
El lugar común como estrategia comunicativa
Al IMSS le gusta esta marca de impresoras
Con todos los problemas que atraviesa el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de Zoé Robledo, hay que sumarle las miradas que jaló la licitación LA-50-GYR-050GYR014-N-142-2025, de la delegación Veracruz Norte, para adquirir hasta 2 mil 640 cartuchos tóner de impresión, con un presupuesto máximo de 21 millones 600 mil pesos.
Fueron nueve las firmas que levantaron la mano y la junta de aclaraciones se publicó el viernes 16 de mayo, en donde los interesados generaron hasta 81 cuestionamientos al contenido de las bases.
Medios nacionales aseguran que la compra habría sido impulsada por José Manuel Escobedo Venegas, extitular de la Coordinación de Abastecimiento y Equipamiento en el Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada (OOAD) de Zacatecas, quien actualmente no ocupa un cargo formal, pero presuntamente opera tras bambalinas en el OOAD de Veracruz Norte.
El propósito de José Manuel Escobedo Venegas habría estado orientado a influir en los procesos de adquisición de tóners, con el fin de beneficiar a la marca Lexmark, la cual es distribuida por empresas como Valmar Digitalmicro, Ofivillanely y TCA Empresarial.
Durante dicha junta de aclaraciones, las múltiples dudas y observaciones obligaron a Escobedo Venegas y a su equipo cercano a realizar hasta trece modificaciones a las bases del concurso. Dichas modificaciones habrían tenido como finalidad mantener condiciones favorables para Lexmark, corrigiendo criterios que, según especialistas en el tema, resultaban evidentemente dirigidos y que, al mantenerse sin consecuencias, permitirían un sobreprecio estimado de hasta un 100%.
De acuerdo con fuentes con conocimiento del caso, este mismo esquema se ha replicado en licitaciones federales de 2025 para la compra de consumibles de tóner en diversas entidades como Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz Sur y Yucatán, con adjudicaciones recurrentes en favor de la marca Lexmark.
Los precios unitarios establecidos en las actas de fallo oscilan entre 7,000 y 8,000 pesos, mientras que expertos consultados por esta columna indican que otras marcas podrían ofrecer productos similares con un precio promedio cercano a los 4,000 pesos. La recepción de propuestas está programada para el 22 de mayo, y el fallo definitivo se anunciará el 28 del mismo mes.
*** Monterrey se librará del tráfico
Monterrey abrió sus cartas el viernes pasado en la asamblea sobre el Viaducto Morones Prieto. El gobierno de Samuel García, respaldado por Semarnat, de Alicia Bárcena y Conagua, de Efraín Morales López, expuso beneficios ante ciudadanos y ONG. Las quejas iniciales hallaron respuestas técnicas.
Las ONG señalaron la tala en el Río Santa Catarina. El compromiso es firme: cada árbol removido será reemplazado. Además, áreas verdes y pasos de fauna enriquecerán la zona. La obra sumará más vegetación.
Estudios avalados por la ONU, con la herramienta MOVES, estiman una caída de emisiones de 3,154.12 a 2,370.21 toneladas de CO2e. El viaducto hará un Monterrey más limpio. Financiado por empresarios, el proyecto libera fondos para fortalecer el Metro y las líneas 4 y 6. Puentes peatonales y ciclistas integrarán el transporte público.
Monterrey, la urbe más congestionada de México, pierde 94 mil millones de pesos al año por el tráfico. El viaducto ahorrará 4.87 millones de horas diarias, un alivio para la calidad de vida. La transparencia despejó dudas. El Viaducto Morones Prieto es un paso necesario hacia un Monterrey conectado y sostenible.
*** Devorar el arte
TOMA NOTA *** La hora de la comida es más que un momento en familia. Es un ritual, un testamento político y una forma de narrar el mundo. La cantidad de contextos y procesos que hay detrás de cada ingrediente antes de que este llegue a la mesa es inimaginable; y, sin embargo, la mayoría del tiempo lo damos por sentado.
Desde ahí parte “Conocer el mundo con la boca, sin que te piquen las espinas”, exposición de Colección FEMSA, dirigida por Laura Pacheco, que llegó a Casa del Lago UNAM con 42 obras de 37 artistas. La comida, dicen sus curadores, es identidad, memoria y cuerpo colectivo. Pensar lo que comemos es también pensar en el agua, en la tierra, en lo que se da y se pierde al sentarse a la mesa.
La muestra articula una mirada crítica desde la boca como lugar de encuentro y de resistencia. La cocina como acto político, la mesa como espacio horizontal, el alimento como archivo vivo. No se trata solo de arte: es una invitación a mirar el presente desde lo más cotidiano. Porque comer también es una manera de decir quiénes somos.