Itinerario político/Ricardo Alemán
• La sinvergüenzada en helicóptero
• La corrupción es un modus vivendi
Digan lo que dijeren los políticos en torno a la corrupción, sus dichos no pasarán de ser manifestaciones meramente mediáticas y de propaganda, posturas hipócritas y farisaicas.
Mientras más hablan en contra de la corrupción más corrupción brota como materia purulenta, como materia fecal, por todo el cuerpo social de esta república bananera llamada México. Ya ni en aquella Haití de los tontón macoutes, de Papá y Beibi Doc.
A la hora de terminar de redactar esta columna, aún nadie había salido a confirmar o desmentir el trascendido de la renuncia que habría presentado el usufructuador de la Conagua, David Korenfeld, quien se despachaba con la cuchara grande de los recursos de esa instancia, en entredicho también por la pretendida privatización del agua que usamos los mexicanos.
La verdad es que no importa mucho si Korenfeld renuncia o no. Si es puesto de patitas en la calle. Eso ya no tiene ninguna importancia. Tendría que haber sido cesado fulminantemente, cosa que nadie se atrevió a ordenar. Lo importante es que Korenfeld es sólo una pequeña punta de un enorme aisberg de chanchullería, de ratería, diría la gente de la calle. Los recursos de Conagua estaban al servicio del joven efebo.
Es que es imposible dar crédito a los políticos. Esta juventud hecha para el hurto en despoblado. Nos han acostumbrado a la mentira. Son hijos del diablo. Mentirosos como en diablo, diría el tio Ricardo. Y por todo el organigrama hay muchos Korenfeld que se aprovechan de su puesto para holgarse con él, refocilarse con él, y guardar su sueldo íntegro en una cuenta de banco.
Es que para ellos la política es la oportunidad de la vida. Si no es ahora, cuándo. Para asegurar el futuro. Es negocio redondo. No importa la dignidad ni la vergüenza. Se llega hasta la ignominia. Y es muy normal. No causa escándalo. Quienes cuestionan el aprovechamiento, la metida de manos en las arcas abiertas de la nación son los que están mal. ¿La patria? ¿El bien común? ¿La pobreza? ¿El hambre? Por dios. Puras estupideces. Son sólo ocasiones para manipular, para conseguir votos a favor, para reírse de la vida.
Y en la cámara de diputados, todos los miembros de la partidocracia, rasgándose las vestiduras porque los dirigentes y los gobernadores perredistas también ceden a la tentación de derrochar el presupuesto en helicópteros como Korenfeld. Es que es muy fácil con dinero ajeno y con el dinero de un pueblo imbécil que no protestará.
La vanidad. Los políticos se sienten poderosos en helicóptero. Como el chavito de papi rico en el Jaguar de papá. Dios nos libre. Y sólo son helicópteros. Pero urguen y se van a encontrar con cosas serias, casonas, riquezas de jeques. De Alí Babá…
Desde que el presidente anunció que propondría la creación de una comisión y una fiscalía contra la corrupción y el PAN, principalmente, le tomó la palabra para proponer más aterrizadamente un sistema nacional anticorrupción, no hay día en que no se hable de la corrupción, principalmente en los plenos de la cámara de diputados. Pero se habla con desgano, con intensiones justificantes, anteponiendo aquello de que quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.
Este martes, los pastores de las principales bancadas legislativas del Congreso de la Unión se reunieron a una comilona en el club de banqueros para precisar la agenda que los diputados y senadores pretenden tratar en lo poco que le queda a esta LXII Legislatura. Abordarán, dicen, el asunto de la anticorrupción.
Pero a quién creen que engañan los políticos. La corrupción, cuántas posturas hipócritas en su nombre. Y van a ver, amigos, que no pasará nada, aunque el cualquier momento pudiera crearse una fiscalía anticorrupción. No pasará. Es más poderosa la condición de ladrones, la codependencia de estos próceres de lo ajeno. Se la pasará chido don Virgilio. Y cobrando.
Korenfeld es ya una marca, sinónimo de sinvergüenza. Igual que Carlos Navarrete. Igual que Graco. Igual que… Pero a quién le importa que lo tachen de sinvergüenza, de ladrón. Del Basuritas dijeron que era o es lenón, que tenía una red de prostitución en el partido oficial, y a ese prócer y a los dirigentes del tricolor les tiene sin cuidado lo que diga la gente.
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