
De frente y de perfil
¿No sabían quién era Cuauhtémoc Blanco?
Primero acudimos a la sabiduría del refranero popular.
“Dios no les da alas a los alacranes”.
Como saben, se trata de un refrán que cuestiona el poder excesivo que consiguen algunas personas malvadas.
“No hay que echarse alacranes al seno”.
En este caso, el refrán previene a quienes, por su propio gusto, establecen relaciones peligrosas.
Y vale la voz popular porque, ahora resulta, que en el Partido Morena no sabían el tamaño “de alacrán” que “se echaron al seno” al darle asilo político a Cuauhtémoc Blanco.
Resulta que son muchas y muchos los “morenistas” sorprendidos de que el exfutbolista sea presunto responsable no solo de abuso sexual, sino de saqueo al dinero público, tráfico ilegal de tierras en Morelos y quien, incluso, resultó vinculado con el crimen de un empresario morelense.
En pocas palabras, por increíble que parezca, hoy muchos se dicen engañados por la clase de abusador, ladrón y criminal que resultó el ex gobernador de Morelos, a quien desde Palacio y desde Palenque brindaron impunidad total.
Peor aún, abundan los idiotas que se creen el cuento de que, “el pobre “Cuau” es víctima de una venganza política” y hasta aplauden que haya acudido a la fiscalía de Morelos, para ser investigado, como se lo recomendó desde el púlpito mañanero la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, lo que la mayoría de los mexicanos no saben, incluso lo que parecen ignorar la propia presidenta y Cuauhtémoc Blanco, es que ninguna autoridad puede mover un dedo contra el exfutbolista, mientras mantenga la protección del fuero constitucional.
Y aquí es donde aparece, de nueva cuenta, el engaño de Palacio y las mentiras de la “señora presidenta” y del exgobernador morelense.
Y es que en la “mañanera” del jueves 27 de marzo, a una pregunta de los “paleros de Palacio”, la presidenta trató de deslindarse de la impunidad que le regalaron a “Cuau” los legisladores de Morena y sus aliados.
Así lo dijo Claudia Sheinbaum: “Es una decisión del Congreso, pero es muy importante que sepa la gente que eso no quiere decir que no siga la investigación. Sería muy bueno que Cuauhtémoc Blanco fuera a declarar a la fiscalía y que diera su declaración.
– ¿Pero iría con fuero? Preguntó el “palero de Palacio”.
“Eso no quiere decir que se interrumpa la declaración, además hay un nuevo fiscal en Morelos. Es muy importante que siga la investigación y que él declare; nosotros no vamos a proteger a nadie; eso debe quedar clarísimo, pero tiene que demostrarse, en efecto, que hay un delito y quien lo define es la fiscalía. Entonces tiene que seguir la investigación.
“Y ahora, esta idea de que la presidenta está protegiendo… yo no protejo a nadie; protejo al pueblo de México y a mi familia y no vamos a proteger a una persona que cometió un delito; por eso es importante que declare”. (FIN DE LA CITA)
El montaje diseñado en Palacio siguió su curso y, al mediodía del mismo jueves 27 de marzo del 2025, un Cuauhtémoc Blanco custodiado por una decena de guaruras llegó a la fiscalía de Morelos, en donde declaró lo siguiente ante los periodistas: “Aquí estoy dando la cara. Nadie me protege. Todo esto es una revancha política…”. (FIN DE LA CITA)
¿Pero qué creen?
Sí, que mientras Cuauhtémoc Blanco mantenga el fuero, nada de lo que diga o haga la fiscalía será legal, lo que confirma que estamos viendo un nuevo montaje ordenado desde Palacio y Palenque; montaje al que no sólo se prestó la “señora presidenta”, sino al que contribuyó divulgando mentiras.
Pero también es cierto que aquí advertimos, con pelos y señales, quien era el pillo motejado como “Cuau”. Sí, en el Itinerario Político del 25 de mayo de 2018, titulado: “Cuauhtémoc Blanco: el triunfo de la estupidez”, advertí del riesgo social de llevar al poder a un ladrón y criminal como el exfutbolista.
Así lo dije: “El exfutbolista Cuauhtémoc Blanco decidió no asistir a un debate entre candidatos al Gobierno del Estado de Morelos.
“El aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia dijo –a través de un video–, que sus adversarios “le tienen preparada una trampa”.
“En el mensaje –que confirma su característica incapacidad para articular ideas–, dice: “Como ustedes saben, mañana hay un debate, al cual no voy a asistir… Estos tres políticos, bola de sinvergüenzas, me tienen preparada una trampa”, aseguró…
“La ausencia de “Cuau” en el debate confirma lo que ya es voz popular entre electores morelenses; que el candidato de Morena no sólo es el puntero sino el que tiene la menor preparación, es el más ignorante en el ejercicio del poder, el menos capacitado y el más mentiroso. Por eso huye al debate.
“Sin embargo, y a pesar de que los habitantes de Cuernavaca vivieron la peor gestión municipal con el exfutbolista como alcalde, muchos dicen estar convencidos de que “Cuau” es la mejor alternativa al gobierno de Morelos. Y, frente a la terca realidad, se impone preguntar.
“¿Por qué en entidades como Morelos –entre otras–, se repite la historia que ya es un clásico en el partido Morena? Hablamos del fenómeno impensable de que los ciudadanos prefieren al peor candidato, al más ladrón, antes que a uno que provenga del PRI, PAN o PRD.
“Y si lo dudan, en la contienda presidencial ya es un clásico que en los dos primeros debates el menos preparado, el más ignorante y de pensamiento más atrasado se llama Andrés Manuel López Obrador.
“El mismo fenómeno se repite en por lo menos cuatro de los nueve procesos electorales estatales –incluido Morelos–, en donde los candidatos de Morena son los menos capacitados, los que tienen más negativos y menos experiencia, pero encabezan las preferencias.
“¿Qué está pasando entre la sociedad mexicana? ¿Por qué amplios sectores rechazan a los candidatos mejor preparados pero están dispuestos a votar por los candidatos de Morena, a pesar de sus claras deficiencias y sus probadas pillerías en el ejercicio del poder? ¿Acaso asistimos al triunfo de la estupidez? (FIN DE LA CITA)
En efecto en la última década, en materia político electoral, los mexicanos hemos protagonizado “el triunfo de la estupidez”. La estupidez de llevar al poder a pillos ladrones y abusadores como López Obrador y Cuauhtémoc Blanco.
Y por eso volvemos a preguntar: ¿De verdad no sabían quiénes eran Obrador y Blanco? Se los dije.
Al tiempo.