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AMLO: la mano que mece la cuna, en el pleito Sheinbaum-Zedillo
Andrés Manuel López Obrador vuelve a mover las fichas de la política del país y usa todo el aparato del poder, incluida a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, para ir en contra del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. No le perdonará la crítica pública que hizo en contra del que fuera su gobierno.
En los últimos días, las páginas impresas y digitales de los medios de comunicación han sido escenario de la batalla entre la jefa del Ejecutivo y el ex mandatario priista, quien puede sacar la peor parte del enfrentamiento que, por el momento, es verbal, pero que puede llevarse al terreno legal.
En Palenque, o en donde se encuentre el político tabasqueño, cayó como bomba la edición de mayo de nuestro país, de la revista Letras Libres, en cual Zedillo escribió un artículo titulado “México: de la democracia a la tiranía”, en el cual confirmó la denuncia pública que hizo el 15 de septiembre del 2024, en el Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Barras de Abogados, celebrado en la Ciudad de México
La crítica de Zedillo fue directa y a la cabeza. En los últimos meses del gobierno de López Obrador y los primeros de su sucesora, Claudia Sheinbaum, se demostró que la “transformación prometida era en realidad la de sustituir nuestra joven democracia por una tiranía”.
Zedillo dio un golpe demoledor a la reforma heredada por López Obrador a Sheinbaum: la del poder judicial que, a juicio del priista, permitirá que todos los jueces, magistrados y ministros de la Judicatura Federal serán removidos y sustituidos por personas supuestamente electas por voto popular.
“Estos comicios son una farsa no solo en su justificación sino también en su ejecución, como ya se ha puesto palmariamente en evidencia. En los hechos, el gobierno ha determinado a la mayoría de los candidatos, sin asegurarse de que sean realmente personas que reúnan las calificaciones profesionales y éticas para impartir justicia. Los requisitos para ser candidato a juez o magistrado son a todas luces ridículos”, enfatizó Zedillo en su artículo.
Desde luego que Zedillo tiene razón cuando afirmó que, para considerarse democrática, una nación debe tener Estado de derecho, elecciones libres y competitivas; división y equilibrio de poderes, situación que se borró con la mal llamada reforma del poder judicial.
Y concluyó Zedillo: “Por tanto, cuando la presidenta nos dice que México está por convertirse en el país más democrático del mundo, tristemente nos está mintiendo a todos los mexicanos. Que no nos engañen: nuestra joven democracia ha sido asesinada”. Uf, así de directo.
El articulo provocó la cólera de López Obrador y de la presidenta Sheinbaum Pardo y empezó el contra ataque.
En su conferencia matutina del 29 de abril, la presidenta Sheinbaum recordó la crisis económica que provocó Ernesto Zedillo durante su sexenio y aseguró que el 30 de abril expondría la corrupción del Fobaproa, porque el mandatario “no podía hablar tan impunemente”. Es decir, Zedillo no puede externar su opinión, porqué es un acto impune, de acuerdo con la mandataria.
Recordó que Zedillo se reunió con empresarios para informales que vendría una devaluación del peso, con lo cual muchos hombres de negocios pudieron adquirir dólares y protegerse.
“Millones de familias perdieron todo, se rescató a los empresarios y no al pueblo, convirtió las deudas privadas en deuda pública que aún se está pagando “, sentenció Sheinbaum.
Durante su conferencia de este jueves, la presidenta Sheinbaum calificó como un “terrible sexenio” el gobierno de Zedillo, al referirse a la implementación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) en 1994. Según Sheinbaum, la medida fue una “mala decisión” que se tomó de forma “discrecional y sin transparencia”.
En la misma rueda de prensa, Este 1 de mayo, Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), expuso nueva información respecto a la evaluación y el manejo de la deuda del Fobaproa, que, de acuerdo con los dichos del propio Gómez, “se sigue pagando hasta la actualidad”.
De acuerdo con Gómez Álvarez, esa especie de encubrimiento fue puesto en marcha “para, innecesariamente, cubrir a los más ricos” de México, pues Zedillo transformó esas deudas privadas en deuda pública, avalada por el Congreso con apoyo del PAN y el monto del Fobaproa pendiente asciende 73 mil 775 millones de pesos (alrededor de 7 mil millones de dólares).
Pero las cosas no pararon en dimes y diretes, pues como parte de la estrategia “legal” que seguirá la Cuarta Transformación, senadores de Morena alistan la conformación de una comisión especial que revise la actuación del expresidente Ernesto Zedillo.
Los senadores morenistas argumentan que Zedillo, no sólo ocultó operaciones para la aprobación del Fobaproa, que resultan en cuentas secretas, sino que ahora enfrenta acusaciones de vínculos con el narcotráfico.
En este caso hay verdades a medias y verdaderas mentiras por parte del Gobierno de la 4 T. Si bien, puede acusarse a Zedillo de haber generado una mayor crisis económica, cuando funcionarios de su gobierno informaron a empresarios de la devaluación del peso que pronto vendría y con ello, provocaron un mayor desplome de nuestra moneda, pudo remontar una crisis que en realidad fue heredada por Carlos Salinas de Gortari.
La izquierda ha satanizado la existencia del Fobaproa, como una bandera política para justificar su ataque al neoliberalismo y obtener la condena de las clases populares, tan llenas de ignorancia sobre temas financieros.
Debe recordarse que el Fobaproa fungió como una red de seguridad para rescatar bancos en crisis, garantizando los ahorros del público. Esta es la clave: ga-ran-ti-zar los aho-rros del pú-bli-co, que tanto se la olvida a la izquierda demagógica.
El Fobaproa se activó en 1995, tras la devaluación del 300% del peso y la quiebra masiva de empresas, el gobierno compró deudas bancarias por 552 mil millones de dólares (equivalentes a casi 40% del PIB de entonces), una cifra mayúscula.
Lo que la 4 T no dice es que el dinero que manejan los bancos no es de ellos, sino de los ahorradores y hubiesen sido ellos los que hubieran perdido hasta el último centavo, si no hubiese existido el Fobaproa. Ellos siguen vendiendo la idea falsa de que se rescató sólo a los ricos, como si millones de mexicanos no hubieran tenido un quinto en la banca. Así opera la manipulación de la izquierda.