Libros de ayer y hoy
Todos somos agua
Los políticos venidos del rancho se ahogan en un vaso de agua.
Más en este sexenio. Como nunca antes.
Ahora quieren privatizarlo todo. Van ahora con el agua. Y no dude usted que luego lo harán con el fuego y el aire. Porque la tierra lo ha estado siempre. En manos de latifundistas y en breve en manos de poderosos inversionistas que vendrán, si es que se animan y no le siguen teniendo miedo a la inseguridad que alimentan las fuerzas de seguridad y los narcotraficantes, a sacar petróleo y gas, y más oro y plata, de los veneros del lopezvelardiano diablo mexicano.
Por el momento, y aprovechando la celebración del día del agua, recordemos que el cuerpo humano es agua en un 70 por ciento. Y por ello, nadie, ningún ser vivo, puede vivir sin el agua, sin tomarla, sin requerirla para la limpieza corporal, para cocinar sus alimentos (los seres humanos), para alimentar a los animales domésticos, y a las plantas, y más a los cultivos que son fuentes de la alimentación.
La ONU consagró, entre los derechos humanos, el derecho al agua. Y los gobiernos tienen la obligación de emplear un porcentaje de sus ingresos fiscales a garantizar la gratuidad del agua para consumo humano, y gratuidad quiere decir que nadie tiene por qué pagar por el agua; que ya está pagada con los impuestos que se entregan al fisco).
Los políticos también son tres cuartas partes de agua. Ellos también requieren del H2O para vivir. No sólo de guiski y de demagogia, corrupción e impunidad vive el animal político. También, y más, de agua, del agua de la lluvia, de la de los ríos y lagunas, incluso de la del mar, de la de los grifos y de la de los garrafones y botellas de plástico que ahora enriquecen a los empresarios dedicados a explotar el agua. Pero el gobierno, los gobiernos, tienen la obligación primordial de garantizar la vida. Para eso están. No para hacer negocios con el agua.
(Otro asunto es el uso del agua para la industria, para el comercio, para actividades como la extracción de petróleo y gas de las entrañas de la tierra, para la minería entre otros otras actividades económicas que requieren de grandes volúmenes de agua para sus procesos de producción o explotación. Ese uso sí que tiene que ser cobrado, precisamente para financiar lo que el gobierno gasta en la distribución del agua para la alimentación humana, animal y vegetal y para la de la naturaleza.
No sé de dónde saca el gobierno que el agua es un negocio. Jamás. Ni un vaso se cobraba antes del capitalismo salvaje que nos gobierna, antes del neoliberalismo que norma ahora las relaciones de producción entre los capitalistas y los trabajadores. A nadie se le niega un vaso de agua, dice el adagio. Pero ahora, si alguien de muere de sed, tiene que comprarse una botella de agua para quitársela.
Y estas reflexiones vienen porque los diputados estarían a punto de abrir las puertas para la privatización de la administración del agua, no obstante que Don Beltrones, el amo y señor del Congreso de la Unión, diga que lo van a consultar. El respeto a un derecho humano, como es el derecho al agua, no se consulta con nadie, amigo Beltrones. Está ya consagrado.
En ocasión del Día Mundial del Agua, Beltrones, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, ha solicitado a las comisiones de Agua Potable y Saneamiento y de Recursos Hidráulicos, hacer partícipe a organizaciones civiles, académicos y científicos, de la elaboración y revisión de la iniciativa de la Ley de General de Aguas.
La minuta de la ley general de aguas estaba lista para su aprobación en el pleno de la cámara de diputados, pero debido a las acusaciones de diversos diputados sobre que se privatizaría el agua, el pasado 9 de marzo la Jucopo determinó posponer su discusión por el tiempo que fuera necesario. En este sentido, el también coordinador parlamentario del PRI dijo que, con la intención de ser «congruente» con el tema de la transparencia, la iniciativa de Ley General de Aguas deberá contar e incorporar la opinión ciudadana, dado que «es clave para consolidar la democracia con un gobierno abierto».
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos advirtió que ‘permanecerá vigilante y dará seguimiento’ a la discusión en la Cámara de Diputados sobre la iniciativa. En ocasión del día mundial del agua, el organismo hizo un llamado a las autoridades para que hagan «efectivos» los derechos de acceso y saneamiento del agua.
Cada día que pasa, percibo la sensación de que los políticos son los más despiadados depredadores. Todo lo acomodan a sus propios intereses y a los de las clases dominantes. Y como no son representantes de nada ni de nadie, pues se sienten con derecho sobre vidas y haciendas.
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