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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de marzo de 2016.- En el juego que Cuauhtémoc Blanco disputó sus últimos 36 minutos con la camiseta de sus amores, América goleó a Morelia, 4-1, en la cancha del Estadio Azteca, en el marco de la Fecha 9 del Clausura 2016.
Justo al primer minuto de juego, Blanco, con el gafete de capitán y el número 100 en su espalda, tocó por primera ocasión el esférico, lo cual provocó un alarido del respetable. Segundos después, al borde del área grande, no pudo controlar el balón; estaba en buena posición de disparo.
Desde el inicio del encuentro, el número 100 se apodero del centro del campo americanistas, fue muy participativo, y al 5’ demostró que no ha perdido su genialidad y dio un taquito que fue frenado por una falta de un rival.
Al minuto 8, tras un contragolpe del Ave, precedido de una mano sin intención dentro del área americanista, Cuauhtémoc recibió el balón en los linderos del área y disparó, con clase; la redonda cimbró el travesaño de Monarcas.
Para el minuto 21, América, sin ser espectacular, era dueño del juego y lo evidenció más cuando dentro del área grande, Oribe sirvió a Blanco, quien recibió el balón a la altura del tiro penal y sólo la defensa Monarca pudo impedir que disparara.
Al 27’, Darwin Quintero apretaba el calentamiento; los últimos seis minutos de Cuau con la camiseta de sus amores ya corrían.
Blanco recibió dentro del área, al 31’, con peligro, intentó recortar a un defensa michoacano, pero una barrida impidió que quedará mano a mano frente al arquero.
Antes de salir, al 34’, Cuau aplicó la Cuauhtemiña, que aunque no dio ventaja para América, fue festejada por el público.
Al minuto 36, Cuauhtémoc Blanco vivió sus últimos momentos como profesional, en su salida, se despidió de mano de compañeros y rivales y recibió una ensordecedora ovación, Quintero entró en su lugar.
Tras una gran combinación, al 42’, Darwin dio un pase a Oribe, que sólo la empujó, para el 1-0. El anotador, de inmediato, corrió a festejar a la banca, donde hizo una reverencia a Cuauhtémoc.
Justo al 45’, nuevamente apareció Darwin, pero esta vez fue el anotador. Recibió de Sambueza, que creó gran jugada por la banda derecha, y sólo cacheteó para el 2-0.
Al medio tiempo, Blanco fue homenajeado y recibió de manos de Ricardo Peláez un cuadro con una camiseta con el número 100; Pepe Romano le entregó una placa.
De inmediato, el Cuau dio la vuelta olímpica en su nido, el Estadio Azteca, donde jugó gran parte de su carrera futbolística y donde voló por última vez; el público se le entregó, fue despedido como un ídolo.
Ya sólo quedó tiempo para que fuera felicitado por sus familiares y para que en el centro de la cancha hiciera su clásico festejo hincado y con las manos apuntando al horizonte.
Para el segundo tiempo, América comenzó a tambor batiente por medio de Quintero, quien nuevamente se colocó en posición clara de gol; el portero Monarca tapó el disparo y evitó el tercer gol en su portería.
Darwin, al 50’, recibió centro raso de Paul Aguilar, y sólo la empujó para el 3-0; Morelia, ni las manos había metido, apenas había conseguido tres tiros de esquina, que ejecutó tímidamente y sin crear peligro.
Pero, dos minutos después, al 52’, Enrique Pérez marcó el primero para Morelia; tras un centro desde la izquierda mandó el esférico a la redes de cabeza.
América siguió buscando la portería de Morelia y al 69’, Pellerano chocó dentro de su área a Paolo Goltz, quien desbordaba con velocidad; el central marcó penal, que ejecutó con fuerza Arroyo, a la derecha del portero, para el 4-1 final.
Arroyo volvió a probar a portería, esta vez de larga distancia, de afuera del área, al 81; su trallazo salió directo al travesaño michoacano.
Cuauhtémoc Blanco vivió todo el segundo tiempo desde la banca, y salió de ella, al término del encuentro, cuando caminó al centro de la cancha, donde sus compañeros de equipo lo esperaban y con quienes se tomó una fotografía, la última estampa del Cuau en el Estadio Azteca.
Con este resultado, América, que la siguiente fecha enfrentará a Chivas, llegó a 15 unidades y Monarcas se quedó con 10.