Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¿Otro año más de vacas flacas?
Vámonos preparando y tomando conciencia de que este año de gracia del señor será muy árido, seco, de vacas flacas, de penurias. Hasta habrá recorte del gasto público. Fluirá muy poco circulante para reactivar la economía real y para crear puestos de trabajo. Será un año de elecciones intermedias, y el gasto a través de los partidos, sólo es para producir basura electoral.
Y échele que la economía mexicana perdió mucho atractivo en el exterior. No habrá esa avalancha de inversiones que creían los defensores de la reforma energética que vendrían a apuntalar a Petróleos Mexicanos. Y no sólo eso, sino que existe la enorme posibilidad de que Pemex se convierta en importador de petróleo proveniente de las petroleras estadounidenses.
Ahora sí que nos cayó el chahuixtle. El chahuixtle es una enfermedad que afecta principalmente a plantas gramíneas como el maíz y el trigo. Ataca en forma letal a tubérculos como papa, tomate, camote, entre otros. Y la expresión se usa entre los mexicanos cuando se trae la suerte en la espalda.
Pues serán peras o serán manzanas, pero este año estará muy seco. La colega Ivette Saldaña acaba de publicar en El Universal un reporte que indica que este año no se verá la avalancha de inversiones extranjeras directas porque los resultados de las reformas estructurales tardarán en llegar.
La cifra más alta esperada por los analistas, de acuerdo con Saldaña, es de unos 27 mil millones de dólares, que no sirve ni para el comienzo. Detrás de este desánimo de los inversionistas extranjeros está el brutal derrumbe de los precios internacionales del petróleo, que no garantizan la rentabilidad de los proyectos. La verdad es que quienes aprobaron la reforma energética jamás tomaron en cuenta que un día de estos los precios del tambo de aceite podrían caerse estrepitosamente.
Así que a volver a la espera. A ver hasta cuándo esta maltrecha economía va a salir del marasmo. Hay quienes creen que “probablemente” será hasta el 2016 cuando se capten los dólares en el sector petrolero, como lo ha advertido el economista en jefe de la American Chamber México, Deborah Riner., pero no hay ninguna garantía de que esto vaya a ocurrir a mediano plazo, y menos antes de que concluya el sexenio del presidente Peña Nieto.
Muy pocos dólares para reactivar la economía es lo que ha arribado a México en los primeros dos años del sexenio priísta. Como lo dijo Ildefonso Guajardo Villarreal, secretario de Economía, los dos primeros años de esta administración van a promediar sólo 30 mil millones de dólares de inversión extranjera. Y con ese dinero es muy poco lo que se puede lograr en una economía tan grande como la mexicana.
El año pasado, el magnate Carlos Slim había hecho un cálculo de los dólares que se necesitaban en la economía para salir de nuestros problemas y poder lograr un crecimiento suficiente para estar cerca de satisfacer la demanda de empleos y fortalecer el mercado interno de bienes y servicios..
Decía el tepiteño que la economía mexicana requiere de algo así como 354 mil millones de dólares para crecer al 5% anual. Sólo así se podría entrar en la senda del crecimiento sostenido de la economía.
Y las perspectivas, hay que aceptarlo, no son interesantes inclusive con las reformas estructurales. El mismo secretario Guajardo Villarreal se lo dijo a Ivette. Por la reforma energética se incrementarán las inversiones (?), pero los proyectos dependerán del precio del petróleo. En los próximos cuatro años, los que le restan al sexenio, sólo se recibirán unos 50 mil millones de dólares para el sector energético. Aún, pues, andamos muy lejos de lo necesario.
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