México enmudece a La H al 85 y 97 con grito de 4-2
RÌO DE JANEIRO, Brasil, 13 de julio del 2014.- Alemania cumplió con todos los pronósticos y venció en tiempo extra 1-0 a Argentina para convertirse en tetracampeón del mundo; de la mano de Mario Götze, el técnico Joachim Löw y una brillante generación de jugadores del Bayern Munich, equipo que se proclamó campeón de Europa el 2013 dirigidas por Jupp Heynkes.
El partido fue duro y competido durante los 90 minutos, con llegadas en ambos marcos y una dura pelea en el medio campo, con entradas fuertes y dominio alterno. El primer tiempo extra tuvo la misma tónica y en el complemento, a siete minutos del final, una jugada a velocidad por la banda izquierda terminó en un centro corto que Mario Götze bajó con el pecho en el borde del área chica y remató cruzado para dejar sin oportunidad al guardameta Sergio Romero.
El equipó teutón se consolidó como el mejor equipo del certamen y, aun cuando sufrió en algunos lapsos de la competencia, se confirma como el Campeón de Brasil 2014 con una actuación que pasará a la historia por la manera en la que lo lograron, pues dejaron atrás jetaturas y marcas históricas: Alemania se proclama como el primer equipo europeo en llevarse la copa en un Mundial celebrado en América.
También Miroslav Klose se convirtió en el máximo goleador en la historia de la copa con 16 goles y dejó atrás uno de los mayores goleadores brasileños: Ronaldo Nazario y, aunque no pudo convertirse en campeón goleador de este torneo, pues fue sustituido por el anotador del gol, el delantero del Bayern al minuto ‘88, ha pasado a la historia.
Por si fuera poco, Alemania echó de su propio Mundial a un Brasil gris que llenó a todos de dudas, de una manera poco cordial, con una goleada histórica de 7-1.
Al final del encuentro, el arquero Manuel Neuer fue designado el mejor arquero; mientras que un ausente Lionel Messi, recibió el Balón de Oro como jugador del Mundial, a pesar de haber marcado sólo dos goles y pasar de noche en el torneo a partir de la segunda ronda.
Otra maldición, además de la imposibilidad de Brasil por coronarse en su casa, está relacionada con los uniformes: cuando Argentina ha vestido la ‘albiceleste’, se convirtió en campeón. Mientras que al vestir el segundo uniforme, ha perdido en dos ocasiones y ambas ante Alemania.