Visión financiera/Georgina Howard
Si no es fallida, tons qué es
A dos años de la inauguración de este gobierno, cuya auto consigna es mover a México, la economía no sólo no se mueve pa’lante sino pa’tras, y está hecha trizas, contradiciendo las cuentas ilusorias de los brujos de la Secretaría de Hacienda importados de Toluca.
La verdad, da pena ajena contradecir a los inexpertos economicistas del tesorero Luis Videgaray. Insisten, contra toda lógica matemática, y a pesar de que la realidad es tozuda y les está dando datos más cerca de la realidad, en que todo va bien, en que la economía experimenta crecimientos significativos. Cuán lejos de las metas: cuán cerca del fracaso, van de mendacidad tras mendacidad, como si la luz del sol pudiera ocultarse con un dedo. Qué les cuesta aceptar que se están equivocando. Recuperarían buena parte de la credibilidad que han perdido en menos de dos años. Y ya no le seguirían haciendo un gran daño a la figura presidencial, tan vapuleada por tirios y troyanos. Es que no le dicen la verdad al presidente.
Los números no mienten. Dos más dos son cuatro aquí y en Marte. O en cualquiera de los nuevos planetas. Pero vamos por partes.
El amigo economista Arístides Bucio López, analista político de la Carpeta Púrpura de mi gran amigo, colega y compañero de chamba, Yuri Servolov, me regaló el más reciente reporte del Semáforo Económico Nacional, que compara las metas con lo que se ha logrado. Están moviendo a México, amigos Enrique, Luis, pero en sentido contrario y en contrasentido de las manecillas del reloj y de la historia. Y no se vale asegurar y crear verdades en base a mentiritas. Nadie lo va a agradecer.
Veamos. Tan sólo el rubro del crecimiento económico. La meta del observatorio del Semáforo Económico Nacional es crecer al 6 por ciento. Un crecimiento de esta magnitud ya permite suponer que habrá buen empleo para la caterva de desempleados, sub ocupados y los millones de trabajadores que sobreviven en la economía subterránea.
Pero nanay. Cómo vamos. Sencillamente que la tasa trimestral al tercer trimestre del año que acaba de terminar, o sea el 2014, es de medio punto porcentual a una tasa anualizada de un miserable 2.0 por ciento, aunque yo me temo que esté por abajo, si es que los peinadores de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México no deciden rasurar las cifras.
Aquí ya está el dato principal. El más importante. El que decide El que indica cómo está la vida en esta porción del planeta tierra. Importante porción porque mide digamos casi dos millones de kilómetros cuadrados, donde hacen, crecen, aman, se reproducen, intentan una vida digna y mueren, muchos secuestrados, ejecutados, desollados, incinerados, unos 120 millones de personas humanas.
Y la creación de empleos es negativa, contra todo lo que se diga en base a los cálculos del Inegi. La meta es crear 100 mil nuevos empleos formales por mes, en el 2014. Esa es la demanda de nuevos puestos de trabajo, y es bastante conservadora. Sólo en diciembre se perdieron 235 mil 490 plazas laborales, de acuerdo con el Semáforo. Y sólo se lograron crear en todo el año unos 714 mil 526.
Un indicador que duele como si a uno lo estuvieran desollando o incinerando vivo. La pobreza laboral. La meta propuesta era reducir a la mitad el porciento de trabajadores incapaces de adquirir la canasta básica con su salario: 20.5 por ciento.
La realidad es que, al concluir el tercer trimestre de 2014, el 42.7 por ciento de la población no podía adquirir la canasta básica con su salario. Qué horrible, ¿no? Esto clama venganza al cielo, cuando la primera dama adquiere una residencia que le cuesta ochentaytantos millones de pesos.
La inflación anda medio desbocada. La inversión, muy debilitada. Y la meta del planeta, la razón de las reformas estructurales, sobre todo las que tienen que ver con el ámbito económico, como la laboral y energética, en la olla. La meta de productividad estaba fijada en 4.8 por ciento anual y al tercer trimestre del año pasado teníamos una tasa trimestral de un miserable 0.9 por ciento. ¿Ydiay, pues? como dicen mis paisanos de Chiapas. ¿Y entonces? como dicen los vecinos de la colonia Obrera.
Y ya no le seguimos para no atizar más la rabia, el rencor, el resentimiento. Pero les comparto la liga del Semáforo, que pueden consultar y hacer corajes. Pero péguenle mejor a un puchingbag con la efigie del Basuritas.