Visión financiera/Georgina Howard
Crece el número de dirigentes mexicanas
Existe una metáfora triste en el mercado laboral mexicano: techo de cristal. Se refiere a un freno al ascenso profesional femenino. ¿Mito o realidad?
En un país con un estricto modelo familiar, el nuclear, la mujer rompe ancestrales paradigmas y emerge en la esfera laboral con nuevas aportaciones en diversos sectores mientras aprende a jugar diferentes roles y cambiar la percepción tradicional de la mujer en la sociedad.
El 28 por ciento de los puestos directivos en México lo ocupan mujeres, lo que representa un incremento de cinco puntos respecto a 2013 pero muy debajo del 43 por ciento que ostenta Rusia, el país con mayor número de directivas a nivel mundial, según un estudio de Grant Thornton que entrevista a los empresarios de las 44 economías que reportan el 80 por ciento del PIB mundial.
Para contextualizar diremos que el promedio en Latinoamérica es de 23 por ciento, el promedio mundial es de 25 por ciento y México ocupa la décimo cuarta posición de mujeres en puestos directivos a nivel mundial. En nuestro país 6.2 por ciento es el promedio de personas que participan en la alta dirección de la empresa y de ellas 1.8 son del sexo femenino.
Rusia, Indonesia, Latvia y Filipinas son los países donde más mujeres ocupan puestos directivos en el mundo con porcentajes de 43, 41, 41 y 40 por ciento respectivamente, mientras la última posición a nivel mundial la tiene Japón con sólo 9 por ciento de ejecutivas a nivel dirección.
A lo largo del tiempo, en México se presentan notables variaciones de la mujer en la alta administración de las empresas. Así, en 2004 se situaba en 27por ciento, en 2008 era de 20, durante 2009 ascendió a 31 por ciento; en 2010 no se registró el porcentaje pero en 2011 bajó a 19 por ciento; en 2012 se ubicó en 18 por ciento; 2013 cerró en 23 por ciento. Esto permite inferir la correlación entre variables macroeconómicas y oportunidades de ascenso directivo en las mujeres. A mejores perspectivas o estabilidad, mayor oportunidad de crecimiento laboral femenino.
No se registra ningún cambio a nivel global (24 por ciento), el mismo porcentaje que se presentó en 2013, 2009 y 2007. Una posible causa es que después de la crisis financiera las mujeres se vieron afectadas de manera desproporcionada. Es decir, se sigue el mismo patrón que en México.
En este país, durante el 2012, el 44 por ciento de los empresarios manifestaba que no tenía mujeres en sus puestos directivos, un año después la cifra permaneció igual, pero en el primer trimestre del 2014 la cifra se redujo a 36 por ciento. Nuevamente aparece el nexo entre mejores oportunidades de ascenso laboral ante mejores perspectivas de inversiones por las reformas estructurales en sectores estratégicos.
Analicemos ahora la alta dirección femenina en el país.
En México, el 24.4 por ciento de las mujeres en puestos directivos son directoras generales; 19.5, directoras de operaciones; 18.2, directoras de finanzas; 12.8, directoras de recursos humanos y 10.36 por ciento directoras de ventas.
En este país el 52 por ciento de las empresas tiene un consejo de administración en el que participan 5.65 personas en promedio: 1.41 por ciento corresponden al sexo femenino, es decir, el 25 por ciento, aunque el 77 por ciento de los empresarios apoyaría una iniciativa que marcara un número predeterminado de mujeres en los consejos de administración de las empresas que cotizan en Bolsa.
¿Es necesario legislar e imponer la igualdad de género en los niveles directivos? Más que coerción es necesario el convencimiento empresarial de las bondades de que una mujer tenga igualdad de oportunidades de crecimiento laboral. Sin embargo, las condiciones en que laboran hombres y mujeres son diferentes. La maternidad supone cierta ayuda para equilibrar la vida profesional y personal.
El 21.9 por ciento de los empresarios aseguró que apoyan las carreras de las madres que trabajan con tiempo flexible mientras el 20.3 por ciento lo hace a través de coaching o designación de un mentor. La familia nuclear, sin apoyos institucionales en la crianza de los menores, reduce las oportunidades de ascenso laboral.
Finalmente, el estudio establece que el sector económico con mayor número de mujeres en los puestos directivos es el de la hospitalidad, lo que remarca el que las mujeres desarrollan mejor la inteligencia social. Esto, aunado en que una de las áreas donde mayores directivas existen es en Recursos Humanos y Mercadotecnia, refuerza la imagen gregaria del sexo femenino.
*escritora y periodista