Escenario político
Reinventarse. Generar una mejor versión de sí mismo cada día es un reto de vida. Es la certidumbre de avance, de que nuestras posibilidades van más allá de lo que inicialmente asumimos como logros. Es el generador más grande de la pasión, de esa fuerza que nos permitió emular el vuelo de las aves y lograr existencias más plenas y longevas.
Cada inicio de año se multiplican los buenos propósitos. Las listas son interminables pero a veces se olvidan con el paso de los días. Y es que no se trata de tener más o menos kilos, de ingerir o no tales productos, de visitar al médico o no… se trata, por simplista que parezca, de ser más felices. Y esto remite, por utópico que parezca, a amar más. A nosotros y a los otros, porque somos parte del Gran Espíritu y el sentido de la “otredad” en realidad no existe.
Sin embargo, es paradójico que a veces al ser que más olvidamos es al que vive cubierto de nuestra piel. Es al único que lo obligamos a que trabaje sin desayunar, le damos de comer a deshoras comida chatarra, lo llenamos de preocupaciones y estrés y a la menor provocación le decimos “tonto” o “torpe”. Olvidamos que las palabras son el principal instrumento de creación y magia y los insultos generan eso que aludimos. “Eres un genio” y “olvidas todo siempre” crean tales características. Optemos por la amabilidad a uno mismo.
Y si el 2015 será un año de felicidad, iniciemos con el amor a uno mismo.
Cada uno tenemos tres dimensiones: cuerpo, alma (mente) y espíritu.
El cuerpo es la parte material e implica el cuidado de nuestro cuerpo: alimentación sana, ejercicio moderado, descanso, el tomar parte activa en la salud y reconocer que una enfermedad una llamada de atención sobre algo en nuestro pensamiento o hábito erróneo. Conviene indagar qué trata de decirnos nuestro cuerpo y no llegar al médico para “anestesiar” el dolor o molestia. Cada uno debe tomar parte activa de su propia salud. En esto es primordial la alimentación y buenos hábitos como tener patrones preestablecidos de sueño, descanso, alimentación e incluso recreación.
El alma o mente requiere también no sólo el analizar lo que pensamos, pues esto desencadena lo que genera emociones y sentimientos, “materia” creadora de la realidad, sino también la elección de lo que se infiltra en el subconsciente: noticias, lecturas programas televisivos, canciones e incluso con quiénes mantenemos comunicación y que mensajes nos transmiten. Así, es importante analizar las conversaciones que mantenemos con los demás, pero también cerciorarnos de nuestros diálogos internos.
Finalmente, nuestra parte espiritual o conexión con lo divino es reconocer que cada uno de nuestros actos y decisiones debe tener un sentido más grande y alto que lo aparente. Que responde a un plan perfecto de divinidad y gracia en el Universo, que cumple un contrato sagrado. El amor y el trabajo son los que le dan sentido a nuestra vida.
Feliz 2015. El Amor llena tu vida.