Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Amar la locura
Amo a los locos. A quienes desafían lo establecido y no les importan los paradigmas, a quienes saben que pueden desdeñar los prototipos y los roles impuestos.
Amo a los locos, aquellos que se aventuran en nuevas proezas, los capaces de ir tras sus sueños, quienes se enamoran sin condiciones ni miramientos… Amo los locos, los que le cantan a la luna, los que inventan nuevas maneras de comulgar con el tiempo, los que se empecinan en creer en la magia, los que crean y cada día se reinventan.
Amo a los locos, los que hablan con sus muertos pero le rinden tributo a la vida, los que te abren sus brazos y creen que el universo es su morada, los que sonríen a los desconocidos, los que confían y aseguran que cada día es mejor sin importar lo que ocurra.
Amo a los locos, los que insisten en cambiar lo injusto y que creen que su trabajo transforma el mundo. Amo a quienes se apasiona con lo que hacen, quienes dan a manos llenas sus dones, quienes cobijan del desamparo a quien sea, quienes le hablan con dulzura a las plantas y animales.
Amo a los locos que tienen la convicción de dar amor en cada rebanada de pan, quienes se ilusionan todavía, quienes evocan imágenes bellas, quienes creen en un Dios benévolo y perfecto.
Amo a los locos que rompen los límites, quienes desconocen los imposibles, quienes se alimentan de ideas y tienen la convicción de ser amados por la vida.
Amo a los locos, quienes aún en los noches más obscuras, logran descubrir rayos de luz para todos.