Reitera IMSS compromiso de eliminar violencia hacia mujeres en las sedes
MÉXICO,DF,. 4 de septiembre de 2015.- En México existe una alerta social y de salud pública, la explotación de mujeres con fines reproductivos, una industria millonaria que se dedicada a la renta de vientres maternos para colocar bebés con parejas que buscan una madre gestante o sustituta, pero con un cúmulo de complicaciones que dejan en la incertidumbre y la indefensión jurídica a la mamá gestante y al bebé, alertó Early Institute.
De acuerdo con un comunicado de prensa, especialistas de Early Institute refieren que hoy en día en nuestro país la renta de vientres está prohibida y sólo estados como Tabasco y Sinaloa cuentan con la figura de maternidad subrogada. Sin embargo, hospitales privados hacen el procedimiento al margen de la ley y sin garantías para la mujer gestante, a quien hacen firmar, contratos poco claros con la finalidad de que sí alguna mujer pierde al bebé en gestación no cobre su “servicio”.
En el Distrito Federal hay clínicas privadas que promueven este tipo de prácticas y, aunque no hay una legislación vigente sobre la materia, señalan que cuentan con el “aval de la ley”. Es así como las mujeres contratadas para gestar se están convirtiendo en un gancho humano para grupos que sin ningún escrúpulos lucran con las miseria y marginación de algunas mujeres.
Derivado de una investigación, especialistas del Early Institute realizaron el libro Maternidad Subrogada. Explotación de Mujeres con fines reproductivos, donde concluye que es evidente que una práctica como la renta de útero materno no ofrece ninguna seguridad para las personas que participan en el acuerdo, por el contrario, se convierte en una fuente de conflictos e incertidumbre para las partes que en ella intervienen. Entre los riesgos más importantes destacan los derivados de la identidad, la nacionalidad, la filiación, y la salud, entre otros.
Esta publicación que contó con el respaldo de la recién concluida LXII Legislatura de la Cámara de Diputados y de la presidenta de la Comisión Especial de Lucha contra la Trata de Personas, Leticia López Landeros, quien explica que la maternidad subrogada o la renta de útero abre las puertas a la explotación de mujeres con fines reproductivos, la comercialización de bebés por encargo y tráfico de personas.
La investigación de esta edición fue realizada por los especialistas del Early Institute, Marcelo Bartolini Esparza, Cándido Pérez Hernández y Adrián Rodríguez Alcocer, y cuya revisión estuvo a cargo de la licenciada Ingrid Tapia Gutiérrez y la doctora Martha Tarasco Michel. En el documento se apunta que en esta industria los cuerpos de las mujeres y los niños se explotan bajo la premisa de un acuerdo de poder que obtiene ventaja de poblaciones altamente vulnerables.
El libro también expone diversos casos y precedentes jurídicos en países como Estados Unidos, Argentina, Colombia, Guatemala, Perú, Tailandia y Nigeria, en donde la explotación de mujeres con fines reproductivos violenta los derechos de la mujer y del menor en gestación, al reducirlos a meros objetos de comercio.
Bebés recién nacidos vendidos -previo acuerdo- en cantidades que oscilan entre los 5 mil y los 15 mil dólares; madres que de último momento se negaron a entregar al hijo que gestaron a pesar de haber acordado su entrega a cambio de dinero u otro tipo de apoyos; la existencia de “granjas” de embarazadas con fines de venta de niños; así como conflictos diplomáticos por la indefinición de nacionalidad de niños nacidos por encargo a través de madres sustitutas, es sólo un acercamiento general a una parte importante de la historia documentada de lo que hay en realidad detrás de la maternidad subrogada, se detalló en un libro de referencia que será presentado el próximo 17 de septiembre en el Senado de la República.