
Muchos pantalones ante las desapariciones
Descifrar los sueños es develar lo que resguarda el subconsciente y, por ende, mirar el futuro. Los anhelos callados, los miedos no confesados, esos recuerdos aparentemente inadvertidos y las creencias con las raíces más profundas están en el subconsciente o corazón. Por ello el interés de muchos de estructurar los simbolismos de los sueños, e incluso atraparlos con redes en algunas culturas precolombinas.
Descifrar sueños fue tarea principal de sabios y magos a través de la historia. El sueño simbolizó oráculos, advertencias y nortes que guiaron las decisiones humanas pero también conformaron el mapa de acciones de diversos pueblos.
¿Qué dicen los sueños? Si. Es lo que preservamos de los retazos de historias que vivimos, las anécdotas que añoramos, los paralelismos que encontramos a veces de maneras inconexas o de plano absurdas; también la música que se filtra bajo la piel, filias francas o insospechadas, amores que no terminan. Los sueños tienen la sutileza del aire, la sofisticación de nuestros claro obscuros, la perfección de una tela de araña.
Por su unicidad, nunca podrás encontrar en un libro el significado de un sueño. Nadie podrá interpretarlo. Lo deberás hacer tu mismo.
Hay sueños simples, generalmente marcan una acción pendiente, el rostro o la silueta de alguien que te recuerda que postergaste alguna acción importante o que olvidaste, por la distracción o el tiempo, decir un “te quiero”. A veces simplemente que olvidaste una llave o un informe. Otras ocasiones se limitan a recordarte que requieres resolver algo.
La mayoría de los sueños se olvidan. Cuando brincas a la vigilia se pierden casi totalmente. Casi, porque su esencia está en ti sin que lo sepas. Por eso se aconseja tener una libreta cercana para anotar que ocurre mientras duermes y tu subconsciente te lleva a tierras o situaciones que olvidarás con la luz del día.
Y arribamos a una gran verdad, Aunque el 15 por ciento de los sueños son “simples” y a veces se limitan a una indicación perentoria, el resto de lo que soñamos parece ilógico. Aquí se presentan ideas inverosímiles, aparentemente inexplicables, personas que no son las que representan sino que incluso no tienen relación aparente con ellas, tiempos de acción mezclados…relatos sin pies ni cabeza. Esos son los sueños verdaderos. Ahí reside lo que guardamos realmente en el corazón, el cofre del subconsciente.
En esos sueños llenos de complejidad reside un mensaje único. El único que lo puede captar es quien lo tiene, porque es el único que posee el código para asignar significados y detectar simbolismos: el propio marco referencial, todas las experiencias de vida, los tropiezos, aciertos, metas, costumbres, creencias….lo que percibe, emociona, siente y piensa.
Un sueño es uno de los lenguajes que emplea la sabiduría para comunicarse contigo. Lo que te dice es sólo para ti y generalmente se trata de mensajes cifrados para resolver problemas, darte ideas, soluciones e indicarte pistas para seguir tu mística de vida o contrato sagrado.