
De frente y de perfil
A dos semanas de las elecciones judiciales, no obstante el establecimiento constitucional que llama a realizar el ejercicio, el escenario probable es el fracaso de esos comicios únicos alrededor del mundo. Por los candidatos, lo mismo habrá biografías con profesionalismo que aspirantes indeseables y por el lado del diseño, el INE no cumplió con su cometido (en parte) porque no recibió el financiamiento necesario y por tanto, las casillas estarán a kilómetros de distancia de los posibles electores.
Ya instalado en la casilla, el votante verá una realidad que desconoce y para la cual no hubo campañas de información sobre eso que llaman los cargos de jueces, magistrados y ministros de la Corte.
Peor aún: los resultados no estarán listos ni preliminarmente el día de la jornada electoral y las boletas sobrantes no serán destruidas al final de la votación y los votos serán contados por funcionarios del INE y no por ciudadanos capacitados para ese propósito.
Por estadística electoral, la votación podría ir del 5 al 10 por ciento, lo que configura el fracaso y algo peor: la elección ya está hecha junto a sus resultados. De modo que el fracaso de la elección judicial es el éxito el oficialismo, acostumbrados a la manipulación y la mediocridad y la trampa hecha norma constitucional. Queda la evidencia que todo lo que salga mal a la élite lopezobradorista, lo resolverá el Tribunal de Disciplina, controlado por la administración Sheinbaum. Se trata del éxito para el oficialismo al controlar el poder judicial de la Federación.
Será en suma un proceso manchado por la legitimidad, dado que no hay condiciones auténticas para la participación del ciudadano, de modo que si la legitimidad la da el que pierde, será una elección cuestionada porque el oficialismo ganará y asegurará el control de todo el aparato público sin procedimientos democráticos.
Si en una elección promedio para las ramas electivas (legislativa y administrativa) la participación va del 45 al 65 por ciento, el que haya una participación del 5 o 10 por ciento en la elección judicial, es un fragmento de legitimidad para que la 4T cante la victoria.
Del Tintero.
Es verdad que quien no va a la casilla no ve el escenario, como si lo harán por ejemplo los gobernadores de Morena comisionados para la trampa de la elección: movilizar y tener sus listas para que sus adherentes sepan cómo votar.
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Daniel Adame Osorio.