de represalia hasta esa fecha.
La Orden Ejecutiva 14157 del gobierno de la Unión Americana, sostiene que los cárteles y otras organizaciones transnacionales amenazan la seguridad del pueblo y la seguridad de Estados Unidos, así la estabilidad del orden internacional en el hemisferio occidental.
La intención de designar a estos cárteles y organizaciones transnacionales como terroristas es proteger a nuestra nación, al pueblo estadounidense y a nuestro hemisferio. Esto significa poner fin a las campañas de violencia y terror de estos despiadados grupos, tanto en Estados Unidos como a escala internacional. Estas designaciones proporcionan a las fuerzas del orden herramientas adicionales para detener a estos grupos”, afirmó en su mensaje Marco Rubio.
Las sanciones económicas y legales para aquellos actores que se encuentren «vinculados con el terrorismo», de acuerdo con la medida de la Casa Blanca suponen uno de los primeros retos para el gobierno mexicano tras esta medida.
En algunas zonas del país se amplían las zonas en donde las actividades criminales de los carteles se funden con actividades legales, enmascaradas por el lavado de dinero, pero también por la extorsión a que se ven sujetas miles de personas que deben colaborar forzadamente con los narcos.
De esta manera, las sanciones económicas y penales aplicadas por el gobierno de Estados Unidos en contra de supuestos “cómplices” del narco, podrían caer sobre un propietario que le rente un predio a un cartel que organiza un evento, o sobre un agricultor de aguacate que paga ‘piso’ por la recolección de los frutos, por ejemplo.
Y el problema se torna risible o dramático, según se quiera ver, cuando una víctima de secuestro sea considerada como cómplice de los carteles, por el simple hecho de pagar rescate por su liberación.
Entre las medidas financieras para debilitar el poder financiero de las agrupaciones criminales se ubican el congelamiento de cuentas bancarias, no sólo de los grupos delincuenciales, sino de cualquier empresa o persona que establezca un vínculo con los carteles.
Debido a los múltiples efectos que provocará la medida, el gobierno mexicano ya tienen sus alarmas encendidas, no tan sólo por las implicaciones económicas que se avizoran, sino también por las consecuencias políticas y militares.
En teoría, la medida puede provocar la movilización de fuerzas armadas estadounidenses hacia territorio mexicano, en donde tienen sus enclaves los carteles mexicanos.
Se recuerda claramente cuando en 2001, después del ataque terrorista en contra de las Torres Gemelas de Nueva York, el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, inauguró una estrategia anti terrorista para acabar con Al-Qaeda, invadiendo Afganistán.
Claro que no se puede comparar lo sucedido en Nueva York en ese año, lo cual vino a cambiar el orden mundial en materia de seguridad, con nuestro país. México es socio comercial, aunque vilipendiado, de Estados Unidos, compartimos lazos culturales y económicos profundos, pero, aquí viene el gran, pero, los carteles mexicanos sí son considerados ahora como una amenaza para la seguridad de la Unión Americana, como en su momento fue considerado Al-Qaeda.
La presidenta Claudia Sheinbaum sostiene que la soberanía de México no es negociable, que seguirá la coordinación entre ambas naciones para convertir al narcotráfico, pero no se permitirá sometimiento, intervencionismos y mucho menos invasiones, para lo cual envío una iniciativa para incluir dichos conceptos en un párrafo agregado a la Constitución.
Espero que así ocurra y, a final de cuentas, esos objetivos, no se conviertan en palabras y buenos propósitos que se los lleva el viento.