Ivette Estrada/Quadratín México
Los mejores abogados
Existen siete prototipos de abogados que resultan más confiables y convincentes que el resto. Son los que obtienen más trabajo y los recomiendan de “boca en boca” tanto en el ámbito penal como laboral, civil y corporativo.
Jorge Manrique, rector del Colegio Jurista, enumera así a los mejores:
- El Humilde. El que abiertamente reconoce cuando no conoce una cuestión y promete investigar al respecto y lo cumple. Es el abogado que no se presenta ni se jacta de ser amigo de ningún juez o personalidad jurídica, quien no asume que el caso ya se ganó sólo porque él lo representa. Un profesionista que indaga antes de establecer una conclusión. En todo momento es mesurado con sus palabras y lenguaje no verbal. Es un abogado que escucha atentamente antes de hablar y no trata de imponer agresivamente sus puntos de vista. Exhibe una actitud respetuosa con sus clientes, abogados de la contraparte y personal del juzgado con una actitud digna. “Un abogado humilde no es servil. Sirve”.
- El Generoso. Es un abogado que se compromete totalmente en el caso y se dedica a estudiarlo completamente. Suele generar un plan B, C y hasta D. Se allega de jurisprudencias pertinentes al caso, se asesora con otros expertos, presenta un amplio abanico de opciones a sus clientes. No escatima tiempo ni esfuerzos para encontrar las soluciones más pertinentes. No deja nada al azar. Es muy atento en los detalles, da lo mejor de sí en cada oportunidad. Le da a sus clientes todas las oportunidades posibles de ganar. “Un abogado generoso da todo su conocimiento y habilidades. No escatima”.
- El Honorable. Es un abogado centrado, que cree en valores como la justicia y la verdad. Es el profesionista que ejerce la profesión con la convicción de que ayuda a la sociedad. Es el litigante más atópico, pero curiosamente el que mayores cambios reales genera en el ejercicio profesional. Es un abogado que tiene y gana día a día la respetabilidad. “El abogado Honorable es un héroe. Alguien a quien emular”.
- El Paciente. Es el abogado tenaz, que estudia minuciosamente todas las posibilidades, que escucha atentamente a sus clientes y contraparte, que no trata de generar soluciones inmediatas, sino que tiene la habilidad para preparar casos bien detallados, perfectamente estructurados. Actúa minuciosa, pero certeramente. No da nada por hecho ni lo seduce la inmediatez para asumir decisiones. “El abogado paciente es quien detecta posibilidades en las adversidades. No erra por ansiedad”.
- El Moderado. Es un abogado austero en todas las facetas de su vida. No es dispendioso ni proclive a lujos o comodidades excesivas. El éxito para él no está en cuánto gana ni cuántos bienes materiales ostenta. Su vida es sencilla y equilibrada. Posee altos valores y al no ser proclive a placeres materiales es incorrupto. “El abogado moderado no es un santo, es un hombre que sabe el significado de la vida y el valor de su nombre”.
- El Caritativo. Es el que desea hacer el bien. El que se rige por la bondad y cree en el ser humano. El que cree en sus semejantes, en la honradez y las buenas acciones. Es el profesionista que estudió Derecho porque cree que puede mejorar a su sociedad. Es un abogado al que seduce el humanismo. “El caritativo es un abogado que cree en el ser humano y en su capacidad de generar el bien. Es un tipo específico del abogado honorable”.
- El Diligente. Es el abogado para el que nada es imposible, trabaja mucho, se esfuerza. Se enfrasca en cada caso, no deja nada a la suerte o al azar. Cree en él y en su poder creativo.
Para el rector del Colegio Jurista, más que una habilidad específica, el mejor abogado posee valores y actitudes que le permiten los mejores resultados.
“En las corporaciones de todo tipo encontramos que buscan especialistas en Derecho con aptitudes específicas. Se prioriza al ser sobre una habilidad específica. Vale más qué crees y en qué trabajas y qué competencias laborales tienes. Creemos que las universidades que se centran más en conformar profesionistas con valores y actitudes sobre las que se limitan a desarrollar competencias específicas son quienes tendrán a los mejores abogados del futuro”, finalizó el rector Manrique.