Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Las alianzas repuntarán en el mercado mexicano ante la excesiva competencia y contracción de demanda. Sin embargo el combinar o adquirir otra empresa no la consideran los empresarios mexicanos donde el 68 por ciento opta por incentivar la productividad e igual porcentaje en aumentar eficacia de la fuerza de ventas de acuerdo a diferentes estudios.
Así, las alianzas serán una de las figuras de negocios que más popularidad adquirirán en los próximos años y desplazará la visión de crecimiento aislado y paulatino. La cautela que prevaleció hasta ahora es un impedimento para permanecer en el mercado.
La expansión interna o ampliación de mercados es la estrategia de crecimiento más popular en México. Lo realiza el 16 por ciento pero resulta lenta y obsoleta.
Se adopta porque muchas variables se pueden controlar de una manera más efectiva, pero ya llegamos a un punto de que se requiere aprovechar recursos y ventajas competitivas innovadoras con relativa rapidez y poca inversión, por lo que se recurre a las alianzas estratégicas con otra compañía, competidores, clientes, proveedores, entidades gubernamentales, universidades, sindicatos y otros.
Ahora, las alianzas no se limitan a los vínculos entre compañías o joint ventures sino que representan la unión de esfuerzos entre dos o más organizaciones para incrementar eficacia, productividad y rentabilidad y así alcanzar los objetivos propuestos.
Las alianzas son la opción de crecimiento siempre que permitan alcanzar metas estratégicas, reducir riesgos y aumentar resultados positivos y sacar provecho de recursos valiosos.
Entre otras ventajas de las alianzas están las sinergias al combinar lo mejor de las organizaciones, incrementar velocidad de operaciones, compartir riesgos, transferir tecnologías, ofrecer ventajas competitivas, incrementar las ventas, proteger la inversión…
Una de las alianzas que más adeptos generará entre los mexicanos será el vínculo de conocimiento. El acceso a las capacidades y pericias de otras organizaciones será crucial en los próximos años.
Concretamente la alianza de las universidades con organismos de la iniciativa privada permitirá detectar áreas de especialización requeridos en el mercado, y al unísono las universidades podrían aportar conocimientos, prácticas y estudios para el lanzamiento de productos, pero también para generar ideas y proponer soluciones ante problemas específicos en la industria.
Para que una alianza funcione es recomendable:
1. Incluir un equipo multi-funcional de expertos en la gestión de productos, marketing, ventas, finanzas y otras áreas claves además de los ejecutivos de la alianza.
2. Determinar objetivos y plazos.
3. Crear un plan asociado de programas, costos y roles.
4. Capacitación contínua a los equipos funcionales de cada compañía, sobre todo ventas.
5. No hacer demasiadas cosas demasiado rápido para generar triunfos sostenidos en el tiempo y no la percepción de un programa mensual que no tuvo éxito.
Finalmente, a diferencia de las fusiones y adquisiciones que requieren altas inversiones, las alianzas sólo implican impulsar una cultura de colaboración y pueden ser muy redituables a corto, mediano y largo plazo.